derechos – historiapolitica.com https://historiapolitica.com El sitio web del Programa Interuniversitario de Historia Política Tue, 18 May 2021 01:29:22 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.2 https://historiapolitica.com/wp-content/uploads/2014/08/cropped-logo1-32x32.png derechos – historiapolitica.com https://historiapolitica.com 32 32 Dossier | Trabajo, género y política en América Latina, siglos XIX y XX https://historiapolitica.com/dossiers/dossier-trabajo-genero-y-politica-en-america-latina-siglos-xix-y-xx/ Tue, 18 May 2021 01:05:03 +0000 http://historiapolitica.com/?post_type=dossiers&p=4219 ISSN sección Dossier 2618-415x

 

Dossier | Trabajo, género y política en América Latina, siglos XIX y XX


Inés Pérez (CONICET-UNMdP) y Débora Garazi (CONICET-UNQ-UNMdP)

 

Introducción

La historia del trabajo ha construido una narrativa de acuerdo a la que, desde fines del siglo XIX, se habría observado un progresivo predominio del trabajo asalariado por sobre otras formas de trabajo. En los últimos años, distintos estudios han tensionado la linealidad de esa interpretación y la homogeneidad que atribuía a los mundos del trabajo. En este sentido, se ha señalado que esa conceptualización se adecua con dificultad a los mundos del trabajo latinoamericanos, fuertemente heterogéneos, con altos índices de trabajo no registrado, donde las relaciones asalariadas conviven con otras en las que el intercambio de trabajo está atravesado por vínculos de dependencia y no siempre acompañado de una remuneración monetaria. En este dossier se presentan algunas de las investigaciones que no solo discutieron el progresivo predominio de las relaciones salariales, sino que además destacaron el peso del género en esa interpretación, que, desde una mirada androcéntrica, privilegió un concepto y unas formas de trabajo que se adecuaban a trayectorias eminentemente masculinas.

La disputa en los sentidos de la historia del trabajo se apoya en una discusión sobre las fuentes y las formas de leerlas. Como muestran algunos de los textos reunidos en este dossier, el registro de los mundos del trabajo y las categorías a partir de las que se lo cuantificó fueron el resultado de intervenciones políticas. La lectura a contrapelo de las fuentes históricas que realizan los artículos aquí reunidos permite poner en evidencia los modos en que fueron construidas, lo que quedó por fuera, y lo que puede leerse a partir de un ejercicio de cruce de fuentes y de problematización e historización de las categorías utilizadas en ellas. Del mismo modo, los textos que forman parte de este dossier proponen la ampliación de los archivos donde buscar rastros para la historia del trabajo, como discursos de médicos y autoridades de la salud, memorias del departamento de policía, expedientes de la justicia de paz, registros de ingresos y gastos de la cámara municipal, etc.

Las investigaciones aquí reunidas también problematizan las intervenciones políticas sobre los mundos del trabajo. Distintas agencias estatales tuvieron un papel relevante en la delimitación de lo que en distintos momentos se entendió como trabajo y no trabajo, así como en la distinción entre las formas de trabajo legales y clandestinas, libres y dependientes, remuneradas y no remuneradas. Las políticas del trabajo son claves para comprender las jerarquías entre las actividades laborales y les actores que las realizan. Dichas intervenciones también resultan centrales para reconstruir la configuración de las políticas de les trabajadores, que es otro de los ejes que atraviesan el presente dossier.

Como mencionamos anteriormente, les trabajadores no solo eran objeto de las políticas e intervenciones, sino que elles se constituyeron como actores que, en tanto trabajadores, hacían política en sentidos amplios. En ese sentido, la política del trabajo puede entenderse como una arena de encuentros, diálogos, conflictos y tensiones, de la que tanto el Estado y sector empresarial como les trabajadores  participaban con una agenda propia. Los artículos que reúne este dossier dan cuenta de que, de distintas maneras, les trabajadores politizaron sus experiencias de trabajo y, lo que es más, su vida cotidiana y familiar. A través de la acción sindical más tradicional que caracterizó gran parte del siglo pasado, y de negociaciones o resistencias cotidianas más pequeñas, les trabajadores reclamaron por aquello que consideraban justo, dando cuenta de que -como ha señalado el feminismo- lo personal también era político. Los artículos muestran el protagonismo que adquirieron las familias en el marco de reclamos y defensa de derechos laborales y, por lo tanto, la imposibilidad de abordar el mundo del trabajo público sin atender a aquello que ocurría en el mundo doméstico y familiar. En esa articulación, el género de les trabajadores fue central.

