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Dossier | Prácticas electorales en el siglo XIX latinoamericano. Miradas y diálogos historiográficos


Carlos Armando Preciado de Alba (Universidad de Guanajuato – México)


La disciplina histórica no debe ser presentista. No obstante, muchos de sus intereses de investigación tienen como referentes las circunstancias contemporáneas, momentos y espacios específicos; incluso coyunturales. Así, el abordaje histórico de la democracia, de la construcción de Estados nacionales, de las diversas dimensiones de la ciudadanía, de las culturas políticas y las diferentes maneras como se ha concebido en los últimos doscientos años a la representación política, son cuestiones que interesan en distintas geografías latinoamericanas.

Las elecciones han tenido, entre otras cosas, un importante papel en el campo de lo político, en la implementación de proyectos de gobiernos, en la elaboración de códigos fundamentales como las constituciones, en la participación política de los ciudadanos, en el sistema de partidos y en la construcción de la legitimidad. Las perspectivas que se han dado en los últimos años al análisis de las prácticas electorales han generado mayores explicaciones que trascienden aquellas que sólo ven fraude y manipulación. Se han propiciado también acercamientos más amplios al papel y significados de los comicios en la construcción de las instituciones políticas. En efecto, desde las primeras décadas del siglo XIX una creciente normatividad dio pie a distintos espacios de negociación y participación ciudadana en la organización política de las naciones.

Los estudios al respecto se han multiplicado a partir de la última década del siglo pasado, momento -por cierto- fundamental para nuestras democracias. Esto es, podemos advertir una cercana relación entre los sucesos de índole histórico y los intereses de investigación. Fue precisamente durante la década de 1990 que se publicaron los primeros esfuerzos por articular en clave latinoamericana el estudio de la representación política, la ciudadanía y las elecciones durante el siglo XIX. Éstos tuvieron como punto de partida la crítica historiográfica hacia las visiones anacrónicas y en las que prevalecía una idea simplista de los comicios como prácticas corruptas y absolutamente controladas. Referentes ineludibles son las obras coordinadas por Antonio Annino, Carlos Malamud, Eduardo Posada-Carbó e Hilda Sabato.1

Justamente producto de tales reflexiones y enmarcados en dicho horizonte intelectual, he incorporado los dos primeros textos de este dossier. Aun cuando tienen prácticamente un par de décadas de haberse publicado, estoy convencido de su vigencia. “Sobre la ciudadanía política en América Latina en el siglo XIX”, de Hilda Sabato, constituye una erudita y crítica síntesis historiográfica alrededor del complejo proceso de construcción de la ciudadanía en América Latina.2 En efecto, el papel central de la ciudadanía no únicamente se encuentra en la arena política, sino que para la autora es fundamental abordar cuestiones de una sociedad civil en pleno dinamismo. Sabato se propone identificar los principales problemas en la historia política latinoamericana del siglo XIX para, de este modo, mostrarnos comparaciones con otros espacios globales.

El texto de Marta Irurozqui, La ciudadanía en debate en América Latina. Discusiones historiográficas y una propuesta teórica sobre el valor público de la infracción electoral, nos presenta en un primer momento una amplia y documentada revisión historiográfica respecto a la variedad de estudios y perspectivas en torno a la ciudadanía durante el siglo XIX en nuestro subcontinente. Posteriormente, teniendo como principal punto de referencia su libro A bala, piedra y palo3 sobre el caso boliviano, la historiadora española plantea una sugerente propuesta conceptual sobre el proceso público y colectivo de conquista de la ciudadanía. Además de lo señalado líneas arriba, la decisión de incorporar el extenso texto de Irurozqui se justifica por la multiplicidad de referencias bibliográficas que ofrece, lo que sin duda aporta al lector sobre la agenda de este dossier.

En años recientes se han realizado esfuerzos colectivos que buscan retomar las líneas trazadas en la década de 1990 y mantener el foco en el espacio latinoamericano. Muestra de ello son al menos tres publicaciones. Si seguimos su orden de aparición, la primera se trata de la revista Journal of Iberian and Latin American Research, que dedicó un número temático llamado “La representación política en la formación del estado: los caminos iberoamericanos” (volumen 20, issue 1, 2014). Su eje toral se concentró en el análisis trasnacional y comparado de los procesos de construcción político-cultural de los conceptos de representación, así como en los sistemas electorales. La revista contiene estudios de distintos espacios geográficos, tales como Colombia, Centroamérica, México, Perú, Brasil, Argentina y Chile. Justamente el artículo “Elecciones y oficiales del ejército. Perú 1827-1896”, de Cristóbal Aljovín de Losada, se incluye en el presente dossier. El autor otorga un protagonismo poco abordado en otros estudios a los oficiales del Ejército; destaca su liderazgo militar, pero también el papel central alcanzado en las campañas electorales. Aljovín de Losada contextualiza a estos actores para explicar discursos, prácticas y cultura política en dos momentos claramente diferenciados del siglo XIX peruano: de 1827 a 1850, cuando no existían organizaciones políticas formales, tales como clubes o partidos políticos; y de 1850 a 1896, período en que éstos comenzaron a proliferar.

