género – historiapolitica.com https://historiapolitica.com El sitio web del Programa Interuniversitario de Historia Política Tue, 18 May 2021 01:29:22 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.2 https://historiapolitica.com/wp-content/uploads/2014/08/cropped-logo1-32x32.png género – historiapolitica.com https://historiapolitica.com 32 32 Dossier | Trabajo, género y política en América Latina, siglos XIX y XX https://historiapolitica.com/dossiers/dossier-trabajo-genero-y-politica-en-america-latina-siglos-xix-y-xx/ Tue, 18 May 2021 01:05:03 +0000 http://historiapolitica.com/?post_type=dossiers&p=4219 ISSN sección Dossier 2618-415x

 

Dossier | Trabajo, género y política en América Latina, siglos XIX y XX


Inés Pérez (CONICET-UNMdP) y Débora Garazi (CONICET-UNQ-UNMdP)

 

Introducción

La historia del trabajo ha construido una narrativa de acuerdo a la que, desde fines del siglo XIX, se habría observado un progresivo predominio del trabajo asalariado por sobre otras formas de trabajo. En los últimos años, distintos estudios han tensionado la linealidad de esa interpretación y la homogeneidad que atribuía a los mundos del trabajo. En este sentido, se ha señalado que esa conceptualización se adecua con dificultad a los mundos del trabajo latinoamericanos, fuertemente heterogéneos, con altos índices de trabajo no registrado, donde las relaciones asalariadas conviven con otras en las que el intercambio de trabajo está atravesado por vínculos de dependencia y no siempre acompañado de una remuneración monetaria. En este dossier se presentan algunas de las investigaciones que no solo discutieron el progresivo predominio de las relaciones salariales, sino que además destacaron el peso del género en esa interpretación, que, desde una mirada androcéntrica, privilegió un concepto y unas formas de trabajo que se adecuaban a trayectorias eminentemente masculinas.

La disputa en los sentidos de la historia del trabajo se apoya en una discusión sobre las fuentes y las formas de leerlas. Como muestran algunos de los textos reunidos en este dossier, el registro de los mundos del trabajo y las categorías a partir de las que se lo cuantificó fueron el resultado de intervenciones políticas. La lectura a contrapelo de las fuentes históricas que realizan los artículos aquí reunidos permite poner en evidencia los modos en que fueron construidas, lo que quedó por fuera, y lo que puede leerse a partir de un ejercicio de cruce de fuentes y de problematización e historización de las categorías utilizadas en ellas. Del mismo modo, los textos que forman parte de este dossier proponen la ampliación de los archivos donde buscar rastros para la historia del trabajo, como discursos de médicos y autoridades de la salud, memorias del departamento de policía, expedientes de la justicia de paz, registros de ingresos y gastos de la cámara municipal, etc.

Las investigaciones aquí reunidas también problematizan las intervenciones políticas sobre los mundos del trabajo. Distintas agencias estatales tuvieron un papel relevante en la delimitación de lo que en distintos momentos se entendió como trabajo y no trabajo, así como en la distinción entre las formas de trabajo legales y clandestinas, libres y dependientes, remuneradas y no remuneradas. Las políticas del trabajo son claves para comprender las jerarquías entre las actividades laborales y les actores que las realizan. Dichas intervenciones también resultan centrales para reconstruir la configuración de las políticas de les trabajadores, que es otro de los ejes que atraviesan el presente dossier.

