violencia política – historiapolitica.com https://historiapolitica.com El sitio web del Programa Interuniversitario de Historia Política Thu, 07 Dec 2023 00:12:01 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.2 https://historiapolitica.com/wp-content/uploads/2014/08/cropped-logo1-32x32.png violencia política – historiapolitica.com https://historiapolitica.com 32 32 Dossier. Aportes para repensar el entramado represivo en el tercer gobierno peronista 1973-1976 https://historiapolitica.com/dossiers/dossier-aportes-para-repensar-el-entramado-represivo-en-el-tercer-gobierno-peronista-1973-1976/ Fri, 17 Nov 2023 21:03:46 +0000 https://historiapolitica.com/?post_type=dossiers&p=4621 ISSN sección Dossier 2618-415x

Juan Luis Besoky (Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación – Universidad Nacional de La Plata)

El objetivo de este Dossier es avanzar en la problematización y discusión de algunos aspectos de la violencia represiva durante el tercer gobierno peronista. En la definición de la historiadora Marina Franco el gobierno peronista de 1973-1976 constituyó un: “…entramado de prácticas políticas: algunas legales, otras cuya legalidad sólo procedimental se amparaba en la ‘excepcionalidad’ de la situación, otras clandestinas y otras de carácter intrapartidario confundidas con políticas de gobierno.”[1]. Esta multiplicidad de prácticas represivas nos obliga a ampliar y complejizar la mirada sobre el período. Por lo general, la violencia paraestatal durante esos años ha sido atribuida a la organización autodenominada Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) y en particular a la figura del poderoso ministro de Bienestar Social José López Rega. Los trabajos reunidos en este dossier discuten con esa visión, profundizando en el análisis de la Triple A pero también atendiendo a otros actores cuya incidencia en el período fue soslayada o subsumida dentro de esta organización.

En este sentido, nuestro dossier reúne y hace discutir artículos que estudian el entramado represivo atendiendo a las políticas estatales y paraestatales que tendrían un carácter “vertical” en tanto implican el uso de la violencia por agentes estatales, pero también “horizontal” ejercida por organizaciones políticas del peronismo sobre otras de izquierda o de la sociedad civil en general. Este análisis busca también ampliar el alcance geográfico, usualmente restringido al área metropolitana, por una mirada más federal que dé cuenta del entramado represivo en otras regiones. Así buscamos evitar aquellas miradas “porteñocéntricas” que lo que suelen hacer es amplificar lógicas construidas estrictamente para la Capital Federa generalizándolas al resto del país.

Como bien nos recuerda Belén Zapata en uno de los artículos de este dossier: hablar sobre la “Triple A” solamente desde los parámetros que definieron su forma de operar en la Capital  hace que nos perdamos de pensar en las configuraciones de los grupos de choque en distintas localidades; en las conexiones regionales entre ellos; en el nivel de autonomía o no de sus operaciones; en la elección de sus víctimas; en su provisión de recursos y en sus relaciones con los diversos poderes políticos.

Por su parte, la ponenecia de Hernán Merele que inicia este Dossier, enfocada en el asesinato del militante peronista Tito Deleroni y su esposa Nélida Arana el 27 de noviembre de 1973, fue uno de los primeros trabajos en insistir con la necesidad de ampliar la mirada sobre el tercer peronismo. La difusión del llamado Documento Reservado de octubre de 1973, que convocaba a combatir la infiltración en el movimiento, daba cuenta de un tipo de violencia represiva que no podía ser reducida sin más a la Triple A. Con un enfoque extracéntrico y en una escala reducida, el asesinato de la pareja por parte de un militante de la derecha peronista, le permite a Merele reconstruir el complejo entramado represivo que articuló organismos estatales y paraestatales de seguridad con civiles cuya adscripción política se halla vinculada a los sectores más reaccionarios del movimiento. El autor logra reconstruir acabadamente la forma en que este entramado represivo se hallaba tejido en distintos niveles, sobrepasando al ámbito local, e instalado a escala provincial e incluso nacional.

Por otro lado, los artículos de Juan Iván Ladeuix y de Juan Luis Carnagui, se centran en el accionar represivo de la derecha peronista a través de la organización estudiantil Concentración Nacional Universitaria (CNU), en Mar del Plata y La Plata respectivamente, con el objetivo de reconstruir los vínculos establecidos con los poderes y organizaciones locales para el ejercicio de la violencia.

En el caso marplatense, Ladeuix sostiene que la CNU alcanzó mayores cuotas de poder político, articulando una alianza con sectores gremiales, facciones dentro del Partido Justicialista e influencia en el Poder Judicial local. Esta alianza, a la que el autor denomina complejo contrainsurgente, es prolijamente analizada, cuantificada y desagregada en una serie de agrupaciones responsables de la violencia paraestatal. A su vez, Ladeuix reconstruye la manera en que los miembros de la CNU, desde un primer momento, participaron activamente de la articulación y reorganización de la estructura partidaria del peronismo, establecieron vínculos con el sindicalismo y fueron parte activa de la represión universitaria, especialmente a partir del “proceso de depuración” desatado con el llamado Documento Reservado.

Ladeuix finaliza su artículo advirtiendo que si bien muchas veces se ha afirmado que la CNU era la pata de la Triple A en Marde Plata, en realidad el entramado parapolicial dirigido por López Rega no había extendido sus extremidades hasta la comunidad política marplatense. La CNU pudo obtener capacidades logísticas de dicha relación, pero bajo ningún punto de vista era una mera extensión del poder del esotérico ministro. Su poder se sustentaba en la combinación de un pavoroso talento para la violencia y en la capacidad de sus dirigentes para influenciar y dirigir a amplios sectores del peronismo, que fueron hábilmente utilizadas para hacerse del control de instituciones estatales (la Universidad y el Poder Judicial), recuperar la conducción del PJ e influenciar abiertamente a los sectores sindicales.

Para el caso de La Plata, Carnagui, además de reconstruir el origen platense de la CNU, encuentra que a partir de 1974 hay un ritmo creciente de acciones represivas, una avanzada también en la radicalidad en los modos en que estas se desarrollaban (con un claro correlato en el saldo de víctimas) y finalmente un  vínculo directo de los integrantes de la CNU con las instituciones de la provincia de Buenos Aires.