En el primer texto incluido en este dossier, Fabiane Popinigis propone pensar la historia del trabajo en el siglo XIX en diálogo con la de la esclavitud, tensionando la política de la historia que los construyó como campos historiográficos independientes. A partir del análisis del caso de Desterro (hoy Florianópolis), Popinigis muestra que, más que por una transición del trabajo esclavo al trabajo libre, el siglo XIX estuvo marcado por una fuerte diversificación e intensificación de las formas de trabajo compulsivo. La autora pone el foco en las instancias de negociación y destaca el lugar del trabajo y las relaciones entabladas a partir de esa actividad, así como la agencia de las mujeres esclavizadas.

En el siguiente texto, Valeria Pita también muestra la heterogeneidad de actividades consideradas trabajo en la ciudad de Buenos Aires entre las décadas de 1850 y 1870, un tiempo identificado como constitutivo de las relaciones de trabajo capitalistas. Pita pone el foco en las trayectorias de mujeres que desarrollaron sus estrategias para alcanzar la supervivencia alternando entre colocaciones o conchabos caracterizados por márgenes de dependencia variables. El texto permite reponer la historicidad de la noción de trabajo, así como la complejidad de las relaciones en el marco de las que se desarrollaba, que el uso de categorías como trabajo libre o asalariado han tendido a simplificar.

El tercer artículo, de Christiana Schettini, analiza la diversidad de arreglos en los que se superponían relaciones laborales y familiares en la Buenos Aires finisecular, y las disputas que muestran los sentidos múltiples que les actores asignaban al trabajo. El artículo muestra la productividad de la normativa municipal, más allá de los intentos de ordenar la sociabilidad masculina y el trabajo sexual femenino, en la configuración de demandas y derechos surgidos de la confrontación de les actores respecto del poder municipal y en los intersticios creados con el de la policía.

Más adelante, Cecilia Allemandi avanza hasta las primeras décadas del siglo XX y recompone el mapa de los mundos del trabajo en Buenos Aires. Allemandi utiliza los censos nacionales y municipales pero, lejos de leerlos como evidencia transparente, recupera la política de registro a partir de la que el Estado produjo información sobre esos mundos. A partir de una lectura a contrapelo, Allemandi construye una imagen que privilegia actores y ocupaciones hasta ahora relegadas en la historiografía, como niñes jóvenes y mujeres, que desarrollaban distintas tareas vinculadas a la reproducción y el trabajo doméstico. De igual forma, señala la inestabilidad de las ocupaciones en un escenario que era muy cambiante y dinámico, pero atravesado por procesos de segregación laboral por género y edad.

En el quinto artículo, Andrea Andújar hace foco en las huelgas de les trabajadores de la actividad petrolera en Comodoro Rivadavia de 1932, para indagar en las nociones de lo justo que sustentaron los derechos enunciados y defendidos por varones y mujeres trabajadoras. Lejos de circunscribir su análisis al ámbito estrictamente laboral la autora sitúa dichas concepciones en el marco de la comunidad y el hogar. Los lazos de sociabilidad que se generaron en dichos espacios dieron lugar a la construcción de relaciones de confianza, intercambio de información y percepciones que incidieron en los modos en que les trabajadores reclamaron aquello que consideraban justo mediante distintas vías.

Luego, Florencia Gutiérrez explora los modos en que, en el primer peronismo, el Estado incidió en la construcción de liderazgos sindicales masculinos en los ingenios azucareros tucumanos. Tanto los liderazgos masculinos como las formas de negociación sindical fueron modelados por el modo en que el peronismo redimensionó la masculinidad obrera al asociarla a un modelo de trabajador caracterizado por la virilidad, las actitudes desafiantes, la valentía y la fuerza personal. De esta manera, la autora muestra cómo el peronismo contribuyó a resignificar las nociones de lo justo, atravesadas por clivajes de género, clase y oficio, y habilitó la denuncia pública de situaciones que anteriormente se dirimían en la esfera privada.