Como mencionamos anteriormente, les trabajadores no solo eran objeto de las políticas e intervenciones, sino que elles se constituyeron como actores que, en tanto trabajadores, hacían política en sentidos amplios. En ese sentido, la política del trabajo puede entenderse como una arena de encuentros, diálogos, conflictos y tensiones, de la que tanto el Estado y sector empresarial como les trabajadores  participaban con una agenda propia. Los artículos que reúne este dossier dan cuenta de que, de distintas maneras, les trabajadores politizaron sus experiencias de trabajo y, lo que es más, su vida cotidiana y familiar. A través de la acción sindical más tradicional que caracterizó gran parte del siglo pasado, y de negociaciones o resistencias cotidianas más pequeñas, les trabajadores reclamaron por aquello que consideraban justo, dando cuenta de que -como ha señalado el feminismo- lo personal también era político. Los artículos muestran el protagonismo que adquirieron las familias en el marco de reclamos y defensa de derechos laborales y, por lo tanto, la imposibilidad de abordar el mundo del trabajo público sin atender a aquello que ocurría en el mundo doméstico y familiar. En esa articulación, el género de les trabajadores fue central.

En el primer texto incluido en este dossier, Fabiane Popinigis propone pensar la historia del trabajo en el siglo XIX en diálogo con la de la esclavitud, tensionando la política de la historia que los construyó como campos historiográficos independientes. A partir del análisis del caso de Desterro (hoy Florianópolis), Popinigis muestra que, más que por una transición del trabajo esclavo al trabajo libre, el siglo XIX estuvo marcado por una fuerte diversificación e intensificación de las formas de trabajo compulsivo. La autora pone el foco en las instancias de negociación y destaca el lugar del trabajo y las relaciones entabladas a partir de esa actividad, así como la agencia de las mujeres esclavizadas.

En el siguiente texto, Valeria Pita también muestra la heterogeneidad de actividades consideradas trabajo en la ciudad de Buenos Aires entre las décadas de 1850 y 1870, un tiempo identificado como constitutivo de las relaciones de trabajo capitalistas. Pita pone el foco en las trayectorias de mujeres que desarrollaron sus estrategias para alcanzar la supervivencia alternando entre colocaciones o conchabos caracterizados por márgenes de dependencia variables. El texto permite reponer la historicidad de la noción de trabajo, así como la complejidad de las relaciones en el marco de las que se desarrollaba, que el uso de categorías como trabajo libre o asalariado han tendido a simplificar.

El tercer artículo, de Christiana Schettini, analiza la diversidad de arreglos en los que se superponían relaciones laborales y familiares en la Buenos Aires finisecular, y las disputas que muestran los sentidos múltiples que les actores asignaban al trabajo. El artículo muestra la productividad de la normativa municipal, más allá de los intentos de ordenar la sociabilidad masculina y el trabajo sexual femenino, en la configuración de demandas y derechos surgidos de la confrontación de les actores respecto del poder municipal y en los intersticios creados con el de la policía.

Más adelante, Cecilia Allemandi avanza hasta las primeras décadas del siglo XX y recompone el mapa de los mundos del trabajo en Buenos Aires. Allemandi utiliza los censos nacionales y municipales pero, lejos de leerlos como evidencia transparente, recupera la política de registro a partir de la que el Estado produjo información sobre esos mundos. A partir de una lectura a contrapelo, Allemandi construye una imagen que privilegia actores y ocupaciones hasta ahora relegadas en la historiografía, como niñes jóvenes y mujeres, que desarrollaban distintas tareas vinculadas a la reproducción y el trabajo doméstico. De igual forma, señala la inestabilidad de las ocupaciones en un escenario que era muy cambiante y dinámico, pero atravesado por procesos de segregación laboral por género y edad.

En el quinto artículo, Andrea Andújar hace foco en las huelgas de les trabajadores de la actividad petrolera en Comodoro Rivadavia de 1932, para indagar en las nociones de lo justo que sustentaron los derechos enunciados y defendidos por varones y mujeres trabajadoras. Lejos de circunscribir su análisis al ámbito estrictamente laboral la autora sitúa dichas concepciones en el marco de la comunidad y el hogar. Los lazos de sociabilidad que se generaron en dichos espacios dieron lugar a la construcción de relaciones de confianza, intercambio de información y percepciones que incidieron en los modos en que les trabajadores reclamaron aquello que consideraban justo mediante distintas vías.