En este sentido destaca la incorporación sistemática de militantes de la CNU a la estructura del estado bonaerense a comienzos de 1974, una vez que Victorio Calabró asumió la gobernación de la provincia de Buenos Aires. Un ámbito predilecto lo conformó el Hipódromo, puesto que allí coincidían intereses de la organización y del propio gobernador. Mientras la CNU buscaba disciplinar a un conjunto de trabajadores contestarios, en especial a la dirigencia gremial, el gobernador buscaba hacerse con los recursos de la caja del Hipódromo. Por fuera de la órbita provincial, la Universidad Nacional de La Plata fue otro bastión en el cual varios integrantes jugaron un rol protagónico. También fue activa la violencia paraestatal en la cercana localidad industrial de Ensenada en torno a las figuras combativas de Propulsora Siderúrgica y el Astillero Rio Santiago. Carnagui da por sentado que las posibilidades para operar con las que contaba la CNU solo eran posibles gracias a la connivencia de las fuerzas de seguridad y la inteligencia del Estado Provincial y de las Fuerzas Armadas.

El artículo de Belén Zapata se centra en la ciudad de Bahía Blanca en la cual, ya desde los primeros meses de 1974, se comenzaron a vivir hechos de violencia que tuvieron como víctimas a estudiantes y docentes universitarios, trabajadores, delegados obreros y militantes de izquierda y del peronismo de izquierda. Su trabajo, anclado en esta mirada local le permite advertir que, fuera de la esfera capitalina de Buenos Aires, también hubo otras instituciones estatales que funcionaron como enclaves organizacionales y de aprovisionamiento de recursos y logística para las tareas “antisubversivas” de los grupos de choque. Estos tenían sus anclajes en instituciones como la intervenida Universidad Nacional del Sur (UNS) o la Confederación General del Trabajo (CGT) Regional, cuando ambas instituciones eran dirigidas por figuras políticas de la derecha y del peronismo ortodoxo. Estas fueron, por un lado, el interventor de la universidad desde febrero de 1975, el rumano filo fascista Dionisio Remus Tetu y por el otro, Rodolfo Ponce, diputado nacional y uno de los principales impulsores de la “depuración” interna del movimiento peronista. Zapata destaca que, hacia principios de 1975, algunos de los miembros de la patota que respondía a la CGT de Rodolfo Ponce y que ya habían intervenido en la UTN local en tareas represivas, fueron contratados como “personal de vigilancia” de la UNS por el rector Remus Tetu.

El papel destacado en la represión por parte de este personaje vuelve a aparecer en el artículo de Pablo Scatizza enfocado en la violencia estatal y paraestal en la Norpatagonia. Los primeros registros de violencia para el período peronista datan de marzo de 1974, cuando comenzaron a ejecutarse una serie de actos intimidatorios que el periodismo local adjudicó a fuerzas peronistas de derecha y ligadas a López Rega. Scatizza enfatiza el papel fundamental que tuvo el desembarco de Remus Tetu en diciembre de 1974, como interventor de la Universidad del Comahue, impuesto desde el Ministerio de Educación que desde agosto del año anterior había quedado en manos de Oscar Ivanisevich. Desde ambas universidades: Comahue y Bahía Blanca, el interventor coordinaría las fuerzas represivas. Así lo señala Scatizza basándose en las declaraciones de un ex comisario, quien asistió a las reuniones de la Comunidad Informativa, y de la cual participaron todas las fuerzas de seguridad de la región bajo la presidencia de Remus Tetu. En esa reunión, Tetu les habría informado a los presentes que se “iban a incorporar a la vida neuquina, nueve hombres que pertenecían a la Triple A” y que iban a venir a realizar las acciones que correspondieran en la zona de Neuquén. Además, se señalaba que el dinero que iba a necesitar esa fuerza iba a ser solventado por el jefe de la policía de Río Negro y por la Universidad y que al parecer algunas autoridades neuquinas también aportarían.

El artículo de Laura Rodríguez Agüero indaga cómo se manifestó el carácter internacional de la represión y la idea de aniquilación del enemigo interno en Mendoza, partiendo de la hipótesis de que la misma adquirió proporciones inusitadas debido a su carácter de provincia de frontera y su cercanía con Chile, en un momento de articulación de redes represivas en el Cono Sur. En Mendoza, la violencia paraestatal fue llevada a cabo por el Comando Anticomunista Mendoza (CAM) y por el Comando Moralizador Pío XII, ambas organizaciones muy ligadas a la policía provincial a cargo del vicecomodoro Julio César Santuccione, cuya designación fue responsabilidad de López Rega, quien lo nombró desde Buenos Aires el 29 de octubre de 1974.

El CAM ya había entrado en escena un mes antes con la que realización de varios atentados en los cuales comenzó a delinearse la lógica represiva de las patotas de Santuccione. Las víctimas son personas ligadas a la izquierda en general (marxista, peronista, partidaria, gremial) ciudadanos chilenos y organizaciones de ayuda a exiliados, así como de instituciones religiosas no católicas. Agüero encuentra además que la violencia ejercida también se dirigió a otro tipo de víctimas y cuya responsabilidad fue del Comando Pío XII, quien irrumpió oficialmente en la escena pública, en el mes de mayo de 1975. Las operaciones llevadas a cabo por este último Comando incluían, además de los atentados con bombas a clubes nocturnos, el asesinato de mujeres en situación prostitución y proxenetas.

El último artículo del dossier, recupera el trabajo de Melisa Paiaro quien intenta desentrañar el asesinato de nueve estudiantes universitarios en la ciudad de Córdoba el 5 de diciembre de 1975. Este crimen fue el tercer hecho perpetrado por miembros del Comando Libertadores de América (CLA) cuya aparición en la escena pública databa de fines de 1975, momento en el que se agudiza la represión ilegal en la provincia a través de la acción conjunta del Destacamento de Inteligencia 141 del Ejército y personal del Departamento de Informaciones D2 de la policía provincial. Casi un año antes de su conformación, el entonces ministro de Bienestar Social, José López Rega, había enviado a Córdoba al Capitán Héctor Pedro Vergéz quien, junto a Telleldín, serían los jefes del CLA.