A partir de la experiencia mexicana en las décadas de 1940 y 1950, el texto de Sandra Aguilar aborda distintos modos en los que el Estado se hizo presente en la vida cotidiana de los sectores populares -trabajadores y campesinos- a partir del desarrollo de políticas que buscaban mejorar su alimentación como vía para superar la pobreza y el atraso. Aguilar muestra que, en la aplicación de dichas políticas sanitarias, fue central el papel de las mujeres en un doble rol: por un lado, como profesionales de la enfermería y del trabajo social que informaban sobre higiene, nutrición y medicina preventiva; y, por otro, como trabajadoras domésticas y madres de familia, encargadas de adaptar y poner en práctica esas nociones cotidianamente. La autora entiende que dichas políticas generaron espacios de participación femenina en los que, tanto las amas de casa como las enfermeras visitadoras, negociaron y adaptaron los programas a sus intereses y necesidades.

Seguidamente, Débora Garazi problematiza un punto central en la narrativa que supone el predominio progresivo de las relaciones de trabajo mercantiles y contractuales: el de la remuneración. Garazi centra su mirada en el ámbito gastronómico y de la hotelería para historizar las diferentes formas de remuneración utilizadas en el sector desde inicios del siglo XX -propinas, salarios, laudo-, problematizando sus implicancias no sólo en términos de los ingresos de les trabajadores, sino también de sus derechos y en su estatus en la sociedad salarial. La autora marca un arco que va desde un trabajo que identifica como “de servidor” a uno calificado como “asalariado”, pero destaca la permanencia de elementos propios de las relaciones serviles, asociados al género de una actividad con estrechos puntos de contacto con la reproducción y el trabajo doméstico.

Finalmente, Elizabeth Hutchison analiza el proceso de construcción del sindicato de trabajadoras domésticas en Chile en la segunda mitad del siglo XX y examina cómo, en ese contexto, las activistas crearon y sustentaron redes de solidaridad política y religiosa. La autora sostiene que la movilización política de estas trabajadoras estuvo estrechamente ligada a la transformación del Estado chileno y profundamente impactada por los distintos regímenes laborales y agendas populares. Sin embargo, muestra que, a diferencia de otros colectivos de trabajadores, las dificultades que atravesó el movimiento de trabajadoras del hogar dan cuenta de los desafíos en torno a la organización colectiva, participación política y conquista de derechos que enfrentaron las mujeres cuyo trabajo era a la vez remunerado y reproductivo y que no se ajustaba a las definiciones hegemónicas de trabajo imperantes durante el período.

 

Textos seleccionados para el dossier:

Popinigis, Fabiane (2015). Trabajo, libertad y esclavitud: estrategias y negociaciones en el sur de Brasil, siglo XIX. Trashumante. Revista Americana de Historia Social, 6, pp. 146-168.

Pita, Valeria (2017). El género de la historia del trabajo: lecturas y dilemas situados. Buenos Aires, segunda mitad del siglo XIX. En Susana Bandieri y Sandra Fernández (coords.), La historia argentina en perspectiva local y regional. Nuevas miradas para viejos problemas, tomo 3 (pp. 255-270). Buenos Aires: Teseo.

Schettini, Cristiana (2016).  Ordenanzas municipales, autoridad policial y trabajo femenino: la prostitución clandestina en Buenos Aires, 1870-1880. Revista Historia y Justicia, 6, pp. 72 – 102.

Allemandi, C. (2017). El servicio doméstico y el mundo de las ocupaciones urbanas. En Sirvientes, criados y nodrizas: una aproximación a las condiciones de vida y de trabajo en la ciudad de Buenos Aires a partir del servicio doméstico (fines del siglo XIX-principios del XX) (pp. 33-66). Buenos Aires: Teseo.

Andújar Andrea (2014). En demanda de lo justo: conflictos por derechos en la Patagonia petrolera. Comodoro Rivadavia, 1932. Páginas. Revista Digital de la Escuela de Historia, 6 (12), pp. 41-67.

Gutiérrez, Florencia (2013). Desigualdad social, masculinidad y cualificación en el sindicalismo azucarero. Tucumán, 1944-1949. Anuario IEHS, 28, pp. 59-75.

Aguilar, Sandra (2008). Alimentando a la nación: género y nutrición en México (1940–1960). Revista de Estudios Sociales, 29, pp. 28-41.

Garazi, Débora (2016). Del “trabajo de servidor” al “trabajo asalariado”. Debates en torno a la remuneración de los trabajadores del sector hotelero-gastronómico en Argentina en las décadas centrales del siglo XX. Pasado Abierto, 2 (3), pp.105-127.