Luego, Florencia Gutiérrez explora los modos en que, en el primer peronismo, el Estado incidió en la construcción de liderazgos sindicales masculinos en los ingenios azucareros tucumanos. Tanto los liderazgos masculinos como las formas de negociación sindical fueron modelados por el modo en que el peronismo redimensionó la masculinidad obrera al asociarla a un modelo de trabajador caracterizado por la virilidad, las actitudes desafiantes, la valentía y la fuerza personal. De esta manera, la autora muestra cómo el peronismo contribuyó a resignificar las nociones de lo justo, atravesadas por clivajes de género, clase y oficio, y habilitó la denuncia pública de situaciones que anteriormente se dirimían en la esfera privada.

A partir de la experiencia mexicana en las décadas de 1940 y 1950, el texto de Sandra Aguilar aborda distintos modos en los que el Estado se hizo presente en la vida cotidiana de los sectores populares -trabajadores y campesinos- a partir del desarrollo de políticas que buscaban mejorar su alimentación como vía para superar la pobreza y el atraso. Aguilar muestra que, en la aplicación de dichas políticas sanitarias, fue central el papel de las mujeres en un doble rol: por un lado, como profesionales de la enfermería y del trabajo social que informaban sobre higiene, nutrición y medicina preventiva; y, por otro, como trabajadoras domésticas y madres de familia, encargadas de adaptar y poner en práctica esas nociones cotidianamente. La autora entiende que dichas políticas generaron espacios de participación femenina en los que, tanto las amas de casa como las enfermeras visitadoras, negociaron y adaptaron los programas a sus intereses y necesidades.

Seguidamente, Débora Garazi problematiza un punto central en la narrativa que supone el predominio progresivo de las relaciones de trabajo mercantiles y contractuales: el de la remuneración. Garazi centra su mirada en el ámbito gastronómico y de la hotelería para historizar las diferentes formas de remuneración utilizadas en el sector desde inicios del siglo XX -propinas, salarios, laudo-, problematizando sus implicancias no sólo en términos de los ingresos de les trabajadores, sino también de sus derechos y en su estatus en la sociedad salarial. La autora marca un arco que va desde un trabajo que identifica como “de servidor” a uno calificado como “asalariado”, pero destaca la permanencia de elementos propios de las relaciones serviles, asociados al género de una actividad con estrechos puntos de contacto con la reproducción y el trabajo doméstico.

Finalmente, Elizabeth Hutchison analiza el proceso de construcción del sindicato de trabajadoras domésticas en Chile en la segunda mitad del siglo XX y examina cómo, en ese contexto, las activistas crearon y sustentaron redes de solidaridad política y religiosa. La autora sostiene que la movilización política de estas trabajadoras estuvo estrechamente ligada a la transformación del Estado chileno y profundamente impactada por los distintos regímenes laborales y agendas populares. Sin embargo, muestra que, a diferencia de otros colectivos de trabajadores, las dificultades que atravesó el movimiento de trabajadoras del hogar dan cuenta de los desafíos en torno a la organización colectiva, participación política y conquista de derechos que enfrentaron las mujeres cuyo trabajo era a la vez remunerado y reproductivo y que no se ajustaba a las definiciones hegemónicas de trabajo imperantes durante el período.

 

Textos seleccionados para el dossier:

Popinigis, Fabiane (2015). Trabajo, libertad y esclavitud: estrategias y negociaciones en el sur de Brasil, siglo XIX. Trashumante. Revista Americana de Historia Social, 6, pp. 146-168.

Pita, Valeria (2017). El género de la historia del trabajo: lecturas y dilemas situados. Buenos Aires, segunda mitad del siglo XIX. En Susana Bandieri y Sandra Fernández (coords.), La historia argentina en perspectiva local y regional. Nuevas miradas para viejos problemas, tomo 3 (pp. 255-270). Buenos Aires: Teseo.