Advierte Paiaro que si bien este Comando fue conocido como la versión cordobesa de la Triple A por la similitud de sus objetivos, entre ambas organizaciones existieron sustanciales diferencias. Mientras que las Tres A tenían mayor autonomía operativa en relación con las Fuerzas Armadas y más dependencia del poder político, el CLA actuaba bajo las órdenes emanadas del Tercer Cuerpo de Ejército, en tanto estaba a su frente un militar. Esta última fue una organización sofisticada, en la que se plasmó el ingreso activo del ejército en la represión clandestina. De acuerdo con testimonios de sobrevivientes de distintos centros clandestinos, la integraba el ala más recalcitrante de laderecha nacionalista militar, un numeroso grupo de policías y varios civiles.

Esperamos y creemos que la reunión de estos artículos sea un aporte para seguir interrogando críticamente en un período complejo (el tercer gobierno peronista), probematizando sobre diferentes aspectos de la violencia represiva y clandestina sin las que no es posible comprenderse el terrorismo de Estado.

Textos seleccionados para el Dossier:

Merele, Hernán (2013). “La ‘depuración’ ideológica del peronismo en el partido de General Sarmiento, 1973-1976. Una aproximación a partir del asesinato de Antonio Tito Deleroni”. En: Primeras Jornadas de Historia Reciente del Conurbano Bonaerense Norte y Noroeste, Universidad Nacional de General Sarmiento, 2013.  Recuperado de:  http://www.ungs.edu.ar/ms_idh/wp-content/uploads/2014/02/5-PONENCIA-MERELE.pdf.

Ladeuix, Juan Iván (2021). “Sindicatos, Partido, Universidad y Poder Judicial: El papel de las derechas peronistas en la configuración de un complejo contrainsurgente. Mar del Plata 1970-1976”.  En: Cuadernos de Marte, Año 12(21). Recuperado de: http://publicaciones.sociales.uba.ar/index.php/cuadernosdemarte

Carnagui, Juan Luis (2020). “Radicalización política en el campo de la derecha: La Concentración Nacional Universitaria (CNU) y la represión paraestatal en el Gran La Plata antes del Golpe de Estado”. En: Contenciosa, (10). Recuperado de: https://doi.org/10.14409/rc.v0i10.9070

Zapata, Ana Belén (2015). “Pensar la escalada de violencia y la violencia en escalas. Entramados de la “lucha antisubversiva” pre-dictatorial. Bahía Blanca, 1974/1976”. En: Avances del Cesor (12). Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5635595.pdf

Scatizza, Pablo (2016).  “Represión  ‘antisubversiva’  en  la  Norpatagonia. Estrategias estatales y paraestatales de per-secución política en Neuquén y Río Negro (1973-1976)”. En: Papeles de Trabajo, 10(17). Recuperado de: https://revistasacademicas.unsam.edu.ar/index.php/papdetrab/article/view/665/603

Rodriguez Aguero, Laura (2014). “Centralización de la represión, violencia paraestatal y redes internacionales represivas en la Mendoza predictatorial”. En: Sociohistórica, (33). Recuperado de: https://www.sociohistorica.fahce.unlp.edu.ar/article/view/SH2014n33a02

Paiaro, Melisa (2016). “Exhibir el terror. El Comando Libertadores de América: Entre el asesinato político y la restauración de la honra.Córdoba a 40 años del golpe”. En: Solis; Ponza (Comp.) Estudios de la dictadura en clave local. Córdoba a 40 años del Golpe: estudios de la dictadura en clave local, Córdoba: Editorial FFyH UNC. 


[1] Franco, Marina (2012). Un enemigo para la nación. Orden interno, violencia y “subversión”, 1973-1976. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, p. 179.

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Dossier. Más allá de Montoneros: los otros peronismos revolucionarios de los setenta https://historiapolitica.com/dossiers/dossier-mas-alla-de-montoneros-los-otros-peronismos-revolucionarios-de-los-setenta/ Wed, 15 Aug 2018 17:11:48 +0000 http://historiapolitica.com/?post_type=dossiers&p=3823 ISSN sección Dossier 2618-415x

ISSN sección Dossier 2618-415x

Dossier. Más allá de Montoneros: los otros peronismos revolucionarios de los setenta

 

Mora González Canosa (IdIHCS / UNLP- CONICET)

Fernanda Tocho (IdIHCS / UNLP)

 

Hace años que el campo de estudios consolidado alrededor de los procesos de activación social, politización y radicalización ocurridos en los años sesenta y setenta viene recibiendo un renovado impulso, que es nutrido desde diferentes perspectivas disciplinares. Con todo, se ha señalado la tendencia de buena parte de la bibliografía a realizar un “doble recorte” al analizar estos procesos, concentrándose en los acontecimientos y actores más resonantes. Es decir, considerando sólo los últimos tramos de esa historia -simplificando así el encadenamiento de conflictos que envolvió al país tras la caída del peronismo-, y privilegiando el estudio de los “partidos armados”, invisibilizando de ese modo buena parte de los actores -políticos, sindicales, culturales, religiosos- que dieron densidad al movimiento de oposición del cual las organizaciones armadas formaron parte.[1] Sin embargo, a nuestro juicio, perder de vista esa trama mayor en la que se inscribieron los grupos armados -de modo complejo y a veces tenso-, conlleva el riesgo de volver incomprensible tanto su emergencia y crecimiento, así como las adhesiones que lograron concitar. A esa tendencia podríamos sumar otra dentro del campo específico de las organizaciones armadas: la concentración de estudios sobre aquellas que resultaron hegemónicas, es decir, el PRT-ERP (Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo) y Montoneros. Se trata de otro recorte que invisibiliza, en este último caso, la gran heterogeneidad y riqueza del peronismo revolucionario, homogeneizando y simplificando su enorme variedad interna.