En 2016 se publicó el libro Contribución a un diálogo abierto. Cinco ensayos de historia electoral latinoamericana, coordinado por Fausta Gantús y Alicia Salmerón (México: Instituto Mora).4 De dicha obra -que también recoge contribuciones sobre Chile, Perú y México- se selecciona el capítulo “Articulación de leyes y prácticas electorales en Argentina, 1860-1872”, de María José Navajas. A partir de una cuestión central: ¿de qué manera es posible articular la dimensión normativa con las prácticas electorales?, la autora explora las lógicas y dinámicas de la calificación de las elecciones. La calificación incluía la revisión de las actas electorales, el cumplimiento de los mecanismos normativos, de los requisitos de ciudadanía, de vecindad o residencia, además de las denuncias por presuntas irregularidades; estas últimas vertidas tanto en la prensa como a través de las vías legales. Con estos derroteros se pretende, entre otras cosas, comprender de mejor manera no únicamente la legalidad, sino también la legitimidad de los comicios. En este recorrido Navajas aborda el campo político argentino centrando su mirada en contextos electorales provinciales; específicamente de Salta, Rosario, Catamarca y Jujuy.

El tercer esfuerzo aludido que interesa destacar es la revista Historia y MEMORIA, cuya sección especial del número 14, de 2017, estuvo dedicada a “Elecciónes y cultura política en América”. Si bien ésta no se concibió exclusivamente para el siglo XIX, sí se parte de él y asume la impronta de los procesos de independencia de los países latinoamericanos para dotarlos de un papel crucial en devenir nacional. Se recupera aquí el artículo “Un acercamiento a las elecciones del México del siglo XIX”, de Fausta Gantús y Alicia Salmerón, quienes han encabezado en los últimos años un grupo de estudios que ha generado importantes aportes sobre las prácticas electorales decimonónicas. Las autoras, en efecto, reflexionan en su texto sobre la relevancia de las mismas y acerca de la construcción de la institución electoral y la conformación de una cultura política. Se destacan aspectos de la legitimidad inherente a la representación política mexicana, pero también se consideran dichas prácticas electorales como espacios de negociación para la construcción de gobernabilidad.

Por otra parte, en su artículo “Diretas ou indiretas? O debate sobre as eleições no Brasil (1821-1823)” Kátia Sausen da Motta nos propone un sugerente ejercicio heurístico desde el que analiza los primeros debates que tuvieron lugar en Brasil sobre la pertinencia de que las elecciones fuesen directas o indirectas. Estas discusiones generaron intensas movilizaciones no solamente en ámbitos propiamente institucionales, sino que además se propició la creación de espacios de participación política a través de distintas publicaciones. Además de su solidez analítica, la inclusión de este artículo obedece al hecho de que –salvo excepciones, entre las que se encuentran las obras ya mencionadas de Antonio Annino e Hilda Sabato- no es común encontrar en la historiografía hispanoparlante sobre prácticas electorales, referencias, diálogos y debates con el caso brasileño. No obstante, es necesario no perder de vista que tanto en el republicanismo hispanoamericano como en la monarquía constitucional de Brasil, la cuestión de la representación estuvo presente desde los primeros momentos.

El último texto del dossier “¡Deteneos! ¡fijad la atención! El rol de los cartelones en las elecciones para gobernador de Guanajuato en 1871”, escrito por este coordinador, aborda el campo de la movilización del voto y nuevas estrategias para la promoción de candidatos. En los referidos comicios se destaca la presencia de los cartelones, papeles impresos en gran formato concebidos para que sus textos llegaran a una población mucho más amplia que los periódicos. Colocados en distintos espacios públicos, su función ya no sólo fue para socializar convocatorias y anunciar los resultados de las votaciones; ahora postulaban candidatos, exaltaban sus virtudes, planteaban y forjaban ideas, destacaban símbolos, imágenes y referencias históricas y denostaban a los adversarios. El análisis tiene como uno de sus referentes la categoría “cultura electoral”, desarrollada por Frank O’Gorman5, en tanto postula una paulatina politización del ritual electoral y la visibilidad que se le dio a la organización y movilización del voto a través de la palabra impresa. De esta manera, se posibilitó a la población en general, con o sin derecho al voto, involucrarse en las dinámicas electorales. Así, los comicios se convirtieron en sucesos abiertos, en espectáculos públicos, incluyentes.

Los textos seleccionados son una pequeña muestra de una historiografía que busca renovarse permanentemente a partir del abordaje de diversos espacios geográficos, actores, problemas, preguntas y enfoques. Sin embargo, existe el riesgo de vernos limitados conceptual y metodológicamente si no nos acercamos a estudios sobre temáticas similares realizados en otras latitudes. Es por ello que quiero insistir en el conocimiento y la difusión de investigaciones generadas en distintos países que nos permita establecer diálogos en espacios más amplios. Las dinámicas de una historia comparada no sólo se concentran en encontrar puntos en común, sino que ayudan a identificar divergencias y vacíos para que, de este modo, puedan plantearse nuevas interrogantes que den rumbo a futuras agendas compartidas.


Textos seleccionados para el dossier:

Sabato, Hilda (2016). Sobre la ciudadanía política en América Latina en el siglo XIX. En Alicia Salmerón y Cecilia Noriega Elío (eds.), Pensar la modernidad política. Propuestas desde la nueva historia política. Antología (pp. 435-476). México: Instituto Mora.

Irurozqui, Marta (2004). La ciudadanía en debate en América Latina. Discusiones historiográficas y una propuesta teórica sobre el valor público de la infracción electoral. Lima: Documento de Trabajo del Instituto de Estudios Peruanos, 139. Serie Historia, 26.

Aljovín de Losada, Cristóbal (2014). Elecciones y oficiales del ejército. Perú 1827-1896. Journal of Iberian and Latin American Research, 20 (1), pp. 50-65.