Schettini, Cristiana (2016).  Ordenanzas municipales, autoridad policial y trabajo femenino: la prostitución clandestina en Buenos Aires, 1870-1880. Revista Historia y Justicia, 6, pp. 72 – 102.

Allemandi, C. (2017). El servicio doméstico y el mundo de las ocupaciones urbanas. En Sirvientes, criados y nodrizas: una aproximación a las condiciones de vida y de trabajo en la ciudad de Buenos Aires a partir del servicio doméstico (fines del siglo XIX-principios del XX) (pp. 33-66). Buenos Aires: Teseo.

Andújar Andrea (2014). En demanda de lo justo: conflictos por derechos en la Patagonia petrolera. Comodoro Rivadavia, 1932. Páginas. Revista Digital de la Escuela de Historia, 6 (12), pp. 41-67.

Gutiérrez, Florencia (2013). Desigualdad social, masculinidad y cualificación en el sindicalismo azucarero. Tucumán, 1944-1949. Anuario IEHS, 28, pp. 59-75.

Aguilar, Sandra (2008). Alimentando a la nación: género y nutrición en México (1940–1960). Revista de Estudios Sociales, 29, pp. 28-41.

Garazi, Débora (2016). Del “trabajo de servidor” al “trabajo asalariado”. Debates en torno a la remuneración de los trabajadores del sector hotelero-gastronómico en Argentina en las décadas centrales del siglo XX. Pasado Abierto, 2 (3), pp.105-127.

Hutchison, Elizabeth (2013). Identidades y Alianzas: El movimiento chileno de las Trabajadoras de Casa Particular durante la Guerra Fría. Nuevo Mundo Mundos Nuevos. [En línea], Cuestiones del tiempo presente, Puesto en línea el 11 abril 2013.

 

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Dossier. Mujeres, trabajo y profesionalización https://historiapolitica.com/dossiers/mujeres-y-profesionalizacion/ Sat, 05 Dec 2015 19:45:23 +0000 http://historiapolitica.com/?post_type=dossiers&p=3212 Mujeres, trabajo y profesionalización

 

Karina Inés Ramacciotti Investigadora Independiente del IIEGE/ FFyL- UBA/CONICET, Profesora de Historia Social en la Universidad Nacional de Quilmes

 

La propuesta de este dossier es dar a conocer trabajos que se han esforzado en comprender cómo las mujeres se insertaron en el mercado laboral y más particularmente como enfrentaron las trabas impuestas por el sistema educativo formal e informal. Los estereotipos del pensamiento binario de género influyeron para que ellas tuvieran el camino más liberado para aquellas actividades que se asociaran a la extensión de los roles domésticos y de cuidado. La enfermería, la partería, la terapia ocupacional, la secretaría como se verá e este dossier, se constituyeron en ocupaciones feminizadas. Si bien muchas de estas profesiones estuvieron subordinadas a la jerarquía de los saberes médicos; esta subordinación no es lineal y debe ser estudiada para cada caso en particular.

Los procesos de profesionalización de la medicina en la Argentina presentan interesantes aportes sobre cómo los médicos se constituyeron como grupo socioprofesional en interlocución con otros actores estatales y societales. Así, cuenta con investigaciones la formación de trayectorias académicas, la conformación de instancias de legitimación y los procesos por medio del cual las poblaciones destinatarias fueron reconociendo, no libres de resistencias y dudas, sus saberes y prácticas. No obstante, los trabajos son más incipientes en el estudio de las relaciones entre los grupos más encumbrados de una determinada profesión, respecto de otros actores sociales que ocupan transitoriamente lugares subordinados. En otras palabras, este dossier aportará al estudio de las relaciones desiguales de poder entre diferentes profesiones y cómo éstas se perpetúan o intentan trastocar los mecanismos de autoridad.