Ahora bien, también es cierto que desde que este mismo campo de estudios se fue consolidando, contamos con conceptualizaciones que buscaron evitar esos recortes e invisibilizaciones. De ellas, nos referiremos a dos que resultaron especialmente productivas, inspirando la elaboración de diversos estudios empíricos de caso, entre ellos, varios de los que componen el presente dossier. Ambas son el resultado de la sistematización y reflexión sobre lo que originalmente fueron categorías nativas.

En el primer caso, se trata del enfoque de la “nueva izquierda”, desarrollado por Tortti[2] en polémica con diversos trabajos surgidos en la década de los ochenta que, sustentados en una concepción de la política fuertemente consensualista, exploraron el período previo a partir de la revalorización de los métodos democrático-parlamentarios propia de la época de la “transición”.[3] Desde dicha óptica, esos trabajos circunscribieron el fenómeno de la “nueva izquierda” a las organizaciones armadas, enfatizando las diferencias entre su accionar y un vasto movimiento popular de carácter “espontáneo” en que las primeras habrían querido implantarse desde “afuera” y desde “arriba” obstruyendo su carácter democratizador. En abierto contrapunto con aquellos trabajos pioneros, Tortti retomó el concepto de “nueva izquierda” para caracterizar al conjunto de fuerzas sociales y políticas disímiles que desde fines de los sesenta protagonizó un vasto proceso de protesta social y radicalización política que incluyó desde la revuelta cultural y el activismo social, hasta la política revolucionaria y el accionar armado.

Dos son los aportes de ese enfoque que nos interesa destacar en relación con este dossier. Por un lado, que aún reconociendo la importancia que la violencia política y el activismo armado adquirieron en el período, invita a una mirada de conjunto, destacando la importancia de explorar los vínculos gestados entre los distintos grupos, movimientos y organizaciones que protagonizaron el fenómeno. Fueron esos nexos -a veces concretados y otras sólo prometidos o imaginados, exitosos o fallidos, de modalidades variadas y no exentos de tensiones- los que, al decir de Tortti, contribuyeron a que los diversos actores de la “nueva izquierda” se percibieran y fueran percibidos como parte de una misma trama, la del “campo del pueblo” y la “revolución”, generando una poderosa “sensación de amenaza” en el gobierno y los sectores dominantes. En definitiva, creemos que la indagación de esos nexos, particularmente entre política revolucionaria y protesta social, es central para analizar las características del fenómeno, su envergadura, así como las posibilidades de expansión y las limitaciones que enfrentó.

El otro aporte que queremos subrayar también tiene que ver con complejas confluencias y articulaciones. Se trata de la idea de que la “nueva izquierda” debe entenderse como una suerte de magma resultante de las convergencias entre distintas tradiciones político-culturales, no todas ellas incluidas por otros enfoques sobre el tema. Básicamente: el peronismo, el nacionalismo, el catolicismo y la izquierda. De hecho, las rupturas y transformaciones que cada una de esas tradiciones experimentó en el período y los puentes que esas rupturas posibilitaron entre los grupos, movimientos o partidos ligados a todas ellas, fueron claves a la hora de ensanchar los márgenes de la “nueva izquierda”, constituyendo otro factor central para comprender la envergadura que alcanzó.

Se trata, en suma, de una conceptualización que, a diferencia de otras, no circunscribe el fenómeno a las experiencias armadas ni tampoco lo reduce a los itinerarios exclusivos de la izquierda, sin incluir sus múltiples hibridaciones con otras tradiciones políticas.

Elementos coincidentes, en cuanto a su productividad y a los problemas de investigación que permite pensar, podemos encontrar en la caracterización de Lenci sobre la “Tendencia Revolucionaria Peronista”, un término nativo y sumamente recurrente en la bibliografía que la autora recoge y sistematiza como actor específico dentro del campo peronista.[4] Bajo dicho término la autora incluye no sólo al conjunto de las organizaciones armadas peronistas de principios de los años setenta: FAP (Fuerzas Armadas Peronistas), FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), Montoneros y Descamisados, sino también a las numerosas organizaciones de base que desarrollaron sus actividades en los denominados “frentes de masas”, siendo la Juventud Peronista Regionales ligada a Montoneros la de mayor peso, pero no la única. A su vez, Lenci da cuenta de otros actores menos visibilizados -de variados matices ideológicos, que desarrollaron diversidad de prácticas sociales y políticas y con diferentes posicionamientos respecto de la lucha armada- que acompañaron este proceso de radicalización, confluyendo en la aspiración de unificarse en torno a una “Tendencia Revolucionaria” dentro del peronismo. Tal es el caso de núcleos sindicales combativos herederos de la CGT de los Argentinos, diversas organizaciones de profesionales, sectores de las Ligas Agrarias del noroeste argentino y una enorme variedad de agrupaciones de activistas de diversos ámbitos sociales, así como personalidades del mundo de la cultura.

En síntesis, esta definición amplia y laxa de la Tendencia, como emergente del proceso de radicalización hacia la izquierda de importantes sectores del movimiento peronista, también trasciende la focalización exclusiva en las organizaciones armadas, abriendo nuevas preguntas sobre la diversidad de actores y la multiplicidad de prácticas encaradas desde ese espacio. En este sentido, al igual que el concepto de “nueva izquierda”, es un término que habilita la exploración de los vínculos entre las organizaciones armadas y el activismo social, cultural y político más amplio, rastreando las articulaciones establecidas y las tensiones surgidas, en este caso, específicamente dentro del campo peronista.

Finalmente, aún si nos centramos en las organizaciones armadas de la “Tendencia Revolucionaria del Peronismo”, el panorama no puede reducirse a Montoneros, ni tampoco suponer a esta última como una entidad homogénea. Un conjunto de clivajes, como las diferentes concepciones sobre el movimiento peronista, sus sectores internos y el rol de su líder, la forma de pensar la contradicción principal y el objetivo final del proceso revolucionario que debía desencadenarse en el país o la mejor estrategia y táctica para impulsarla, dividían aguas entre los denominados “movimientistas”, “tendencistas” y “alternativistas”.[5] De hecho, los debates resultaron interminables tanto entre los grupos originarios de Montoneros, como entre las distintas organizaciones armadas peronistas de existencia independiente que desde 1972 comenzaron a fusionarse con aquel grupo, como los Descamisados, las FAR o -antes y después de esa fecha- sectores de las FAP. Todas ellas expresan, además, variadas hibridaciones entre distintas tradiciones político-culturales, uno de los rasgos centrales en la conformación de la “nueva izquierda”. Finalmente, cabe añadir que los clivajes y discusiones mencionadas no se apaciguaron, sino que sumaron nuevos ribetes al calor de un tempo político vertiginoso y en constante aceleración, como muestran las rupturas y disidencias de Montoneros, ya sea la de los “alternativistas” de la organización Montoneros José Sabino Navarro o la de los “movimientistas” de la Juventud Peronista-Lealtad, ya entre 1973 y 1974.

