Dossier | Iglesia católica y política en la Argentina del siglo XX. Una mirada desde los obispos y las dinámicas diocesanas

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Dossier | Iglesia católica y política en la Argentina del siglo XX. Una mirada desde los obispos y las dinámicas diocesanas


Cristian Vázquez (INILSyT-UNAF/IDES-UNGS) y Lucas Bilbao (IGEHCS-CONICET/IEHS-UNCPBA)

 

Esta propuesta busca revisitar un tema clásico en la historia del catolicismo, como es el vínculo entre la Iglesia y la política. El abordaje escogido se centra en el análisis de las trayectorias y acciones pastorales de algunos prelados durante el siglo XX, lo que permite complejizar el problema y otorgarle un potencial explicativo. Es la relevancia que la temática está teniendo en las agendas de trabajo en las últimas décadas lo que orientó este dossier.[1]

En los estudios sobre el siglo XX la Iglesia católica, y el episcopado en particular, ocuparon tempranamente un lugar importante en tanto factor de poder (de Imaz, 1964). Las preocupaciones historiográficas con posterioridad a la recuperación democrática, indagaron en un punto que aún estaba latente: la estrecha relación que existió entre la Iglesia católica y el autoritarismo, de allí que la mayoría de las explicaciones buscaron demostrar los vínculos político-ideológicos compartidos con las Fuerzas Armadas y la necesidad de “catolizar” el Estado (Mallimaci, 1988; Zanatta, 1996 y 1999). Del mismo modo hay que destacar los estudios sobre las relaciones entre la Iglesia y los primeros gobiernos peronistas (Caimari, 1995; Bianchi, 2001; Lida, 2015:216-230) y entre el catolicismo, la política y la sociedad, abordados a partir de renovadas claves de análisis (Lida y Mauro, 2009; Lida, 2013; Fabris y Mauro, 2020).[2]

En una serie de investigaciones la historiadora Susana Bianchi (1997, 2002 y 2005) trazó interesantes propuestas de análisis sobre el -todavía reducido- cuerpo episcopal y su constitución como actor político-social. Allí advirtió que el proceso de conformación de la Iglesia argentina durante las décadas finales del siglo XIX y las primeras del XX resultó dificultoso. Y a partir de esto profundizó en la naturaleza de la función episcopal, su accionar como cuerpo y sus vínculos con los poderes públicos, en el marco de la centralización de la autoridad vaticana. Estudios posteriores mostraron la materialización de estos procesos en un largo plazo: recién a mediados de siglo la Iglesia, y el episcopado en particular, logró reorganizar sus estructuras e instancias territoriales y administrativas en clave de “modernización”. Al mismo tiempo, entre 1957 y 1963, el número de diócesis pasó de 22 a 49 y por un acuerdo con la Santa Sede se creó el Vicariato Castrense, engrosando el número de obispos y conformando un nuevo perfil episcopal con mayor capacidad de influencia corporativa.

Este perfil -que incluso es posible reconocerlo en nuestros días- posiciona a los obispos en un doble rol. Por un lado, conforman un cuerpo colegiado (con una estructura vertical y doctrina reconocida) en el que deben procurar acuerdos y consensos que garanticen la unidad. Por otro lado, cada obispo es la máxima jerarquía en su diócesis con potestad para administrar, impulsar o frenar las medidas y acciones que considere. Esta situación permite visualizar las divergencias entre las posturas y decisiones tomadas por el episcopado y la puesta en marcha en cada diócesis. A partir de esta segunda mitad de siglo, se tornó cada vez más evidente esa dualidad -siempre en tensión- que los obispos debieron compatibilizar (Bourdieu y Saint-Martin, 2009; Fabris, 2011).

En 1966 el gobierno militar de Juan Carlos Onganía firmó un concordato con la Santa Sede, que redefinió las relaciones jurídicas entre Iglesia y Estado. El acuerdo implicó que este último renunciara al derecho de patronato que se había heredado de la época colonial y reformulado con el nacimiento de las repúblicas americanas. Hasta este momento el Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado, intervenía en la designación de los obispos. Una vez que los prelados obtenían el nombramiento pontificio -y previamente a la ceremonia religiosa de toma de posesión-, realizaban su juramento constitucional de ser “fiel a la Nación reconociendo su soberanía y alto patronato”. Tras la firma del Concordato esto se modificó: el Estado reconoció el libre ejercicio de la Iglesia para crear, suprimir o modificar diócesis, así como designar ella misma a los obispos, entre otras cuestiones.