Es difícil alcanzar una definición consensuada acerca de qué es una profesión o bien qué debe entenderse por procesos de profesionalización o por configuraciones profesionales. Así pues, dentro del campo de la sociología de las profesiones perdura la discusión en torno a si la enfermería debe ser catalogada como tal o como una ocupación “paramédica”. Quienes sostienen la segunda postura consideran que la enfermería no pudo acumular y usar sus conocimientos bajo sus propios estándares y tampoco puede estar sin el control de actores externos ya que actúa bajo la tutela y la supervisión del médico. En cierta medida, esta conceptualización teórica retoma las ideas del pensamiento médico de la época ya que fueron numerosas las voces que aspiraron a concentrar los conocimientos y las técnicas de curación en las manos de los médicos para evitar que estos saberes circularan entre los llamados “enfermeros adoctorados”, “flebótomos”, masajistas y todo aquel que se considerara “auxiliar”. Si bien se reconocía que eran personas importantes para asistir la práctica médica, existían muchas dudas en torno a cómo ceder atribuciones y responsabilidades sin perder terreno. Hasta dónde intervenía el médico y hasta dónde se inmiscuía el personal auxiliar fue objeto de arduas discusiones en las cuales se dirimieron las propias identidades profesionales, las atribuciones y los espacios de injerencia profesional.

Es necesario reconstruir la participación femenina en las profesiones y estudiar cómo se constituyeron tanto los eslabones de subordinación como los de resistencia dentro de la jerarquía médica. Estas profesiones demarcan un territorio de decisiones y de acciones que no responde solamente a los poderes delegados por los médicos y por las autoridades estatales. Si bien la relación jerárquica con el poder médico estuvo y está presente, es interesante estudiar los espacios de autonomía y los grados de libertad ligados a los cuidados de los pacientes tanto en el interior de los hospitales cómo fuera de ellos. La subordinación ha sido un tema secundario entre los cientistas sociales. No obstante, esa cualidad muestra cómo la diferencia sexual dio lugar a la división patriarcal del trabajo, no sólo en el hogar conyugal entre esposa y esposo sino en los puestos de trabajo de la sociedad civil. El análisis de la profesionalización de ocupaciones feminizadas resulta un desafío para estudiar cómo la dominación sexual estructura los lugares de trabajo y el hogar conyugal. El establecimiento del control, la autonomía y el límite de muchas profesiones respecto de la medicina y otras ocupaciones y profesiones afines es un inacabado proceso histórico que se hace necesario desmenuzar para librar a las profesiones ligadas al cuidado de la pesada carga de la subalternidad y la jerarquía y analizarlas como actividades que demandan energía, tiempo, recursos financieros y en la que intervienen saberes, redes sociales, tecnologías y tareas específicas.
Este dossier se abre con el trabajo de María Pozzio quien realiza un exhaustivo estado de la cuestión sobre los aportes de la sociología de las profesiones e incorpora la mirada de género a los procesos de profesionalización. Luego, el trabajo de Graciela Queirolo examina como el sistema educativo no llegaba a preparar la suficiente cantidad de personal especializado en saberes administrativos. Entonces la red de educación informal fue la que satisfizo dicho demanda bajo una modalidad de enseñanza que era compatible con los tiempos y las posibilidades presupuestarias de las clases trabajadoras. Así, las actividades del secretariado se feminizaron debido, en gran medida, a los menores costos salariales que poseía la mano de obra femenina.