Hutchison, Elizabeth (2013). Identidades y Alianzas: El movimiento chileno de las Trabajadoras de Casa Particular durante la Guerra Fría. Nuevo Mundo Mundos Nuevos. [En línea], Cuestiones del tiempo presente, Puesto en línea el 11 abril 2013.

 

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Dossier | La reforma constitucional de 1949: nuevas miradas desde el derecho y la historia https://historiapolitica.com/dossiers/dossier-la-reforma-constitucional-de-1949-nuevas-miradas-desde-el-derecho-y-la-historia/ Thu, 18 Jun 2020 14:01:43 +0000 http://historiapolitica.com/?post_type=dossiers&p=4056 ISSN sección Dossier 2618-415x

Dossier | La reforma constitucional de 1949: nuevas miradas desde el derecho y la historia


Leticia Vita (UBA/CONICET)

 

Recientemente se cumplieron 70 años de la reforma de la constitución argentina de 1949. Fue la primera del siglo XX, la más amplia en lo que hace a modificaciones del texto de 1853 y la que, con la inclusión de derechos sociales, elevó la cuestión social a rango constitucional. También es, tal vez, el proceso constituyente que más polémica ha generado de nuestra historia. No es que los anteriores hubieran estado exentos de ella, sino que, posiblemente, la coyuntura política de 1949 potenció los desacuerdos y marcó su corta vigencia. La interpretación que se hizo del procedimiento de reforma (la famosa discusión sobre los miembros “presentes” y no “totales” del artículo 30), la habilitación de la reelección presidencial, la inclusión del estado de prevención y alarma y la no contemplación del derecho de huelga, han sido los principales tópicos sobre los que han girado (y todavía lo hacen) las críticas a esta reforma.

El tratamiento que la academia jurídica le ha dado a la constitución de 1949 da cuenta de estos desencuentros. La postura mayoritaria omite su referencia por considerarla nula, no vigente o directamente antidemocrática.[1] En el otro extremo, algunos trabajos de doctrina constitucional reivindican su programa político pero sin detenerse en el análisis de las fuentes o documentos históricos. Fuera de esos polos es escasa la bibliografía que desde la historia del derecho ha abordado la temática (por ejemplo los trabajos de Susana Ramella o Juan Fernando Segovia). Por su parte, la historia, si bien ha sumado otros temas a sus abordajes del período (la justicia, sus políticas sociales, etc.) todavía no se ha ocupado particularmente del marco constitucional del peronismo.

Así, tal vez por ello, este episodio de nuestra historia jurídico constitucional siga presentando numerosos vacíos empíricos. Desconocemos detalles sobre el proceso pre-constituyente, las fuentes que inspiraron los distintos proyectos o los efectos específicos de las disposiciones incorporadas, entre otros. Y estas vacancias son particularmente notables en lo que hace a la dimensión social de la reforma. La propuesta de este dossier, entonces, es difundir una serie de publicaciones que contribuyen a conocer algunos de los aspectos menos recorridos hasta ahora de la reforma constitucional de 1949.

Asimismo, los artículos aquí reunidos ofrecen una muestra de la necesidad de fomentar puntos de encuentro entre la historia y el derecho. Hace ya tiempo se publicaba en la revista de este Programa el dossier titulado “Historia Política e Historia del Derecho”[2] que denunciaba el divorcio existente entre “la historia”, en general, y “la historia del derecho” en particular. Este fenómeno, si bien se ha ido saldando en la última década, todavía sigue siendo muy pronunciado en el ámbito de la historia constitucional. En efecto, la mayor parte de los trabajos que se han escrito desde el derecho sobre la reforma de 1949 no entran en diálogo con la historiografía del período.

Es por esto que el dossier presenta un conjunto de artículos (tres de ellos recién publicados) que permiten, desde mi punto de vista, abordar la reforma constitucional de 1949 desde nuevas miradas. En primer lugar, porque se detienen en aspectos o utilizan métodos no muy frecuentados por la literatura específica, entre otros, la historia social o el análisis del discurso. En segundo lugar, porque comunican al derecho con la historia, abordando el fenómeno jurídico sin desatender la producción historiográfica sobre el período. En estos textos derecho e historia no son terrenos enfrentados. Finalmente, porque su lectura en conjunto ofrece una aproximación a diversas aristas del fenómeno, lo que lo convierte en un potencial material de estudio y enseñanza.[3]