Los artículos reunidos en este dossier retoman parte de los tópicos planteados a partir del desarrollo de las trayectorias de algunos obispos, sus gobiernos diocesanos, proyectos eclesiásticos o los vínculos que estos trazaron con los distintos poderes. Aun cuando es factible encontrar preocupaciones compartidas, lo cierto es que fueron escritos en los últimos quince años, atendiendo a preguntas y marcos de referencia diferentes. A excepción del trabajo de Bianchi, los restantes están centrados en jurisdicciones diocesanas fuera de Buenos Aires o la región metropolitana, quizá el espacio más abordado en la historiografía del catolicismo del siglo XX. Estos enfoques de carácter regional y la reducción en las escalas de análisis -que en muchos casos coinciden con los límites provinciales-, posibilitan valorar acciones individuales y colectivas en sus propios entornos. También muestran con mayor claridad condicionamientos y coyunturas propias, no siempre visualizados cuando se toman marcos más amplios o cuando los análisis se centran en el conjunto del cuerpo episcopal.

Las/os autores analizan las primeras administraciones diocesanas, la afirmación de la autoridad episcopal y el impulso de reformas administrativas allí donde fue necesario. Estas experiencias generaron -en algunos casos de manera más explícita que en otros- resistencias, tensiones y conflictos con el gobierno pero también con el clero, los laicos e incluso con miembros de la jerarquía eclesiástica. El Concilio Vaticano II (1962-1965) representó un parteaguas en la Iglesia católica y su devenir. Más de la mitad de los trabajos se concentran en el período conciliar y posconciliar. Las consideraciones propuestas, entre otras cuestiones, nos permiten matizar la visión dicotómica que en general se tiene de los obispos, dividiéndolos entre los que asumieron las reformas conciliares y aquellos que las rechazaron.

A continuación, ofrecemos una propuesta de lectura de los ocho artículos, dividida en tres bloques. La misma responde no sólo a la cuestión cronológica, sino también a su agrupación por ciertas problemáticas comunes que comparten los estudios. El primero de los bloques pone de relieve los procesos de centralización del cuerpo episcopal en el contexto en que la Iglesia argentina ganó presencia en el espacio público y extendió su influencia social y política. Lo inicia un trabajo biográfico de Susana Bianchi sobre el cardenal Santiago Copello, una de las máximas figuras del catolicismo de la primera mitad del siglo. Partiendo del análisis de su prolífica trayectoria eclesiástica, la autora revela el impulso que Copello dio a la reformulación de la función del obispo y a las instancias por uniformizar el recientemente ampliado cuerpo episcopal.

Con varios puntos de diálogo con el trabajo anterior, el de Lucía Santos Lepera analiza el proyecto episcopal del tercer obispo de la entonces única diócesis tucumana, Agustín Barrere (1930-1952). La investigación examina los alcances y resistencias que la centralización del poder episcopal tuvo en dicha diócesis, en el marco de implementación de las políticas vaticanas. El último artículo de este bloque es el de Rebeca Camaño Semprini. El mismo desentraña la actuación del primer obispo de Río Cuarto, Leopoldo Buteler, entre el golpe de Estado de 1943 y los inicios del gobierno peronista. En particular, se examina la manera en que el obispo otorgó un acompañamiento inmediato al gobierno militar, participando en distintos actos e instancias gubernamentales e influyendo en decisiones que beneficiaron a la Iglesia.

El segundo bloque está compuesto por dos trabajos que analizan las transformaciones institucionales y las prácticas eclesiásticas en el contexto conciliar y posconciliar. Alejo Reclusa estudia el rol desempeñado por Enrique Rau, primer obispo de la diócesis de Mar del Plata. En sintonía con las prescripciones vaticanas, el autor revela cómo el prelado logró impulsar un conjunto de reformas y fue eso lo que, a su vez, le dio la legitimidad para limitar o impedir otras prácticas inscriptas dentro de la renovación conciliar. Por su parte, Miguel Leone y Cristian Vázquez desarrollan las iniciativas pastorales que se implementaron en la diócesis de Formosa, a cargo de Marcelo Scozzina (1957-1978). Aquí también se visualizan las transformaciones legitimadas por el Concilio Vaticano II. El artículo centra su análisis en el surgimiento de la pastoral rural que en un primer momento se enfocó en el campesinado y posteriormente, tras los efectos de la represión, mutó su intervención a los “aborígenes”.