Las propuestas de Ana Laura Martin, Adriana Valobra y Karina Ramacciotti se centran en el proceso de inserción de las mujeres en el área de la enfermería. En el ámbito sanitario los relatos centrados en las llamadas grandes figuras, muchas veces denominados pioneros, oculta a quienes tuvieron un papel destacado en el surgimiento y en la consolidación del sistema sanitario. Enfermeras, visitadoras, parteras, salubristas, entre otras profesiones, merecen un estudio profundo y detallado que entrelace sus características laborales particulares ligadas al cuidado de los otros/otras con las afectivas. El cuidado es un trabajo que, como todos, implica tiempo, conocimientos y relaciones sociales complejas. Su especificidad es la de estar basado en lo relacional y su carácter, a la vez obligatorio y desinteresado le otorga una dimensión moral y emocional que está marcado por la relación de servicio y asistencia. Los textos aquí reunidos ponen en tensión la tradicional noción de curar asociada a la relación entre quien se enferma y el médico. La existencia de esta esperanza se funda sobre la presunción del poder de curar y del conocimiento del segundo sobre el primero. En esta relación jerárquica y dualizada se han perdido los múltiples relatos, en los que otros actores intervinieron en las diferentes formas de sanar.

Cierran este dossier las propuestas de Daniela Testa, quien analiza la constitución de las terapistas ocupacionales en la Argentina y recupera en el análisis del proceso de profesionalización el contexto provocado por la epidemia de poliomielitis de 1956 y la influencia de las concepciones de género. Por su parte María Fernanda Lorenzo examina la inserción de las mujeres en la medicina. A diferencia de las enfermeras, terapistas ocupacionales y secretarias; las médicas, en el caso argentino, encontraron escollos tanto para su aceptación como estudiantes, su permanencia, las especialidades que le estuvieron reservadas y su acceso a la docencia universitaria. Las primeras mujeres que se graduaron, no sólo fueron una novedad en el ámbito académico sino también en el ámbito laboral-profesional, ya que la sociedad de la época consideraba que el mundo doméstico y su asociación con la maternidad era el más adecuado para las mujeres.

 

Textos seleccionados

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Dossier. Anarquismo, género y sexualidad en América del sur https://historiapolitica.com/dossiers/anarquismo-y-genero/ Sat, 26 Sep 2015 23:57:08 +0000 http://historiapolitica.com/?post_type=dossiers&p=3078 Anarquismo, género y sexualidad en América del sur

 

Laura Fernández Cordero (UBA, CeDInCI-UNSAM/CONICET)

 