Navajas, María José (2016). Articulación de leyes y prácticas electorales en Argentina, 1860-1872. En Fausta Gantús y Alicia Salmerón (coords.), Contribución a un diálogo abierto. Cinco ensayos de historia electoral latinoamericana (pp. 87-117). México: Instituto Mora.

Gantús, Fausta y Salmerón, Alicia (2017). Un acercamiento a las elecciones del México del siglo XIX. Historia y MEMORIA, 14, pp. 23-59.

Motta, Kátia Sausen da (2018). Diretas ou indiretas? O debate sobre as eleições no Brasil (1821-1823), Almanack, 19, pp. 278-320.

Preciado de Alba, Carlos Armando (2019). ¡Deteneos! ¡fijad la atención! El rol de los cartelones en las elecciones para gobernador de Guanajuato en 1871. En Fausta Gantús y Alicia Salmerón (coords.), Campañas, agitación y clubes electorales: organización y movilización del voto en el largo siglo XIX mexicano (pp. 325-365). México: INEHRM/Instituto Mora.


1 Annino, Antonio (coord.) (1995). Historia de las elecciones en Iberoamérica, siglo XIX. Montevideo: FCE; Malamud, Carlos (comp.) (1995). Partidos Políticos y elecciones en América Latina y la Península ibérica, 1830-1930, 2 volúmenes. Madrid: Instituto Universitario Ortega y Gasset; Malamud, Carlos (coord.) (2000). Legitimidad, representación y alternancia en España y América Latina: las reformas electorales (1880-1930). México: COLME/FCE; Posada-Carbó, Eduardo (ed.) (1996). Elections before Democracy. The History Elections in Europe and America. Nueva York: St. Martin’s Press y Sabato, Hilda (coord.) (1999). Ciudadanía Política y formación de las naciones: Perspectivas históricas de América Latina. México: COLMEX/FCE.

2 Aparecido originalmente en inglés en 2001 –Sabato, Hilda (2001). On Political Citizenship in Nineteenth-Century Latin America. American Historical Review, 106, pp. 1290-1315-, la versión incluida en este dossier se trata de la primera traducción al español publicada en 2016.

3 Irurozqui, Marta (2000). A bala, piedra y palo. La construcción de la ciudadanía política en Bolivia, 1826-1952. Sevilla: Diputación de Sevilla.

4 El “Prólogo” y la “Introducción” se recomiendan al lector, ya que no solamente hacen las veces de presentación, sino que además contextualizan el espacio historiográfico latinoamericano y proponen una agenda de investigación para futuros estudios.

5 O’Gorman, Frank (2016). La cultura de las elecciones en Inglaterra: de la Revolución Gloriosa a la Ballot Act de 1872. En Alicia Salmerón y Cecilia Noriega (eds.), Pensar la modernidad política. Propuestas desde la nueva historia política. Antología (pp. 217-235), México: Instituto Mora.

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Dossier. Participación y movilización electoral en Argentina. De la unificación nacional a la consolidación del estado (1862 – 1880) https://historiapolitica.com/dossiers/dossier-participacion-y-movilizacion-electoral-en-argentina-de-la-unificacion-nacional-a-la-consolidacion-del-estado-1862-1880/ Wed, 28 Jun 2017 15:19:08 +0000 http://historiapolitica.com/?post_type=dossiers&p=3631 Participación y movilización electoral en Argentina. De la unificación nacional a la consolidación del estado (1862 – 1880)

 

Laura Cucchi (Universidad de Buenos Aires/CONICET – Instituto Ravignani) y María José Navajas (CONICET – Instituto Ravignani)

 

Este dossier reúne algunos textos “clásicos” y recientes sobre la movilización electoral, un tema central de las experiencias republicanas del siglo XIX. Tras el colapso del orden colonial en Hispanoamérica, el funcionamiento de los sistemas políticos descansó en la elección y legitimación de los representantes a través del sufragio popular. Así, las elecciones fueron un dato recurrente de la vida política, al tiempo que otras formas de intervención pública como la prensa, las movilizaciones callejeras y los levantamientos armados se hallaron a menudo vinculados a los procesos electorales. En la Argentina, la Constitución Nacional y las leyes sancionadas por el Congreso entre 1857 y 1863 estipularon las características fundamentales del régimen electoral nacional, mientras que las provincias, con ritmo dispar, elaboraron sus propios reglamentos para regular los comicios locales. A diferencia de otras experiencias de la región, tuvieron derecho a voto prácticamente la totalidad de los varones adultos en el periodo aquí abordado.

En general, la historiografía más tradicional señaló el carácter restrictivo y “fraudulento” de las elecciones en esta etapa, postulando que se trataba de instancias viciadas por la manipulación de las dirigencias y de poca relevancia para dar cuenta de la vida política. Posteriormente, en las décadas de 1980 y 1990, el tema se reinstaló en la agenda historiográfica con interrogantes y perspectivas nuevas para ofrecer imágenes complejas y diversas de las experiencias electorales del XIX y formular algunas claves sobre el impacto de esas instancias en la dinámica del sistema político y en la conformación de la ciudadanía. En los últimos años han aparecido varias investigaciones que plantean nuevos interrogantes y perspectivas para la historia electoral de la región a partir del estudio de escenarios que hasta ahora habían recibido menor atención. Lejos de tratarse de una mera constatación de las enunciaciones formuladas por los estudios clásicos sobre Buenos Aires o Santa Fe, los análisis recientes iluminan aspectos decisivos de las modalidades que tuvo la participación electoral en los distintos espacios provinciales. La mayoría ofrece datos cuantitativos para dimensionar y comparar esas experiencias locales y trazar una imagen más compleja de los comicios y sus dinámicas particulares.