El presente dossier reúne un conjunto de trabajos, mayormente de jóvenes investigadores, que hace tiempo vienen desafiando la tendencia a las diversas invisibilizaciones que hemos esbozado. Es decir, que más allá de la hegemonía adquirida por Montoneros en el período, han indagado o bien en el variado y heterogéneo espectro de las organizaciones armadas del peronismo revolucionario, o bien en las diversas agrupaciones de activistas identificadas con la Tendencia que se ligaron de distintos modos con ellas.

Siguiendo este doble criterio, en el primer grupo de trabajos podemos ubicar cuatro investigaciones: las de Campos, González Canosa, Seminara y Pozzoni.

Por un lado, los artículos de Campos y González Canosa abordan el itinerario de dos organizaciones, provenientes de distintas tradiciones políticas y bien disímiles entre sí, que se fundaron a inicios de los setenta y luego confluyeron en Montoneros: Descamisados y las FAR.

En “Venceremos en un año o venceremos en diez, pero venceremos”. La organización Descamisados: entre la Democracia Cristiana, el peronismo revolucionario y la lucha armada”, Campos aborda algunos ejes de la discusión sobre la transición que hicieron sectores laicos del catolicismo postconciliar hacia la guerrilla peronista a fines de los sesenta. Tomando distancia de las interpretaciones que vieron en los orígenes religiosos de Montoneros y Descamisados un síntoma inalterable de irracionalismo político integrista y mesiánico, el autor propone pensar dicho pasaje como parte del proceso de secularización y modernización que atravesaron grupos cristianos en proceso de peronización y en diálogo con otros sectores de la “nueva izquierda”.  En este sentido, lejos de ver mera continuidad de la cosmovisión religiosa tradicional, Campos aporta elementos para pensar las rupturas producidas en la historia política de los movimientos armados, en particular el proceso de descristianización de la militancia católica.

A partir del análisis de un pasaje que en este caso va desde la izquierda marxista al peronismo, también encontramos la pregunta por las rupturas y las continuidades en el artículo de González Canosa “‘Libres o muertos, jamás esclavos’. Marxismo, peronismo y lucha armada: las Fuerzas Armadas Revolucionarias en la Argentina de los primeros setenta”. Allí la autora analiza el itinerario de gestación y desarrollo de las FAR considerando que el grupo fue emergente de las reconfiguraciones de la cultura política de la izquierda, es decir, expresión de un “cauce de radicalización política” distinto del que dio lugar al resto de las organizaciones armadas del peronismo. Desde esa perspectiva, la autora evidencia tres procesos convergentes en la trayectoria del grupo. En primer lugar, la existencia de un proceso de doble ruptura respecto de las tradiciones político-ideológicas y las formas de hacer política de los partidos donde los fundadores de las FAR habían iniciado su militancia en los sesenta -es decir, ruptura con tradiciones liberales y antiperonistas y con métodos legales de lucha. En segundo lugar, la persistencia, más allá de esas rupturas, de ciertas huellas de origen que le imprimieron a las FAR su perfil distintivo, al menos durante sus primeros años (1970-1971) -la huella marxista para pensar el peronismo y la huella guevarista para pensar su relación con las masas. Por último, y a la luz de los cambios operados en la coyuntura electoral de 1972, la autora analiza las formas en que tal perfil distintivo experimentó variaciones sustantivas que contribuyen a explicar su posterior acercamiento a Montoneros.

Por su parte, los trabajos de Seminara y Pozzoni abordan dos disidencias de Montoneros, también muy disímiles entre sí: la de los “alternativistas” de la organización Montoneros Sabino Navarro en 1972 y la de los “movimientistas” de la Juventud Peronista-Lealtad.

En “Los Sabino”, Seminara echa luz sobre aspectos muy poco conocidos de la historia de esta organización, cuyo derrotero comenzó a delinearse a partir de un temprano desprendimiento de Montoneros en 1972, desarrollando su actividad política en distintos lugares del país hasta el año 1975. El foco de atención está puesto en la singularidad del grupo respecto de otras organizaciones armadas del peronismo, centralmente: el alternativismo y clasismo de sus postulados, la crítica sin concesiones a la burocracia sindical y las estructuras tradicionales del movimiento y el fuerte cuestionamiento hacia las prácticas de Montoneros, consideradas “foquistas”, “militaristas” y responsables de su aislamiento respecto de la clase trabajadora. Finalmente, la autora brinda elementos que permiten conocer el anclaje nacional que alcanzó la organización, el grado de autonomía organizativa y política que desarrolló, y su inserción -de variado calibre- en diferentes espacios de sociabilidad sindical, universitaria y territorial.

La preocupación por experiencias de disidencia con Montoneros poco exploradas por la historiografía también se encuentra presente en el artículo de Pozzoni “Los orígenes de la Juventud Peronista Lealtad: los ‘soldados de Perón’ (1973-1974)”. Allí la autora reconstruye los orígenes de esta agrupación de carácter “movimientista” analizando los diversos momentos y episodios que, entre junio de 1973 y febrero de 1974, abonaron el camino hacia la ruptura con la conducción de Montoneros. En su análisis, las razones fundamentales de la escisión se vinculan tanto con el rechazo provocado por el cuestionamiento al liderazgo de Perón por parte de los jefes montoneros, como con las dudas respecto de la legitimidad de continuar con la lucha armada en un gobierno democráticamente elegido, debate, este último, que ya había estado presente en el origen mismo de la agrupación.