En los inicios, la historiografía militante y académica del anarquismo tendió a privilegiar dimensiones que hoy continuamos considerando centrales para describirlo. Una protesta antiestatal relacionada tanto con la acción directa como con la organización de los trabajadores, de radical antimilitarismo y decididamente internacionalista. Su aporte cultural y político fue revalorizado más tarde, cuando se consolidó un nuevo abordaje que apuntó a describirlo y analizarlo como un fenómeno de mayor alcance. Al mismo tiempo, la Historia de las Mujeres y los Estudios de Género de inspiración feminista visibilizaron la participación femenina y rescataron, de la simple mención, una crítica libertaria más abarcativa que excedía el marco de la explotación laboral apuntando a una multiplicidad de opresiones relacionadas con lo que hoy sintetizamos como “género y sexualidad”.
Efectivamente, el ideario anarquista contiene una explícita crítica al matrimonio, una discutida propuesta de amor libre, un reclamo inclaudicable por la emancipación de la mujer y una reflexión libertaria sobre la sexualidad. Aunque no le pertenecían de manera exclusiva, esos aspectos tuvieron una gran impulso como parte de un movimiento que, pese a su heterogeneidad, relacionó la revolución social y la emancipación humana con órdenes de la vida que excedían la vida económica y política definidas en sentido tradicional. El anarquismo puso así, en pie de igualdad, la denuncia por la opresión de los y las trabajadoras, y la protesta por la hipocresía de la institución matrimonial. Al mismo tiempo, sometió a debate modalidades alternativas de afectividad que tomaron el nombre de unión libre, amor libre, amores contemporáneos, camaraderías amorosas, etc. Incluso fueron capaces de identificar, muy tempranamente, formas de opresión consideradas privadas o íntimas en el hogar y en las relaciones filiales.
El presente dossier procura dar cuenta del despliegue de una problemática relacionada con los conceptos de género y sexualidad en los estudios de los países de América del sur con mayor presencia anarquista. El recorte temporal se circunscribe al período que concentra el punto más alto de actividad y visibilidad anarquista en los países seleccionados, esto es, las últimas décadas del siglo XIX hasta no más allá del medio siglo. En un breve ensayo inicial encontrarán algunas particularidades de la producción en cada país, así como los datos bibliográficos completos.
Para evitar una larga digresión nacional que desequilibraría un dossier que intenta un mapeo más amplio, me permito abrir con un artículo de mi autoría: “Historiografía del anarquismo en Argentina. Notas para debatir una nueva lectura (2014). Allí presento un balance local sobre las lógicas de la mención y la visibilización que han imperado en la historiografía sobre el anarquismo, así como una mirada crítica sobre el modo en que estas aristas del anarquismo continúan siendo estudiadas. Esta selección incluye, también para el caso argentino, un artículo de Nadia Ledesma Prietto: “Apuntes sobre la eugenesia y la libertad sexual en el discurso de dos médicos anarquistas. Argentina, 1930-1940”.
En relación con la producción académica de Brasil presentamos sólo una muestra de la extensa labor de Margareth Rago: “Ética, Anarquia e Revolução em Maria Lacerda de Moura” (2007). Entre los aportes más recientes seleccionamos de Ana Claudia Ribas: “A insustentável leveza da liberdade: um breve olhar sobre os discursos referentes ao amor livre nas publicações anarquistas do século XX” (2011).
Para el caso chileno contamos con la reciente publicación de Adriana Palomera Valenzuela: “La mujer anarquista. Discursos en torno a la construcción de sujeto femenino revolucionario en los albores de la ‘idea’” (2015). Incluimos, también, uno de los trabajos de Eduardo Godoy Sepúlveda: “Lucha temperante y ‘amor libre’. Entre lo prometeico y lo dionisiaco: el discurso moral de los anarquistas chilenos al despuntar el siglo XX” (2011).
Sin olvidar los escritos pioneros de Graciela Sapriza, los abordajes académicos sobre la cuestión en el período que nos atañe, recién están despuntando en Uruguay. Mientras algunos inéditos llegan a la instancia de publicación presentamos aquí un artículo escrito en colaboración por Agustina Prieto, Pascual Muñoz y Laura Fernández Cordero: “Tras los pasos de Virginia Bolten” (2014).
Para finalizar, dos salvedades que pueden parecer en dirección contraria al título y al propósito de esta compilación. Los enfoques transnacionales en boga llaman a recuperar redes e intertextualidades de una expresión libertaria que fue llegando a distintos puertos para declamar una misma idea. Sin embargo, sólo la imposición de una historiografía circunscripta a cada país pudo ocultar hasta ahora la intensa articulación de biografías, viajes, circulación de materiales e intercambios epistolares que hacen del anarquismo un verdadero movimiento internacionalista. Es por eso que, a pesar de dividir analíticamente en espacios nacionales, resulta imprescindible no perder de vista esa densa red que atraviesa los continentes enlazando grandes y pequeñas ciudades así como el mundo rural.
En segundo lugar, sería deseable que estas elaboraciones parciales logren, finalmente, una renovación del campo de estudios sobre el anarquismo. Una vez superada la necesidad imperiosa de visibilizar aspectos relacionados con la participación de las mujeres o el discurso sexual, se torna importante reponerlos como parte de un ideario conjunto, es decir, mantener cierta fidelidad a un movimiento que pensaba la emancipación de la mujer y la transformación de las relaciones afectivas y sexuales como parte de una revolución social general. Por otro lado, esa integración cumpliría, también, con la promesa de una perspectiva feminista crítica sobre la historiografía. No ya reponer una parte de la historia invisibilizada, sino radicalizar y transformar los supuestos que sostienen los campos disciplinares y, finalmente, los estados de la cuestión.

Referencias de los textos

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