El último bloque está integrado por tres artículos y propone un acercamiento a dos exponentes claros del catolicismo renovador en los años ‘70, como fueron los obispos Jaime de Nevares de Neuquén y Enrique Angelelli de La Rioja, así como al funcionamiento del obispado militar. El estudio de Laura Mombello y María Andrea Nicoletti se ocupa de examinar la figura de Jaime de Nevares, primer obispo de la diócesis neuquina (1961-1995). Partiendo de la descripción del funeral del prelado, el texto describe cómo su figura se convirtió en “territorio de disputa”, al tiempo que muestra el modo en que éste puso en tensión la matriz identitaria propuesta por el Movimiento Popular Neuquino.

Por su parte, el artículo del historiador italiano Mirko Giancola examina la vida y la pastoral del obispo Angelelli, sus primeros años de actividad pastoral y los motivos que lo enfrentaron con los grupos de poder en su diócesis y con las autoridades militares. Giancola también reconstruye las distintas instancias judiciales que esclarecieron los hechos sobre su asesinato. Cierra este dossier un capítulo del libro de Ariel Lede y Lucas Bilbao. El mismo aborda las tensas relaciones que se dieron en la década del ’70 entre la jerarquía del Vicariato castrense y los obispos de Neuquén, La Rioja y San Nicolás, quienes habían asumido posturas “problemáticas”, según la calificación del obispado militar. Como contracara, se señala la colaboración y contribución de personal que los distintos obispados ofrecieron al Vicariato.

Estas contribuciones proponen una lectura renovada de la relación entre Iglesia Católica y política en la Argentina en el transcurso del siglo XX. El abordaje de los obispos y del repertorio de actividades desarrolladas en sus diócesis, permite conocer las prácticas eclesiásticas y los actores involucrados en diferentes períodos y regiones del país. Por ende, las/os autores dan cuenta de los matices de la institución eclesiástica y las transformaciones vividas en su interior. Pero también nos informan acerca de los variados perfiles y maneras de ser obispo. Con esta presentación, invitamos a leer este dossier.

Textos seleccionados para el dossier:

Bianchi, Susana (2011). Su eminencia reverendísima Santiago Luis Copello, arzobispo de Buenos Aires. Reconstrucción y crisis de la Iglesia católica argentina. Presentación en Jornada: Biografías e Historia. Tandil, 4 de noviembre de 2002.

Santos Lepera, Lucía (2017). Modelos en tensión: las disputas entre el obispo y los curas párrocos en torno a la centralización de la Iglesia católica en la década de 1930 (Tucumán, Argentina). Secuencia, 99, pp. 160-184.

Camaño Semprini, Rebeca (2019). El sueño de la “Nación católica”: el golpe de Estado de 1943 y la Iglesia argentina. Una mirada desde el obispado de Leopoldo Buteler (Río Cuarto, 1943-1946). HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local, 21 (11), pp. 133-172. Recuperado de: http://dx.doi.org/10.15446/historelo.v11n21.73167.

Reclusa, Alejo (2013). Ante la imposibilidad de detener el cambio, cambiar. Enrique Rau y la renovación conciliar en Mar del Plata (1965-1971). Nuevos Mundos Mundos Nuevos. Recuperado de https://doi.org/10.4000/nuevomundo.65772.

Vázquez, Cristian y Leone, Miguel (2016). La pastoral rural en Formosa y el surgimiento de una pastoral aborigen (c.1960 – 1980). Itinerantes. Revista de Historia y Religión, 6, pp. 89-114.

Mombello, Laura y Nicoletti, María Andrea (2005). La figura del primer obispo de Neuqúen y la construcción de la identidad colectiva local. Ciencias Sociales y Religión. Ciências Sociais e Religião, 7, pp. 49-72.

Giancola, Mirko (2015). Un passato che non passa L’Argentina dinanzi al caso Angelelli. Diacronie. Studi di Storia Contemporanea, 24 (4), pp. 1-18. Recuperado de https://doi.org/10.4000/diacronie.3628.