Por otro lado, hemos seleccionado para el dossier cuatro trabajos que dan cuenta de la variedad de agrupaciones de activistas de la Tendencia que, desarrollando sus prácticas en distintos ámbitos sociales, se ligaron de diversos modos con las organizaciones armadas del peronismo.

En “El desafío institucional: las prácticas políticas no armadas de la Tendencia Revolucionaria del Peronismo en el Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires (1973-1974)”, Tocho reconstruye el proceso de incorporación de militantes de la Tendencia a la gestión provincial de Oscar Bidegain, indagando las expectativas, objetivos y sentidos que acompañaron la trayectoria de quienes, aún signados por fuertes tensiones, intentaron conjugar la participación en las estructuras del gobierno democrático con un proyecto revolucionario. En el marco de esta perspectiva, la autora da cuenta de las prácticas políticas desarrolladas en el Ministerio de Asuntos Agrarios, observando un amplio y heterogéneo repertorio de modalidades de acción -institucionales, territoriales, barriales- que los protagonistas inscribían en un programa mayor de cambio de estructuras con vistas a la construcción del denominado “socialismo nacional”.

En una dirección similar, pero profundizando el análisis de las formas de militancia barrial y las prácticas no armadas desplegadas en el territorio, se encuentra el artículo de Robles “La retaguardia revolucionaria. Las unidades básicas controladas por la Juventud Peronista y Montoneros en los barrios populares de la ciudad de La Plata (1972-1975)”. Allí el autor reconstruye pormenorizadamente la red de unidades básicas organizada y controlada por los montoneros en el territorio y período mencionado, con la intención de aportar una descripción empírica sobre los nexos que los sectores populares establecieron con las organizaciones armadas. En este marco, Robles distingue los actores intervinientes, la amplia gama de prácticas desplegadas y las representaciones gestadas sobre diferentes tópicos de gran relevancia en el período: la relación con Perón, el “socialismo nacional” y la lucha armada, dando cuenta de la magnitud -y también de los límites- del proceso de radicalización entre los sectores populares.

Por su parte, el trabajo de Dip “En busca de un relato para la universidad. Reminiscencias reformistas y peronistas en Antropología 3er. mundo (1968-1973)” analiza el proceso de peronización de izquierda de importantes sectores universitarios entre 1966 y 1973, con especial foco en el análisis de la revista Antropología del Tercer Mundo, publicación académica vinculada a las Cátedras Nacionales de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. En particular, indaga cómo se debatió el rol de los intelectuales, la nacionalización del movimiento estudiantil y la cuestión universitaria a través de una publicación con importante incidencia en grupos de docentes, estudiantes e intelectuales que se sumaron al campo del peronismo revolucionario durante esos convulsionados años.

Por último, en “‘Las aventuras de Tendencio’ en la revista Militancia Peronista para la Liberación: humor gráfico para la disputa peronista de los años 70” Stavale analiza las representaciones, críticas y tensiones que expresaron sectores “alternativistas” del campo político-cultural durante el tercer gobierno peronista. La autora se centra en las coyunturas conflictivas que hicieron que el peronismo revolucionario entrara en crisis y en la particular forma en que la tira de humor gráfico condensó la ruptura de este grupo político y editorial con el líder justicialista, su enfrentamiento con los sectores de la derecha peronista y el avance del Estado de excepción, y sus discusiones al interior de la Tendencia, particularmente con la Juventud Peronista y Montoneros.

 

Textos seleccionados para el dossier

Campos, Esteban (2012). “Venceremos en un año o venceremos en diez, pero venceremos”. La organización Descamisados: entre la Democracia Cristiana, el peronismo revolucionario y la lucha armada. Polhis, 10, pp. 133-145.

González Canosa (2017). “Libres o muertos, jamás esclavos”. Marxismo, peronismo y lucha armada: las Fuerzas Armadas Revolucionarias en la Argentina de los primeros setenta”. Tempo e Argumento. Revista de História do Tempo Presente, 22, pp. 364 – 395.

Nicolás Dip (2016). En busca de un relato para la universidad. Reminiscencias reformistas y peronistas en Antropología 3er. mundo (1968-1973), E-l@tina. Revista electrónica de estudios latinoamericanos, 56, pp. 18-35.

Pozzoni, Mariana (2015). Los orígenes de la Juventud Peronista Lealtad: los “soldados de Perón” (1973-1974). Cuadernos del CLAEH, 101, pp. 33-61.

Robles, Horacio (2015). La retaguardia revolucionaria. Las unidades básicas controladas por la Juventud Peronista y Montoneros en los barrios populares de la ciudad de La Plata (1972-1975). En Cristina Tortti, Mauricio Chama y Adrián Celentano, La nueva izquierda argentina (1955-1976). Socialismo, peronismo y revolución (pp. 157-188). Rosario: Prohistoria.

Seminara, Luciana (2015). “Los Sabino”. En Bajo la sombra del ombú. Montoneros Sabino Navarro, historia de una disidencia (pp. 10-29). Buenos Aires: Imago Mundi.

Stavale, Mariela (2017). “Las aventuras de Tendencio” en la revista Militancia Peronista para la Liberación: humor gráfico para la disputa peronista de los años 70. Izquierdas, 35, pp. 1-30.

Tocho, Fernanda (2015). El desafío institucional: las prácticas políticas no armadas de la Tendencia Revolucionaria del Peronismo en el Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires (1973-1974). Sociohistórica, 35, pp. 1-22.

 

[1] Tortti, Cristina (2015). La nueva izquierda argentina. La cuestión del peronismo y el tema de la revolución. En Cristina Tortti, Mauricio Chama y Adrián Celentano (comps.), La nueva izquierda argentina (1955-1976). Socialismo, peronismo y revolución (pp. 15-33). Rosario: Prohistoria.

[2] Tortti, Cristina (1999). Protesta social y Nueva Izquierda durante el Gran Acuerdo Nacional. En Alfredo Pucciarelli, Alfredo (ed.), La primacía de la política. Lanusse, Perón y la Nueva Izquierda en tiempos del GAN (pp. 205-230). Buenos Aires: Eudeba y (2006). La Nueva Izquierda en la historia reciente de la Argentina. Cuestiones de Sociología, 3, pp. 19-32.

