Digitales. Nicolás Quiroga
- Dossier. Digitales
- Nicolás Quiroga
historiapolitica.com 1.0
Desde hace aproximadamente dos años y medio, los grupos de investigación que integran el Programa Buenos Aires de historia política del Siglo XX han modelado este sitio, historiapolitica.com, de acuerdo a las posibilidades entrevistas en la web en particular y en internet en general. Esas posibilidades, por momentos, parecen ilimitadas. Cuando discutimos cada proyecto, a las conversaciones acerca de internet y sus contenidos las sobrevuela un ánimo ambiguo, uno que oscila entre el agasajo incondicional y la tentación normativa. Todo este tiempo hemos tratado de mantener este proyecto de difusión de trabajos académicos vinculados a la historia política argentina lejos de ambas tentaciones. Un diseño sencillo, actualizaciones periódicas y reiteradas convocatorias personalizadas ha permitido que la biblioteca -sección principal del sitio desde el comienzo- fuera creciendo. La sensación de despilfarro y vacío que provoca la construcción de un ámbito gobernado por el download, y que no permite a sus gestores el control sobre los usos de los textos que ponen online, no nos fue ajena en todo este tiempo. Tampoco prescindimos la discusión en todas lás áreas editoriales: ¿quién es el público de historiapolitica.com?, ¿cómo utilizan internet los investigadores?, etc. Por momentos no queda claro -aún si los criterios del equipo editorial son precisos-, quiénes integran y cómo es el público lector del sitio: ¿las arañas de Google?, ¿los estudiantes secundarios que nos reclaman contenidos (ya!)?, ¿los profesionales que nos contactan para subscribirse a un por ahora inexistente newsletter? Sin lugar a dudas, ese es el mayor de los desafíos. Puede decirse que, desde nuestra breve pero intensa experiencia hacer un sitio web consiste en explorar el interior impreciso de una comunidad intelectual que debido a la explotación de nuevos recursos se modifica mucho más rápidamente que la gestación de nuestras interpretaciones sobre ella. Suena iterativo…pero lo es.
En los comienzos, todos los textos incluidos en el sitio, fueron resultado de pedidos e invitaciones personales. Recién hace unos pocos meses empezamos a recibir trabajos con pedido de publicación. Y ese es un punto a destacar: en una comunidad interpretativa más bien pequeña como la historiográfica, el espacio de una biblioteca digital es mucho más que un reservorio de “textos”, y rápidamente las consultas a los editores del sitio se multiplicaron: pedidos de mails de los autores de tal o cual texto, nuevas referencias, autorizaciones para citar, invitaciones a jornadas, etc. Hay una conversación que se adivina desde el mundo digital, pero que (¿aún?) no forma parte de él. Precisamente, nuestro primer objetivo ha sido construir una herramienta para ampliar las dimensiones de esa conversación, a partir de la multiplicación de recursos digitales específicos.
En algún punto del futuro de este proyecto nuevas dinámicas ganaran terreno a las secciones que hoy ponemos a disposición de los colegas y público en general: herramientas colaborativas, redes sociales, eventos online…formas de participación que hoy son un tanto lejanas a las actividades regulares de los investigadores. Pero sin alcanzar las cimas de la fe tecnológica habrá que considerarlas, porque para el pensamiento historiador el argumento que pone a esas formas de participación lejos de las prácticas profesionales es un registro epocal.
Mientras tanto hay que trabajar sobre una lista de tareas. En su mayoría esas actividades consistirán en publicar más información y sistematizar la ya publicada en las distintas secciones del sitio. Las secciones “monográficas”, como esta sobre las humanidades e internet, como la sección dedicada a José Luis Romero, buscan cumplir esos objetivos a partir de ampliar las formas de intervención digital desde un área de trabajo particular. Siempre son bienvenidas nuevas propuestas.