Lede, Ariel y Bilbao, Lucas (2016). El Vicariato y los obispos diocesanos. En Lede, Ariel y Bilbao, Lucas, Profeta del Genocidio. El Vicariato castrense y los diarios del obispo Bonamín en la última dictadura (pp. 141-163). Buenos Aires: Sudamericana.

 

Bibliografía:

Bianchi, Susana (1997). La conformación de la Iglesia Católica como actor político-social: el Episcopado argentino (1860-1930). En Bianchi, Susana y Spinelli, María Estela (comps.) Actores, ideas y proyectos políticos en la Argentina contemporánea (pp. 17-48). Tandil: Instituto de Estudios Histórico-Sociales.

Bianchi, Susana (2001). Catolicismo y peronismo. Religión y política en la Argentina (1943-1955). Tandil: Prometeo/IEHS.

Bianchi, Susana (2002). La conformación de la Iglesia Católica como actor político-social. Los laicos en la institución eclesiástica: las organizaciones de élite. Anuario IEHS, 17, pp.143-161.

Bianchi, Susana (2005). La construcción de la Iglesia Católica argentina como actor político y social, 1930-1960. Prismas, Revista de historia intelectual, 9, pp. 155-164.

Bourdieu, Pierre y Saint-Martin, Monique ([1982]2009). La Sagrada Familia. el episcopado francés en el campo del poder. En Bourdieu, Pierre. La eficacia simbólica. Religión y política (pp. 91-197). Buenos Aires: Biblos.

Caimari, Lila (1995). Perón y la Iglesia Católica. Religión, Estado y sociedad en la Argentina (1943-1955). Buenos Aires: Ariel Historia.

de Imaz, José Luis (1964). La Iglesia. En de Imaz, José Luis Los que mandan (pp. 164-183). Buenos Aires: Eudeba.

Fabris, Mariano (2011). Iglesia y democracia: avatares de la jerarquía católica en la Argentina post autoritaria: 1983-1989. Rosario: Prohistoria.

Fabris, Mariano y Mauro, Diego (2020). De la cruz a la espada: Antonio Caggiano y la Iglesia argentina del siglo XX. PolHis. Revista Bibliográfica del Programa Interuniversitario de Historia Política, 24, pp. 29-63. Recuperado de http://polhis.com.ar/index.php/polhis/article/view/3.

Lida, Miranda (2013). Monseñor Miguel de Andrea. Obispo y hombre de mundo (1877-1960). Buenos Aires: Edhasa.

Lida, Miranda (2015). Historia del catolicismo en la Argentina. entre el siglo XIX y el XX. Buenos Aires: Siglo XX.

Lida, Miranda y Mauro, Diego (coords.) (2009). Catolicismo y sociedad de masas en Argentina, 1900-1950. Rosario, Prohistoria.

Mallimaci, Fortunato (1988). El catolicismo integral en la argentina (1930-1946). Buenos Aires: Biblos.

Zanatta, Loris (1996). Del Estado liberal a la Nación Católica. Iglesia y Ejército en los orígenes del peronismo. Bernal: Universidad Nacional de Quilmes.

Zanatta, Loris (1999). Perón y el mito de la nación católica. Iglesia y Ejército en los orígenes del peronismo, 1943-1946. Buenos Aires: Sudamericana.

 

[1] En este sentido, la historiografía argentina sobre el período tardocolonial y el siglo XIX -y especialmente autores como Valentina Ayrolo, María Elena Barral, Milagros Gallardo, Roberto Di Stefano, Ignacio Martínez y María Laura Mazzoni- ha indagado acerca de la reformulación del poder episcopal, la administración del gobierno eclesiástico, la articulación de los espacios locales con las diócesis o los vínculos que los nacientes Estados e Iglesia fueron trazando. Sobre algunas de estas temáticas para el siglo XIX sugerimos el dossier de María Laura Mazzoni y Consolación Fernández Mellén (2015) publicado en esta plataforma

[2] Igualmente interesa indicar que existe una amplia producción historiográfica, fundamentalmente apologética, sobre obispos y diócesis en Argentina. Entre ellos, destacamos los trabajos biográficos y autobiográficos de aquellos prelados con mayor presencia en los medios de comunicación y fluido diálogo con el campo político de las últimas décadas. Desde ámbitos laicos no académicos, también se han trazado minuciosas biografías o análisis político-religiosos de algunos obispos como Enrique Angelelli o Héctor Aguer.