partidos – historiapolitica.com https://historiapolitica.com El sitio web del Programa Interuniversitario de Historia Política Wed, 20 Jan 2016 22:22:30 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.2 https://historiapolitica.com/wp-content/uploads/2014/08/cropped-logo1-32x32.png partidos – historiapolitica.com https://historiapolitica.com 32 32 Los costos de la política https://historiapolitica.com/foros/costospolitica/ https://historiapolitica.com/foros/costospolitica/#respond Wed, 18 Dec 2013 17:33:32 +0000 http://historiapolitica.com/?page_id=1802 Foro 2: Los costos de la política. Del centenario al primer peronismo

ISSN de la sección FOROS: 2469-0740

Coordinadores :Diego Mauro (ISHIR – CONICET – UNR) / Leandro Lichtmajer (ISES/CONICET-UNT)

Objetivos generales
El presente foro se propone animar el debate historiográfico sobre los costos y el financiamiento de la política en la Argentina de la primera mitad del siglo XX. En ese sentido, pretende delimitar un campo de trabajo y ofrecer un primer acercamiento al problema de la obtención de los recursos necesarios para sostener las estructuras partidarias y solventar la actividad proselitista en tiempos de ampliación del juego democrático y consolidación de la política de masas. Se trata de un tópico escasamente abordado por la historiografía política argentina, circunscribiéndose la producción a un conjunto de trabajos en clave politológica sobre las últimas décadas del siglo pasado.

Presentación :
Diego Mauro (ISHIR-CONICET-UNR) y Leandro Lichtmajer (ISES-CONICET-UNT)

Expositores

Lisandro Gallucci (CEHIR-ISHIR-CONICET-UNCO / UNSAM), “El precio de la autonomía. La cuestión de las condiciones económicas para la provincialización de los Territorios Nacionales (1907-1930).”

Diego Mauro (ISHIR-CONICET-UNR), “Tramas subterráneas y financiamiento político. Santa Fe en la década de 1920.”

María José Valdez (UBA/CEHP-UNSAM), “Algunas hipótesis sobre los mecanismos de financiamiento político del partido radical. Las campañas electorales de 1928 y 1930 en la ciudad de Buenos Aires.”

Adriana Kindgard (ISHIR-CONICET, UNJu) , “Echar a andar la maquinaria electoral en escenarios adversos. Prácticas proselitistas, recursos y derroteros del Radicalismo yrigoyenista en Jujuy (1929-1949).”

Leandro Lichtmajer (ISES-CONICET-UNT), “ El desafío de sobrevivir a la irrupción peronista. Transformaciones en la matriz de financiamiento de la Unión Cívica Radical (Tucumán, 1943-1955).”

Carolina Barry (UNTREF-CONICET), “Adscripta a la Señora”. Apuntes y reflexiones sobre los recursos de la política: el Partido Peronista Femenino”.

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Dossier. De territorios a provincias. Actores, partidos y estrategias en las nuevas provincias argentinas (1951-1962) https://historiapolitica.com/dossiers/territorios-a-provincias/ https://historiapolitica.com/dossiers/territorios-a-provincias/#respond Mon, 17 Sep 2012 00:59:02 +0000 http://historiapolitica.com/?page_id=1490 De territorios a provincias. Actores, partidos y estrategias en las nuevas provincias argentinas (1951-1962)
Martha Ruffini (CONICET-UNQ/UNCo)

En el campo de la “nueva historia política”, la renovación en temas y enfoques ha generado una multiplicidad de investigaciones que abordan problemáticas vinculadas con el Estado, el poder político, la ciudadanía y las estrategias de organización, acción y reacción de los sectores dirigentes, dominantes o subalternos. Entre los nueves ejes de análisis se halla la cuestión de los territorios nacionales, espacios centralizados destinatarios del “republicanismo tutelado”, fachada con la que el Estado encubrió la decisión de exclusión política de sus habitantes y de retención del dominio en el largo plazo. Desde hace dos décadas, esta temática ha concitado la atención de numerosos investigadores que en sucesivos congresos, jornadas, mesas de discusión y publicaciones debaten acerca del formato territorial, su relación con el Estado Nacional y las razones de su larga vigencia así como las motivaciones del gobierno peronista para efectivizar la conversión de los territorios-con la excepción de Tierra del Fuego- en provincias autónomas entre 1951 y 1955.

El interrogante acerca del legado del período territorial sobre la estructura político-social de las nuevas provincias y sus configuraciones identitarias, la modalidad de ejercicio del poder y construcción de la ciudadanía política en los nuevos Estados provinciales y en la sociedad civil, debe analizarse partiendo de la etapa de transición (1955-1958), en la que se definió el perfil –político, económico, social y cultural – de las nuevas provincias argentinas.

Este dossier pretende dar cuenta de algunas discusiones y perspectivas vinculadas con la conformación inicial de las nuevas provincias, insertando los avances realizados en aspectos puntuales de su devenir político y económico. La gradualidad impulsada por el peronismo creó provincias en tiempos diferentes: Chaco y La Pampa (1951), Misiones (1953), Formosa, Neuquén, Río Negro, Chubut y Patagonia (1955), portadoras de trayectos históricos con obvias similitudes pero condicionadas por la conformación política y social de cada espacio, característica generadora de diferenciaciones que se advierten tanto en la etapa justicialista como durante el gobierno dictatorial sufrido por nuestro país a partir de 1955.