Iniciamos este dossier con un texto fundamental de Hilda Sabato que analiza la ciudad de Buenos Aires, un caso que tiene mucho de excepcional en el panorama nacional pero que a la vez resulta central por su peso político y simbólico.[1] La autora muestra allí que la actividad político-electoral  excedía el mero acto de votar e involucraba actores, momentos y escenarios variados. Una etapa pre-electoral en la que las dirigencias negociaban las candidaturas; los clubes políticos realizaban los “trabajos electorales” y se desplegaban movilizaciones en las calles de la ciudad, con la participación de mujeres, niños, extranjeros, dirigentes y ciudadanos que no necesariamente hacían uso de su derecho de votar. Ya en el día del comicio, la participación resultaba más restringida y los protagonistas eran hombres de un amplio espectro social (pero sobre todo de las clases populares) movilizados de manera colectiva y jerárquica en el marco de las redes electorales articuladas por los clubes en nombre de los partidos.

Esta investigación abrió un campo de indagación en el que posteriormente se insertaron y dialogaron otros estudios; algunos de los cuales forman parte de este dossier. En primer lugar, un artículo de Marta Bonaudo que examina el caso santafesino y aunque no aborda las elecciones per se, analiza un actor clave de las lides electorales: el jefe político, figura presente en varias provincias que funcionaba como delegado directo del Ejecutivo en las jurisdicciones departamentales. Esos jefes desempeñaban un rol político y electoral central pues dada su posición de mediación entre las autoridades, los funcionarios locales y la sociedad civil, estaban en condiciones de reclutar votantes por cooptación o por coerción. En ese sentido, Bonaudo ha llamado la atención respecto del peso de las solidaridades y jerarquías sociales en la conformación de las redes político-electorales, dando algunos indicios de las razones que llevaban a los votantes a participar de una elección (un tema que resulta decisivo, pero elusivo).

Segundo, el artículo de Beatriz Bragoni que ofrece un panorama bastante completo del escenario mendocino: revisa las normativas electorales provinciales y los intentos fallidos por recortar el derecho al sufragio. Asimismo, analiza los diferentes procedimientos electorales y advierte sobre el protagonismo de las autoridades locales (jueces, subdelegados y jefes de milicias) en el reclutamiento y movilización de los votantes, así como su capacidad para obstruir la participación de eventuales opositores. También describe las variadas instancias que se activaban para concitar adhesiones y apoyos electorales, como periódicos, bailes y reuniones, y destaca la importancia de las identificaciones políticas en la conformación de redes y alianzas. Por último, realiza una prolija revisión de los padrones provinciales para delinear perfiles de los electores en la ciudad y en la campaña, lo cual le permite constatar la “variedad social” de los sujetos inscriptos y trazar algunas características y trayectorias específicas de los individuos registrados.

En tercer lugar, sumamos un artículo de Gustavo Paz que estudia la estructuración y funcionamiento de un “gobierno de familia” en la provincia de Jujuy entre 1853 y 1875. El autor analiza las alternativas de los comicios locales y nacionales en la coyuntura previa a la elección presidencial de Avellaneda, signada por la importante movilización de una variedad de sujetos para la disputa de los cargos. Allí puede advertirse el papel de las comunidades campesinas indígenas y el entramado de relaciones con la dirigencia política, así como las consignas que daban sentido a la participación de ese actor en los enfrentamientos de la elite local.

Incorporamos, en cuarto lugar, el artículo de María José Navajas[2] que reseña las leyes y procedimientos electorales nacionales y provinciales relativos a Tucumán, así como su modificación a lo largo del XIX. Esta autora revisa esas reglamentaciones en relación también con las prácticas electorales locales, dando cuenta de los ámbitos y modalidades de participación, así como de sus protagonistas: peones, jornaleros, jueces de paz, comandantes de milicia, etc. En ese marco, analiza la puesta en funcionamiento de las redes electorales, y subraya la centralidad de los clubes políticos como espacios de articulación, organización y promoción de la participación, brindando interesantes datos cuantitativos al respecto.

Este punto es abordado también por el texto de Laura Cucchi que explora los mecanismos de reclutamiento y movilización electoral en la capital y un escenario de campaña de Córdoba a fines de los años setenta. En ese marco comparativo, se propone identificar las concordancias y diferencias entre esos espacios políticos, ateniendo a la organización y despliegue electoral de los clubes políticos. Sobre esa base, ofrece un mirador respecto de los lazos entre líderes partidarios, dirigentes intermedios y votantes en ámbitos dispares como las agencias estatales, las asociaciones estudiantiles y de artesanos, los espacios de trabajo en la campaña, las milicias, etc.

El artículo de Roberto Schmit analiza los desafíos que la adopción de los preceptos de la Constitución Nacional involucró para el ordenamiento político entrerriano. Atiende especialmente a la sanción del texto constitucional de 1860 y la ley electoral de 1861 que implicaban la desarticulación de principios básicos del poder ejercido por Urquiza en tanto vedaban la posibilidad de la reelección inmediata del gobernador y delineaban un control y fiscalización del ejecutivo por parte del legislativo (en un contexto de crecientes disputas entre los grupos federales liderados por el propio Urquiza y López Jordán). El examen de dos coyunturas electorales muestra la importancia de los “intermediarios políticos”, en especial los jefes políticos y los jefes militares para la movilización electoral, y el relevamiento de registros cívicos y actas electorales demuestra la fuerte gravitación de los espacios rurales y una alta participación en los comicios que antecedieron a la revolución jordanista de abril de 1870.