[3] Hilb, Claudia y Lutzky, Daniel (1986), La nueva izquierda argentina: 1960-1980. (Política y violencia). Buenos Aires: CEAL y Ollier, María Matilde (1986), El fenómeno insurreccional y la cultura política. 1969-1973. Buenos Aires: CEAL y (1998), La creencia y la pasión. Buenos Aires: Ariel.

[4] Lenci, Laura (1999). Cámpora al Gobierno, Perón al Poder. La tendencia revolucionaria del peronismo ante las elecciones del 11 de marzo de 1973. En Pucciarelli Alfredo (ed.), op. cit.

[5] Sobre las formas de caracterizar estas corrientes político-ideológicas al interior de la Tendencia, que deben considerarse como posiciones polares típico-ideales puede consultarse Lanusse, Lucas (2005), Montoneros. El mito de sus doce fundadores. Buenos Aires: Vergara y González Canosa, Mora (2015) “Las Organizaciones Armadas Peronistas (OAP): un análisis comparativo de los (re) posicionamientos de las FAR”. En Cristina Tortti, Mauricio Chama y Adrián Celentano (comps.), op. cit.

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Dossier. Represión estatal y paraestatal en la historia reciente argentina https://historiapolitica.com/dossiers/dossier-represion-estatal-y-paraestatal-en-la-historia-reciente-argentina/ Thu, 17 Aug 2017 16:08:50 +0000 http://historiapolitica.com/?post_type=dossiers&p=3652 Dossier. Represión estatal y paraestatal en la historia reciente argentina

Gabriela Águila (ISHIR-CONICET / UNR)

 

La represión estatal y paraestatal que atravesó los años 70 y tuvo su máximo y brutal despliegue en el contexto de la última dictadura militar, constituye un tema relevante en los estudios académicos sobre la historia reciente argentina. Sin embargo, y más allá de su significación como problemática convocante para los investigadores que se ocupan del pasado más cercano, referir a la represión y a sus efectos sociales remite a dimensiones que desbordan las fronteras del mundo académico.

Así, durante más de tres décadas, las demandas de memoria, verdad y justicia vinculadas a los crímenes cometidos por las fuerzas represivas en los años dictatoriales sostuvieron las acciones del movimiento de derechos humanos y, en un plano muy cercano, impulsaron recorridos judiciales no exentos de avances y retrocesos, que se centraron en la investigación de esos delitos y la punición a sus perpetradores. En directa relación con ello, ésta ha sido la principal dimensión sobre la que se configuró la memoria social dominante sobre aquellos años, evidenciando que el ejercicio de la represión y sus correlatos sociales constituye la conexión más visible entre aquel pasado atravesado por las masivas violaciones a los derechos humanos y el presente.

En tal sentido, referir a la represión estatal y paraestatal –y más en general a la violencia política de los años 70– requiere dar cuenta de una problemática compleja sobre la que existen registros, relatos, representaciones y memorias diversas, así como una “verdad histórica” sobre los crímenes de lesa humanidad, probada en los estrados judiciales a lo largo y ancho del país, que inciden y tensionan el campo de estudios específico. No es, ni de lejos –y como sucede con otros temas de la historia reciente–, materia exclusiva de la investigación académica.

Por su parte, y si bien desde los años de la transición investigadores de diversas disciplinas se ocuparon de proveer estudios sobre la dictadura e interpretar la violencia política y represiva, solo recientemente se ha consolidado una línea de estudios que ha puesto el foco en el ejercicio de la represión estatal y paraestatal, adquiriendo carta de ciudadanía en el campo de la historia reciente y mostrando una importante vitalidad.[1]

Estas indagaciones se han concentrado sobre ciertos temas y objetos de estudio, orientadas a cubrir áreas de vacancia, a dar cuenta de problemas de orden teórico-metodológico, a discutir las conceptualizaciones y a proponer nuevos abordajes sobre la problemática que complejizaran e introdujeran matices al conocimiento disponible sobre la represión y sus efectos sociales, en un proceso de renovación de las miradas que remite en parte al uso de fondos documentales hasta no hace mucho tiempo inaccesibles.

Los textos que componen este dossier constituyen un muestrario acotado de las investigaciones y aportes en la línea de estudios sobre la represión estatal y paraestatal en la historia reciente argentina. Los cruces y articulaciones existentes entre ellos son múltiples, ilustrando la riqueza de este ámbito de estudios y los fértiles intercambios que se vienen desarrollando.

El trabajo de Marina Franco se sitúa en uno de los debates centrales de esta línea de indagación, cual es el de la periodización del ejercicio de la violencia estatal en el siglo XX y en particular en su segunda mitad. Franco pone en debate la coyuntura del golpe de estado de 1976 como un parteaguas, señala continuidades y rupturas y analiza la especificidad del terror de estado en un contexto general de avances represivos, en una puntualización de preguntas y problemas que resultan claves para explicar el proceso represivo en particular y la historia reciente argentina en general.

En una dirección similar, y a la vez que se ha puesto el foco en el largo o mediano plazo, se vienen produciendo una serie de investigaciones cuyo objetivo es reconstruir y analizar en su singularidad la violencia política y represiva que antecedió a la última dictadura. Dos trabajos, los de Hernán Merele y Esteban Pontoriero, convergen en el estudio del interregno constitucional que va entre 1973 y 1976. Merele se centra en la depuración interna del peronismo y el proceso de violencia paraestatal que lo acompañó, una cuestión ampliamente conocida pero que el autor ilumina con nueva luz, al poner en suspenso interpretaciones muy difundidas sobre la Triple A y explorar en su especificidad las dinámicas de la coyuntura. Por su parte, Pontoriero aborda el estudio del principal actor represivo del período, las Fuerzas Armadas y en particular el Ejército, reconstruyendo las bases doctrinarias y operativas diseñadas para hacer frente a la “subversión” y su articulación con la legislación de defensa y el marco jurídico-normativo que se estableció en el período y operó como condición de posibilidad para la intervención militar en la represión interna.