El primer trabajo, de Mercedes Barros, nos introduce a la temática de los derechos durante el primer peronismo. Luego de una completa revisión del estado de la cuestión, Barros nos propone abordar la configuración de un nuevo sujeto de derecho a partir del estudio de las cartas y comunicaciones que las clases populares hicieron a llegar a Perón y Evita. Así analiza las implicancias sociales disruptivas e imprevistas de la introducción de un lenguaje basado en derechos que desafió al modelo liberal clásico pero que al mismo tiempo, vino a reparar y recrear un nuevo sentido comunitario. Este recorrido nos lleva a percibir cómo el peronismo propició un actor que no sólo gozó de este nuevo marco legal, sino que también exigió y forzó los límites de los derechos ya consagrados, pidiendo aún más.

En esa misma línea y también en clave de desandar las miradas predominantemente “desde arriba” y a partir de los “grandes” nombres que caracterizan a los estudios de historia del derecho tradicionales, la historia constitucional y, en general, la mayoría de los trabajos sobre la reforma de 1949, se inscriben las investigaciones de Jorge Afarian y Sebastián Pasarín, Pablo Canavessi y mi contribución al dossier. En esta última, presento un acervo documental hasta ahora inexplorado: el de las peticiones a la asamblea constituyente de 1949. Son cartas, telegramas, formularios y demás comunicaciones que individuos y grupos organizados hicieron llegar a los diputados reunidos en Buenos Aires para dar a conocer sus reclamos y propuestas. El trabajo describe la variedad de peticionantes y de objetos, dando cuenta de que gran parte de esos reclamos no estaban incluidos en el proyecto oficial y tampoco terminaron siendo incorporados a la constitución. Este fenómeno nos habla de las expectativas que, especialmente las clases populares, tenían respecto de la reforma constitucional en términos de derechos, su nivel de exigencia, además del grado de organización y del vínculo (artificial o espontáneo) entre estos sectores y el gobierno de Perón.

Por su parte, Jorge Afarian y Sebastián Pasarín se ocupan de uno de los reclamos más presentes en las peticiones alcanzadas a la asamblea: la inclusión del derecho de huelga en la constitución. Su análisis nos permite abordar con un prisma novedoso una de las discusiones más remanidas sobre la reforma de 1949. Incluyen una mirada “desde abajo” de organizaciones y trabajadores/as individuales y muestran las tensiones que existieron al interior del propio movimiento obrero en relación con el régimen peronista.

Este primer bloque se cierra con el trabajo de Pablo Canavessi, quien analiza el expediente judicial iniciado por la carpintera Elida Amalia Osinaga en el año 1951. Su artículo nos permite ver a la constitución de 1949 en acción, al mostrar cómo la jerarquía constitucional otorgada al principio de salario mínimo vital y móvil permitió que litigios como el de Elida llegaran a buen término. El texto, indirectamente, aborda los efectos jurídicos de la reforma, demostrando que los principios de la constitución de 1949 fueron interpretados como más que meramente programáticos. Además, lo hace incorporando una mirada de género, al constatar que las nuevas disposiciones establecidas en favor de los y las trabajadoras, impactaron beneficiosamente sobre estas últimas, las más relegadas en el ámbito laboral.

Cierran el dossier dos investigaciones que nos ayudan a profundizar sobre las ideas políticas tras la reforma. El artículo de Carlos Miguel Herrera sintetiza los tres discursos jurídicos que confluyen en esa coyuntura: el nacionalista, el socialista y el peronista. Así, a diferencia de las visiones tradicionales sobre los debates constituyentes del ´49 concentrados en la figura de Arturo Sampay, Herrera introduce a otros actores de relevancia para el pensamiento jurídico de la época. Este trabajo, además, y en la misma línea que el texto de Barros (y los de Juan Manuel Palacio sobre historia de la justicia peronista, por ejemplo), explora la hipótesis sobre el carácter disruptivo del peronismo, al sostener que los enunciados en materia de derechos sociales de la constitución de 1949, más allá de su poco alcance y sistematicidad, tuvieron un carácter simbólico que les otorgó un dominio de eficacia propia.