Por último, el examen de las prácticas electorales salteñas en las décadas de 1850 y 1860 es parte de un trabajo más amplio de Juan Ignacio Quintián, su tesis doctoral, y permite establecer algunos puntos de comparación con los otros artículos que integran este dossier. Quintián revisa algunas actas electorales de la ciudad de Salta para delinear el universo variado de votantes e interrogarse acerca de los vínculos que posibilitaban la movilización de los sectores populares para disputar los comicios. Además, ofrece un interesante resumen de los debates que, a mediados de la década de 1850, se plantearon en torno al derecho a voto y su articulación con el deber de cumplir con el servicio de armas. A partir de esos debates, que también se desarrollaron en otros escenarios provinciales al momento de diseñar las cartas constitucionales, se advierten diferentes nociones de ciudadanía y criterios dispares acerca de la amplitud del derecho a voto.

En conjunto, todos estos trabajos muestran los límites de las miradas tradicionales sobre el tema. Aunque se confirma que los votantes representaban un porcentaje minoritario de la población, se advierte que ello no era el resultado de restricciones normativas, sino, fundamentalmente, del carácter voluntario del sufragio que hacía que sólo se movilizaran aquellos que habían sido reclutados y encuadrados para ese fin. Esos votantes no provenían en general de las elites, sino que eran predominantemente individuos de las clases populares, vinculados a las redes político-electorales por una mezcla diversa de incentivos y castigos materiales, políticos y personales, sobre lo cual resta mucho por saber. Esperamos que estos textos, que brindan un panorama sobre las investigaciones de distintos escenarios provinciales, resulten útiles para todos aquellos interesados en esta temática.

 

Textos seleccionados para el dossier

 

[1] En este texto, publicado en 1995, la autora sistematizó sus estudios sobre este tema, que unos años después presentó de manera más acabada en su clásico Sabato, Hilda (1998) La política en las calles: entre el voto y la movilización, Buenos Aires, 1862-1880. Buenos Aires: Sudamericana.

[2] Una versión posterior y más desarrollada del tema puede consultarse en la tesis doctoral de la autora: Navajas, María José (2008) Actores, representaciones, discursos y prácticas: la política en Tucumán, Argentina, 1852-1887. Tesis de Doctorado, El Colegio de México, México. Disponible en:    https://na03.alma.exlibrisgroup.com/view/delivery/52COLMEX_INST/1264711350002716 y en el artículo Navajas, María José (2009) Los clubes políticos en Tucumán. Discursos, representaciones y prácticas. Estudios Sociales, 36, pp. 9-35.

 

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Dossier. Las milicias en acción. Revoluciones, elecciones y ejército en la Argentina de la segunda mitad del siglo XIX https://historiapolitica.com/dossiers/dossiermilicias/ https://historiapolitica.com/dossiers/dossiermilicias/#respond Sat, 22 Oct 2011 13:26:02 +0000 http://historiapolitica.com/?page_id=1174 Las milicias en acción. Revoluciones, elecciones y ejército en la Argentina de la segunda mitad del siglo XIX
Flavia Macías(ISES-CONICET/Universidad Nacional de Tucumán)

Sin lugar a dudas, las preguntas formuladas desde la nueva historia política ubican al estudio de las milicias decimonónicas en un lugar central. Estos cuerpos cívicos-militares, integrantes de los descentralizados y complejos ejércitos hispanoamericanos del siglo XIX, participaron de la vida política, se erigieron en espacios de construcción ciudadana y en ámbitos de conexión entre gobernantes y gobernados, entre el “pueblo” y la república. Su funcionamiento, organización y composición interna hicieron evidente el contraste entre los diferentes tipos de fuerzas que integraron los referidos ejércitos. Además, acuñaron un particular sentido de defensa que impulsó acalorados debates políticos en torno al problema de la construcción de una fuerza pública y nacional, en las nacientes repúblicas hispanoamericanas.
¿Qué eran las milicias? En los últimos años, buena parte de la historiografía se ha encargado de contribuir con una definición de este tipo de cuerpos, muchas veces confundidos o superpuestos con otras fuerzas militares desarrolladas en Hispanoamérica. Por su estructura y funcionamiento, se diferenciaron del servicio regular-profesional y del posterior sistema de conscripción obligatoria implementado en el siglo XX. Las milicias funcionaron como cuerpos auxiliares del ejército regular, convocadas y movilizadas eventualmente cuando las circunstancias así lo demandaban. Estaban integradas exclusivamente por ciudadanos que mediante su enrolamiento sellaban su compromiso con la defensa de su patria. Organizadas desde tiempos coloniales, durante los años de las revoluciones de independencia funcionaron como cuerpos cívicos-urbanos auxiliares de los ejércitos revolucionarios. En este contexto, su composición social se amplió e incluyó a gran cantidad de habitantes de las ciudades, muchos de ellos no portadores de las calidades vecinales exigidas durante la colonia. Justamente, las variadas características de sus integrantes, el alto número de enrolados, sus funciones vinculadas con la defensa de la ciudad y sus instituciones y todo esto en combinación con la ya conocida faccionalización de los ejércitos revolucionarios se constituyen en razones que explican la íntima relación entre las milicias y la vida política revolucionaria. Asambleas cívico-militares, pronunciamientos y elecciones fueron ambitos de acción privilegiados por las milicias, convocadas por comandantes rebeldes o por la propia institución capitular, aún vigente en esos años. En calidad de milicianos o “cívicos”, gran cantidad de habitantes protagonizaron los acontecimientos políticos desarrollados durante las revoluciones de independencia, y entraron en contacto con el naciente escenario republicano en Hispanoamérica.