Centrado en los años iniciales de la dictadura de 1976-83, el trabajo de Santiago Garaño sobre la prisión política pone la atención en otro problema clave en esta línea de investigación: el que refiere a las articulaciones entre las dimensiones clandestinas y legales de la represión. Su estudio revela los modos en los que se vieron involucradas agencias e instituciones estatales, como las cárceles, que actuaban según normativas, leyes y decretos emanados del poder estatal, que se enlazaron con las prácticas clandestinas, ilegales y/o para-legales que caracterizaron al accionar represivo durante la última dictadura, en un abordaje que revela la inconveniencia de miradas dicotómicas para dar cuenta de dichas dinámicas.

Otra dimensión central en los nuevos trabajos sobre la represión tiene que ver con la atención hacia el problema de las escalas de análisis. En particular, el dispar conocimiento de los mapas locales y regionales de la represión ha alentado el desarrollo de un conjunto de investigaciones situadas a escala local-regional sobre el ejercicio y las dinámicas represivas. Estos trabajos han achicado el foco del análisis hacia el despliegue de la violencia estatal en ámbitos territoriales específicos, sin perder de vista la necesidad de establecer diálogos con lo producido para otros espacios o con la “historia nacional”, y contribuyendo a complejizar el conocimiento sobre la represión implementada en distintas escalas y contextos.

En esta línea, mi contribución plantea una serie de problemas que vertebran los estudios sobre la represión, explora las continuidades y rupturas entre la dictadura y los años precedentes, los dispositivos utilizados y los circuitos represivos y el problema de las escalas de análisis, poniendo especial atención en las dinámicas regionales y locales, en las modalidades específicas del accionar represivo y las variaciones registradas en distintos espacios territoriales. Por su parte, y en una perspectiva afín, Pablo Scatizza centra su estudio en las tramas represivas desplegadas en un área relativamente marginal (una “zona fría”) en el plan represivo de las Fuerzas Armadas, la Norpatagonia, explorando tanto la inserción de las fuerzas represivas en una estrategia coordinada a escala nacional como los grados de autonomía operativa y funcional que se evidenciaron en dicho ámbito. Finalmente, el estudio de Ivonne Barragán y Ana Belén Zapata pone en diálogo dos estudios de caso, situados a escala regional y local, introduciendo unas claves de análisis cuya articulación resulta novedosa: por un lado, estudian el rol de la Armada en el despliegue represivo, por otro, vuelven sobre el problema la represión hacia la clase obrera, si bien poniendo el foco en un sector productivo específico, las empresas militares-estatales, y en el proceso de disciplinamiento y represalia hacia sus colectivos de trabajadores.

El dossier se cierra con un artículo de Valeria Manzano, que estudia la relación entre drogas y seguridad nacional en la segunda mitad del siglo XX. El trabajo se ocupa de una temática a primera vista alejada del objeto de este dossier, pero que sin dudas aporta sugerentes entradas al estudio de las dinámicas estatales en el período de mayor intensidad represiva: la definición ampliada de la “seguridad nacional” en un contexto de radicalización política y social, las continuidades y rupturas en el ejercicio represivo entre dictaduras y democracias, la escalada represiva en la coyuntura de mediados de los años 70, el rol de agencias represivas estatales como la policía, entre otros problemas que vienen ocupando un lugar medular en la línea de estudios sobre la represión estatal y paraestatal.

 

Textos seleccionados para el dossier:

Franco, Marina (2012). Pensar la violencia estatal en la Argentina del siglo XX. Lucha Armada en la Argentina, Año 8, Anuario 2012, pp. 20-31.

Merele, Hernán (2016). El germen genera sus propios anticuerpos”. La “depuración” interna peronista y el proceso represivo entre 1973-1976, inédito.

Pontoriero, Esteban (2016). «Preparativos de guerra»: Ejército, doctrina antisubversiva y planes represivos en los orígenes el terror de Estado, 1973-1976. Revista Universitaria de Historia Militar, vol. 5, nº 10, pp. 319-339. Recuperado de http://ruhm.es/index.php/RUHM/article/view/226/197.

Garaño, Santiago. (2009).Pabellones de la muerte: los límites difusos entre la represión legal y la clandestina. Entrepasados, nro. 34, pp. 33-53.

Águila, Gabriela (2013). La represión en la historia reciente argentina: fases, dispositivos y dinámicas regionales. En Gabriela Águila y Luciano Alonso (comps.), Procesos represivos y actitudes sociales: entre la España franquista y las dictaduras del Cono Sur (97-121). Buenos Aires: Prometeo.

Barragán, Ivonne y Zapata, Ana Belén (2015). Dictadura militar y represión a la clase trabajadora. La Armada Argentina, marco doctrinario y operaciones represivas en perspectiva regional para los casos de Ensenada y Bahía Blanca. Diacronie. Studi di Storia Contemporanea: Le dittature militari: fisionomia ed eredità politica, N. 24, 4. Recuperado de http://www.studistorici.com/2015/12/29/barragan-zapata_numero_24/

Scatizza, Pablo (2015). Un Comahue no tan frío. La Norpatagonia argentina en el proyecto represivo de la dictadura militar (1975-1983). Izquierdas, nº 23. Recuperado de http://www.izquierdas.cl/ediciones/2015/numero-23-abril

Manzano, Valeria (2015). The Creation of a Social Problem: Youth Cultures, Drugs, and Politics in Cold War Argentina. Hispanic American Historical Review, 95: 1, pp. 37-69.

[1] La constitución de la Red de Estudios sobre Represión y Violencia Política (RER) en 2014 (https://redestudiosrepresion.wordpress.com), la realización de jornadas y mesas temáticas en congresos de la especialidad y la publicación de un libro colectivo para el 40º aniversario del golpe de Estado sobre estas problemáticas, son indicativas de tales derivas historiográficas. Ver Gabriela ÁGUILA, Santiago GARAÑO y Pablo SCATIZZA (coords.), Represión estatal y violencia paraestatal en la historia reciente argentina: nuevos abordajes a 40 años del golpe de Estado, La Plata, Ediciones FaHCE, Universidad Nacional de La Plata, 2016, http://www.libros.fahce.unlp.edu.ar/index.php/libros/catalog/book/63

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