Por último, el aporte de Ricardo Martínez Mazzola nos presenta a la reforma de 1949 como un punto de inflexión que radicalizaría la oposición al régimen peronista. Su trabajo pone en evidencia cómo la discusión sobre el liberalismo no ocupaba el centro del debate político antes de comienzos de 1948, sino que irrumpió en la escena política argentina a partir de los posicionamientos de peronistas y antiperonistas frente a la reforma constitucional. El liberalismo fue reivindicado como nunca antes por socialistas, radicales y otros opositores, incluso a pesar de que la reforma impulsada por el peronismo no terminó tocando las fibras más sensibles del liberalismo de 1853. Su lectura nos ayuda a identificar la disputa semántica y los usos pragmáticos de lenguaje en el campo jurídico constitucional, un recorrido casi inexplorado en los análisis del período.

En síntesis, en este dossier hemos seleccionado una serie de aportes para pensar la reforma constitucional de 1949 desde renovadas miradas. Pero especialmente, para visibilizar los muchos interrogantes que aún restan responder respecto de este proceso constituyente (como pasa con gran parte de la historia del derecho del siglo XX) y de la necesidad de articular miradas histórico-jurídicas. De este modo, buscamos que este dossier sea también una invitación a desarrollar nuevas investigaciones sobre el derecho reciente que permitan enriquecer un diálogo entre derecho e historia, historia y derecho.

 

Textos seleccionados para el dossier:

Barros, Mercedes (2014). Derechos que sujetan, sujetos de derecho bajo el primer peronismo. Revista Estudios Sociales. Publicación de la Universidad Nacional del Litoral, 47, pp. 93-128.

Vita, Leticia (2020). El pueblo a la Constitución. La reforma constitucional de 1949 a la luz de las peticiones a la asamblea constituyente. Boletín de la Biblioteca del Congreso de la Nación, 132, pp. 9-22.

Afarian, Jorge y Pasarín, Sebastián (2020). Derecho de huelga y Constitución argentina de 1949: Las peticiones a la Convención Constituyente. Trabajos y Comunicaciones, 51, e105, https://doi.org/10.24215/23468971e105

Canavessi, Pablo (2020). La rebelión de las aprendizas: cultura legal y conflictividad laboral en los Tribunales de Trabajo. Olavarría, 1951. Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani, 52, pp. 89-115.

Herrera, Carlos Miguel (2014). En los orígenes del constitucionalismo social argentino: Discursos en torno a la Constitución de 1949. Historia Constitucional, 15, pp. 445-469.

Martínez Mazzola, Ricardo (2012). ¿Herederos de Mayo y la Constitución de 1853? Liberalismo y antiliberalismo en el debate sobre la reforma constitucional de 1949. Apuntes de investigación del CECYP, 21, pp. 77-105.

 

[1] Para un resumen de estos tratamientos ver Vita, Leticia (2019). La reforma negada: la interpretación de la doctrina constitucional argentina contemporánea sobre la Constitución de 1949. En Benente, Mauro (comp.) La constitución maldita: estudios sobre la reforma de 1949 (pp. 21-45.) José C. Paz: Edunpaz.

[2] Barriera, Darío y Tío Vallejo, Gabriela (coords.) Historia Política e Historia del Derecho. PolHis. Revista Bibliográfica del Programa Interuniversitario de Historia Política, Nº 10, segundo semestre de 2012.

[3] Cabe señalar como una vacante de esta selección el caso de las reformas constitucionales provinciales que se generaron como consecuencia de la reforma nacional. El trabajo de referencia en este tema es el de Darío Macor (2004). Dinámica política y tradición constitucional: la reforma de 1949 en la provincia de Santa Fe, Quinto Sol, Nº 8, 2004, pp. 51-72.

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Dossier. Historizar los ochenta en la Argentina https://historiapolitica.com/dossiers/historizar-los-ochenta/ Sun, 25 Oct 2015 22:03:57 +0000 http://historiapolitica.com/?post_type=dossiers&p=3149 Historizar los ochenta en la Argentina

 

Marina Franco (IDES-UNSAM/CONICET) y Valeria Manzano (IDES-UNSAM/CONICET)

 