La crisis del poder central revolucionario ocurrida en el Río de la Plata en 1820, erigió a las provincias en las nuevas unidades políticas de referencia y las milicias, así como los regimientos residuales del ejército revolucionario, constituyeron los nuevos ejércitos provinciales. Estos fueron el brazo armado de provincias autónomas y soberanas que protagonizaron la disputa por la configuración de un estado centralizado o una unión de tipo confederal. Los ejércitos provinciales se afianzaron una vez que esta última opción se definió por sobre la otra. Las milicias mantuvieron en estos ejércitos un papel central. Organizadas tanto en el ámbito urbano como rural, incluyeron a todos los habitantes nacidos y domiciliados en ella, a partir de los 16 años. Los batallones de campaña fueron, en el caso de algunas provincias como Tucumán, cuerpos de funcionamiento regular al mando de un comandante departamental designado por el gobernador. Por su parte, las provincias que poseían el problema fronterizo con el indio (Córdoba, Buenos Aires o Santiago del Estero) organizaron y afianzaron, además de sus milicias, regimientos de línea. Éstos se integraron por soldados voluntarios, “vagos” reunidos en levas, destinados por los jueces, desertores recapturados e incluso esclavos que por este medio obtuvieron su libertad. Todos los habitantes enrolados en las milicias lo hicieron en plenitud de sus derechos civiles, garantía que no existía para los “vagos” reclutados en levas. En todas las provincias, la responsabilidad del reclutamiento recayó en las autoridades locales (jueces de paz, comandantes) y en algunos casos como el de Buenos Aires, la organización del ejército provincial se materializó en leyes o códigos militares. En general, el control sobre los diferentes tipos de fuerzas provinciales derivó en el poder ejecutivo provincial, si bien en este proceso los comandantes locales desarrollaron un papel central.

Organizada en la Argentina luego de la Batalla de Caseros, la guardia nacional (institución militar incorporada por las diferentes repúblicas hispanoamericanas) retomó y afianzó la tradición miliciana iniciada en la década revolucionaria. Su organización en cada provincia por decreto de Urquiza tuvo por objetivo crear una fuerza cívica complementaria del ejército de línea, pero que a su vez respondiera al mandato del poder central. Su puesta en funcionamiento no fue fácil y evidenció diferentes ritmos en cada provincia. En algunos casos como Buenos Aires, la fuerza se creó en los años de secesión, reemplazó a las antiguas milicias y fue espacio de configuración de una fuerte identidad cívico-militar porteña. En Tucumán, los batallones de la guardia comenzaron por reemplazar los cuerpos cívicos urbanos y recién hacia la década de 1870 se observan cuerpos de la guardia en la mayoría de los departamentos de campaña. En La Rioja, la institución cívico-militar se creó recién en la década de 1860.
Más allá de estos contrastes, la guardia nacional institucionalizó un tipo de servicio de armas que, sostenido en la figura del “ciudadano armado”, no dejó de lado la impronta provincial. Si bien, la misma implicaba la conformación de una milicia nacional, el decisivo papel de los gobernadores y de las provincias en el armado y puesta en marcha de esta fuerza proyectó a los años de la organización nacional los referentes provinciales en clave militar.
Desde el punto de vista de la configuración ciudadana, la guardia nacional también fue fundamental ya que afianzó el componente militar de la ciudadanía decimonónica. El guardia nacional era el ciudadano custodio de las leyes y de la república cuyo “deber-derecho” era el de acudir en su defensa, pudiendo para esto empuñar las armas. Como consecuencia, se afianzó un vínculo directo entre los ciudadanos y la constitución, que muchas veces se puso por encima de los gobiernos de turno y se implementó como fundamento de revoluciones y levantamientos políticos. Si bien muchos de ellos tuvieron que ver con disputas inter partidarias, las justificaciones utilizadas en las mismas evocaban un sentido del servicio de armas y del servicio ciudadano que tiñó la experiencia republicana decimonónica y el proceso de construcción nacional. Por su parte, la relación directa entre el guardia nacional y el ciudadano elector (para poder votar había que estar enrolado en la guardia nacional) institucionalizó el vínculo entre el guardia nacional y el votante y colocó a la institución cívico-militar en un lugar decisivo del proceso electoral.

La guardia nacional protagoniza este dossier que, a partir de aportes de especialistas, pretende demostrar el decisivo papel de esta institución cívico militar en el controvertido proceso de construcción nacional. La organización y puesta en marcha de la guardia generó conflictos y desafíos que pusieron al poder central, a las dirigencias provinciales y a la propia ciudadanía en situación de pensar y repensar los sentidos y derroteros del estado-nación que se estaba construyendo.
Ezequiel Gallo y María Josefa Wilde, mediante su trabajo publicado en Revista Histórica en 1980, marcaron caminos posibles para abordar la relación entre guardia nacional y revolución, a través del estudio del ciclo revolucionario en Santa Fe entre 1876 y 1878. Para aquellos interesados en la vida política del siglo XIX, este estudio estimuló preguntas que hicieron evidente la necesidad de articular el análisis de las fuerzas cívico-militares con las vías de acción cívico-políticas, entre ellas, la revolución. Hilda Sábato, referente ineludible en este tema, nos muestra de qué manera la revolución de 1880 en Buenos Aires expresó la tensión entre diferentes proyectos de estado en pugna. Mediante su artículo publicado en Revista de Indias (año 2009) explica cómo la guardia nacional, y en espacial una de sus vías de acción más conocidas, la revolución, se erigieron en parte indisociable de la experiencia republicana en permanente debate. Trabajos como los de Lea Geler evidencian el interés de la actual historiografía por los afroporteños y la ciudadanización del los mismos, en el siglo XIX. Más allá de presentarse como un estudio dedicado al análisis del proceso electoral de 1874 y la participación de los afroargentinos en el mismo, el artículo que aquí presenta, publicado en Revista de Indias (2007), analiza a la guardia nacional como una de las vías utilizadas por este colectivo para ganar posiciones sociales e ingresar en la puja política porteña. El trabajo de Flavia Macías constituye un avance de investigación en torno al rol de la guardia nacional en la configuración del ejército nacional. Analiza las formas de apelar al ciudadano en armas y el afianzamiento en tiempos de Sarmiento de los ejes del debate en torno a la fuerza pública, que caracterizó el último tercio del siglo XIX en la Argentina. También aborda la respuesta tucumana a la propuesta militar sarmientina así como sus repercusiones en la dirigencia provincial. Por su parte Silvia Ratto, en su comunicación presentada en las Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia (2009) realiza un aporte muy especial: el estudio de la guardia nacional en la frontera y la incorporación de indígenas a la misma. El funcionamiento de esta institución cívico militar en el mencionado escenario, las características sociales de sus integrantes y el funcionamiento de la guardia en relación con las fuerzas de línea, constituyen algunos de los problemas centrales de este trabajo. En cuanto al trabajo de Alejandro Eujanián (capítulo constitutivo de su tesis doctoral defendida en Rosario-2011), el mismo aborda la organización y funcionamiento de la Guardia Nacional también desde una perspectiva local (la ciudad de Buenos Aires en la década de 1850). Sin embargo, a partir del estudio del caso porteño, se resaltan otras cuestiones de particular importancia: de qué manera la puesta en marcha de esta institución generó una fuerte identidad local; cómo se afianzaron las distinciones entre el soldado y el guardia nacional; de qué forma pensaron los protagonistas a la relación ciudadanía-servicio de armas.
Los artículos que aquí se presentan muestran una serie de abordajes posibles respecto de una fuerza militar que, sin lugar a dudas, fue fundamental en el debate y definiciones de la república decimonónica y de las relaciones entre Estado, gobierno y ciudadanía, en la Argentina de la segunda mitad del siglo XIX. Por su parte, la mirada provincial es claramente intencional. Este escenario cobra un rol decisivo en el marco de estos trabajos, ya que es allí donde la guardia nacional actúa en todo su esplendor, tanto en la disputa política como en el ámbito de la guerra. Mediante el análisis de la guardia nacional en clave provincial y a su vez local, estos estudios reflejan de forma profunda y compleja el derrotero republicano en las provincias, las conflictivas relaciones provincia-nación y la dinámica de las relaciones políticas y sociales en la ciudad y en la frontera. Con interesantes e innovadores resultados, los trabajos aquí reunidos estimulan el desarrollo de investigaciones de esta índole, para otros casos provinciales y locales. (En complemento con estos artículos, se recomienda la lectura del trabajo de Beatriz Bragoni: “Cuyo después de Pavón. Consenso, rebelión y orden político, 1861-1874”, incluido en la sección “Jornadas”/“Jornadas de Historia política. De la Periferia al centro: la formación del sistema político nacional. 1852-1880” de historiapolitica.com.)

 

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Dossier. Reflexiones en torno a los estudios sobre Territorios Nacionales https://historiapolitica.com/dossiers/territorios/ https://historiapolitica.com/dossiers/territorios/#respond Tue, 20 Jul 2010 18:17:01 +0000 http://historiapolitica.com/?page_id=622 Reflexiones en torno a los estudios sobre Territorios Nacionales
Orietta Favaro-Graciela Iuorno (Cehepyc/Clacso-UNCo)

Resulta indiscutible que en Buenos Aires y litoral argentino es donde nuestra disciplina acredita una dilatada producción de prácticas historiográficas y además, es donde se generaron políticas editoriales desde hace varias décadas, que viabilizaron su divulgación-conocimiento interno e internacional. No obstante, historiadores de otras provincias del país llevan adelante -de forma creciente- investigaciones académicas que nutren y enriquecen la construcción del conocimiento histórico nacional, pero que aún no logran alcanzar la suficiente difusión y debate como acontece a la inversa. En particular desde los años 1980, se adquiere mayor conciencia de la urgencia en revertir la situación y en ese sentido, los historiadores y los académicos desde las universidades y centros de estudios, desarrollan proyectos y programas tendientes a la producción de trabajos sobre historias locales y provinciales, con articulaciones de dimensiones, problemas y categorías que dan cuenta de las singularidades propias y de las generalidades compartidas con la realidad histórica nacional.

Las investigaciones de historia locales, de micro-historia con los aportes de la historia oral nos ayudan a reflexionar sobre la complejidad de la reconstrucción de una historia nacional, de un país, que por mas de setenta años tuvo habitantes/pobladores con diferentes ‘grados’ y ejercicios en cuanto a sus derechos humanos (civiles, políticos, económicos, sociales), en particular, los derechos políticos que gozaban los habitantes varones y mayores de edad de las provincias. Pero el estudio de las diferentes realidades jurídicas del espacio del territorio nacional, conformado, entre 1884 y 1955, por 14 provincias y 10 territorios (gobernaciones) nos lleva a entender con E. Morin que el todo está en las parte y en las relaciones que se entre sí establecen… y las partes conforman el todo pero este a su vez retro-actúa en las partes confiriéndoles propiedades nuevas (1988).