Los años ochenta en la Argentina constituyen un período escasamente explorado desde la perspectiva histórica. A pesar del crecimiento exponencial de las investigaciones sobre períodos muy recientes de nuestra historia, los “ochenta” –en sus diversas dimensiones- aún no se constituyen en objeto histórico reconocido como tal. Por eso, los trabajos que presentamos en este dossier constituyen puntos de entrada insoslayables para avanzar en la comprensión de esa década desde una mirada histórica. Producidos en los últimos diez años por sociólogos, historiadores del arte e historiadores, estos trabajos son en alguna medida pioneros en el abordaje de “los ochenta” e introducen preguntas específicas del estudio de lo histórico, desde las clásicas en torno a las rupturas y continuidades hasta otras ligadas a las transfiguraciones de los actores sociales, políticos y culturales o la polivalencia de las nociones de derechos.
La interrogación por las rupturas y continuidades es medular para la comprensión de “los ochenta”, permitiendo ponderar los alcances y limites del pasaje hacia un orden político democrático en 1983. Esa interrogación recorre la contribución de Paula Canelo, que pone el foco en las Fuerzas Armadas, y reconstruye minuciosamente los desplazamientos de su “rol” en la política argentina entre 1981 y 1987. Canelo entiende ese desplazamiento como un tránsito entre el rol de “arbitro” que las Fuerzas Armadas se habían auto-impuesto en la política argentina ya desde la década de 1930 hacia otro en el cual se concentraron en la defensa de sus propios intereses corporativos, pero persistiendo como actor político central de la década. De igual modo, la contribución de Ana Castellani reconstruye una mirada de mediano plazo sobre el crecimiento de grupos económicos clave, trazando su fisonomía empresarial y sus vínculos con el Estado en las décadas de 1970 y 1980. Remarcando persistencias y novedades, Castellani muestra que fueron esos grandes grupos económicos los “ganadores” en la “década perdida” de los ochenta, y ofrece indicios claros para comprender a esos grupos en tanto actores económicos y políticos con capacidad para tensionar las políticas y discursos igualitaristas y democráticos de la década. A su modo, la contribución de Viviana Usubiaga sobre las artes visuales en Buenos Aires también recupera esas tensiones, tanto como la pregunta sobre las rupturas y continuidades. Usubiaga atiende a las reconfiguraciones de artistas, circuitos y producciones en “tiempos de libertad” y a los modos en que se ligaron con las políticas que apuntaron a “oficializar” parte de esa renovación artística en el marco de una concepción sobre el acceso a los bienes culturales como un derecho que la naciente democracia debía garantizar.
Así, el despliegue de un lenguaje de derechos –humanos, civiles, sociales– aparece en los distintos textos como una base de época sobre la que se configuraron políticas públicas y se activaron demandas sociales en los ochenta. Así, el trabajo de Diego Galante, focalizándose en los derechos humanos como problema de época, muestra como el “Juicio a las Juntas”, en 1985, fue un acontecimiento que excedió el ámbito judicial y se transformó en un tema central de conflicto político en el espacio público. Como muestra Galante, a través de él, en los ochenta se discutió el pasado, el presente y el futuro democrático, amplificando ciertos relatos e invisibilizando otros. Por su parte, la contribución de Mónica Gordillo pone el foco en los proyectos de “democratización” sindical que el gobierno de Raúl Alfonsín intentó implementar desde inicios de su gestión. Atendiendo a las relaciones entre gobierno y sindicatos, esta autora introduce una discusión crucial sobre los modos históricamente situados de construcción y apropiación de ideas aparentemente abstractas, como democracia y derechos, que en “los ochenta” marcaron el devenir de la agenda política. En el mismo sentido, Jennifer Adair analiza cientos de cartas que individuos anónimos, de sectores medios y populares, escribieron al Presidente Alfonsín durante “los ochenta” y disecciona los usos que hicieron y los cambios que se produjeron en el lenguaje de derechos humanos y sociales. Adiar encuentra que las “utopías democráticas”, tal como las denomina, a la vez sostenían y perfilaban esperanzas y descontentos entre esa sociedad tan difícil de asir.
De esta manera, desde distintas ópticas, el problema histórico persistente que nutre la mayoría de estos textos (explícita o implícitamente) es el peso de la reconfiguración de un momento signado por la irrupción del escenario democrático. Pero los textos muestran que ese escenario no fue entendido ni experimentado solo como un sistema electoral sino como una novedad disruptiva y, especialmente, como escenario de derechos. Esta novedad (aún con todos sus matices y continuidades) fue especifica de la “transición” de 1983 y no de otras posdictaduras argentinas. Este cambio paradigmático (y no sólo la continuidad institucional democrática que se inicia entonces) indica una primera marca particular para ese período, y si bien esta marca no es única, sí sugiere la necesidad de pensar “los ochenta” como época, como momento específico de reconfiguraciones sociales, políticas y culturales.

Textos que integran el dossier

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