En esto orden de cosas, los estudios que aquí presentamos son referentes para los investigadores que intentan abordar problemas, temas y dimensiones de análisis de los espacios de desarrollo que organizó el Ejecutivo nacional en el último tercio del siglo XIX, algunos ellos publicados en una obra reciente: esto es, los territorios nacionales (Graciela Iuorno y Edda Crespo (coord). Nuevos Espacios, Nuevos Problemas. Los Territorios Nacionales, Neuquén, Educo, 2008).

Nuestras reflexiones se inscriben dentro del aporte que, desde las nuevas provincias -Chaco (1955), Chubut (1955), Formosa (1955), Misiones (1953), Neuquén (1955), La Pampa (1951), Río Negro (1955), Santa Cruz (1955), Tierra del Fuego (1991)- se pueden hacer a las revisiones, a las nuevas periodizaciones de la historia argentina de los últimos cien años. Si bien acordamos que la noción de totalidad constituye la cuestión fundamental en todo análisis, – aunque no existe conocimiento con posibilidad de abarcar todo -, se trata de presentar un buen mapa de esa pretendida síntesis. El problema y las preguntas que se dibujan en nuestra frontera son los que determinan qué nivel de análisis vamos a realizar, distinguiendo los espesores de la realidad y respetando la especificidad del estudio de caso.

En los territorios, luego nuevas provincias se pueden hallar claves significativas para releer el proceso histórico nacional y enriquecerlo a partir de nuevos aportes, con la intención de salir de las interpretaciones ‘generalizadoras’ que se sostiene en supuestos que no contemplan las variaciones de las dinámicas propias de los espacios provinciales inscriptas en diferentes momento histórico de su conformación como tales. Existe una tendencia a interpretar el proceso histórico en términos de un centro dinámico metropolitano, hecho que conlleva el riesgo de concretar un ejercicio simplificador al englobar una realidad socio- histórica más compleja que es la que encarna una argentina de diferentes velocidades de integración y desarrollo.

En este dossier, presentamos una selección de trabajos particularmente orientados a la historia política de los Territorios Nacionales, a partir de la colaboración de colegas de esos lugares, las nuevas provincias, con los cuales creemos, el lector podrá tener una visión más completa y compleja de la Historia Nacional.

Los ejes que articulan los aportes de los estudios de los TN son: la cuestión de la ciudadanía, los debates por la provincialización y las prácticas políticas locales.

Julio de 2010

 

Versión modificada del artículo: Arias Bucciarellli y Silvina Jensen, “La Historiografía de los Territorios Nacionales. Un campo en construcción”; en Anuario del Centro de Estudios Históricos ‘Prof. Carlos S. Segreti’, dossier “25 años de historiografía argentina: la escritura de la historia en la Argentina entre el retorno a la democracia y el bicentenario”, Córdoba, 2009, Nº 8.

En Realidad Económica, Buenos Aires, IADE, 1997, 144.

En Entrepasados. Revista de Historia, Buenos Aires, 1995, 9.

En Prislei, Leticia (comp.) 2001, Pasiones sureñas. Prensa, cultura y política en la frontera nordpatagónica (De fines del siglo XIX a mediados del siglo XX), Buenos Aires, Prometeo – Entrepasados.

En Ruffini, Martha y Masera, Ricardo Freddy (coord.) Horizontes en perspectiva. Contribuciones para la Historia de Río Negro, 1884-1955, Vol I., Viedma, Fundación Ameghino, Legislatura de Río Negro, 2007.

En Aixa Bona y Juan Vilaboa (coordinadores) Las formas de la política en la Patagonia. El primer peronismo en los territorios nacionales, Buenos Aires, Biblos, 2007.

En Cuadernos del Sur, Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca, 2001/2002, 30/31.

En Graciela Iuorno y Edda Crespo (coord.) Nuevos Espacios. Nuevos problemas. Los territorios nacionales. Neuquén, Educo-Universidad Nacional del Comahue-Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco-Cehepyc, Editores, 2008.

En Revista de la Junta de Estudios Históricos del Chaco. Resistencia. Provincia del Chaco. Subsecretaría de Cultura. Volumen II, 2005.

En Estudios Sociales, Santa Fe, 2009, 36.

En Graciela Iuorno y Edda Crespo (coord.) Nuevos Espacios. Nuevos problemas. Los territorios nacionales. Neuquén, Educo-Universidad Nacional del Comahue-Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco-Cehepyc, Editores, 2008.

Versión especial para el presente dossier. Artículo previo publicado en Cuadernos del Sur, Universal Nacional del Sur, Bahía Blanca, 2001/2002, 30/31.

Versión especial para el presente dossier. Artículo previo “Evolución política e institucional de Misiones: de Territorio Nacional a provincia. 1881-1953 publicado en Iuorno,Graciela – Edda Crespo (coord.) Nuevos Espacios. Nuevos Problemas. Los Territorios Nacionales, Neuquén, Universidad Nacional de Comahue-Universidad Nacional de la Patagonia “San Juan Bosco”, 2008.

En Graciela Iuorno y Edda Crespo (coord.) Nuevos Espacios. Nuevos problemas. Los territorios nacionales. Neuquén, Educo-Universidad Nacional del Comahue-Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco-Cehepyc, Editores, 2008.

En Graciela Iuorno y Edda Crespo (coord.) Nuevos Espacios. Nuevos problemas. Los territorios nacionales. Neuquén, Educo-Universidad Nacional del Comahue-Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco-Cehepyc, Editores, 2008.

En Arnoldo Canclini, Así nació Ushuaia. Orígenes de la ciudad más austral del mundo. Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1989.

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