El primer articulo “Los territorios nacionales. Un nuevo actor en la historiografía argentina” de nuestra autoría, presenta el desarrollo de los estudios sobre los territorios nacionales a partir de la década de 1970 y los cambios en las líneas de investigación, enfoques y marcos teóricos vinculados con los desafíos epistemológicos planteados por las tendencias dominantes de la “nueva historia política”. En este sentido, el artículo destaca las conclusiones que han sido validadas por el consenso de la comunidad científica advirtiendo sobre la heterogeneidad regional en el conocimiento de la historia territorial y las temáticas o enfoques en las que existe insuficiente producción. En el balance final, se señala la necesidad de abordar el estudio de los territorios nacionales desde la convergencia analítico-sinérgica entre la mirada estatal y la mirada social, con una perspectiva comparativa y con la imprescindible contextualización e interrogación dialéctica con la problemática político-social regional y nacional.

El caso de La Pampa presenta aristas peculiares que son descriptas e interpretadas en el articulo “Orden institucional y construcción de ciudadanía en La Pampa 1946-1966” de la Esp.Mirta Zink (UNLPam) y la Dra.Marisa Moroni (CONICET-UNLPam). En su investigación señalan que la peronización evidenciada en La Pampa trajo como correlato la provincialización. Esta hegemonía peronista –que no estuvo exenta de tensiones internas – sufrió un quiebre con el golpe militar de 1955. A partir de este momento La Pampa presentó un desarrollo histórico diferente al resto de los ex territorios ya que no logró sancionar una nueva carta constitucional provincial hasta 1960, razón por la que mientras en las nuevas provincias se elegían gobernadores, legislaturas y municipios a partir de 1958, La Pampa continuo intervenida. Esta discontinuidad en la política se contrapuso a la continuidad en proyectos de crecimiento económico bajo el signo desarrollista tanto en las intervenciones federales como en los gobiernos electivos.

Para Formosa el Dr. Hugo Humberto Beck (CONICET-UNNE) presenta un análisis detenido acerca de los primeros pasos de la provincia creada en 1955 y hasta la asunción del gobierno provincial de la UCRI en 1962. Relata la polémica historiográfica acerca de las razones de la creación de Formosa, suscribiendo la tesis de una provincialización inducida desde el gobierno nacional peronista, sin participación popular. En su artículo analiza los principales aspectos de la Constitución Provincial de 1957, resaltando la inclusión de los llamados derechos de segunda generación en el marco del constitucionalismo social y la problemática política presente desde la primera gobernación constitucional, en la que el rol de la prensa formoseña resultó relevante. Finalmente realiza un balance de los desafíos y asignaturas pendientes que debieron afrontar las primeras gobernaciones provinciales sobre todo en lo atinente a la política social y económica.

El trabajo de la Mg. Esther Lucía Schvorer (UNaM) sobre el territorio de Misiones constituye una reflexión en el largo plazo de las principales características que asumió la historia social agraria misionera, caracterizada -al igual que Chaco y Formosa- por pertenecer a una economía subsidiaria de la pampa húmeda y por lo tanto subordinada a sus intereses . Para la autora, la provincialización fue una resultante de la lucha de la sociedad civil de Misiones, prolongada en el tiempo en las Ligas y movimientos agrarios característicos de la región –el Movimiento Agrario Misionero y la Liga Agraria de Misiones- que fueron victimas de la persecución y represión desatada por la dictadura militar iniciada en 1976. Propone una periodización de la estructura social agraria misionera basada en las formas de propiedad de la tierra, los actores sociales y los ciclos económicos mediante el abordaje de una historia regional que exceda el marco de los limites administrativos de Misiones e integre en sus análisis no sólo a los ex territorios nacionales del nordeste sino también las relaciones económicas y sociales de Misiones con Corrientes, Brasil y Paraguay.

Para la Patagonia, el artículo del Dr. Enrique Mases (CONICET-UNCo) y del Prof. Mariano López Cuminao (UNCo) nos introduce en la problemática partidaria en Neuquén. En la etapa provincial Neuquén presentó un caso típico de correlación entre la política nacional y provincial que afectó visiblemente a la UCRI neuquina diluyendo rápidamente el consenso logrado alrededor de esta fuerza política una vez producida la caída del peronismo, que se tradujo en el rol jugado en la Convención Constituyente neuquina de 1957 y en las compulsas electorales hasta 1960. Con un permanente juego dialéctico entre la política nacional y la provincial que constituye un adecuado contexto para el planteo realizado , los autores van desbrozando la trama partidaria no sólo de la UCRI sino del partido justicialista, su recomposición y posicionamiento en el escenario político neuquino a partir de 1957 hasta convertirse en una fuerza opositora actuante y decisiva. Las divergencias internas al interior de la UCRI y las derrotas electorales aceleraron su descomposición, consolidando el rol del justicialismo y abriendo paso a la construcción hegemónica del Movimiento Popular Neuquino (MPN).

La preocupación acerca del proceso de transición en Chubut y su relación con el entramado político provincial y las configuraciones identitarias se advierten en el articulo “La política en otro lado. Los desafíos de analizar los orígenes del sistema político chubutense” del Dr. Sebastian Barros (CONICET-UNSJB) y del Dr. Gabriel Carrizo (CONICET-UNPSJB). Para los autores, la provincialización de Chubut puso en juego procesos identitarios que afectaron la estructura y funcionamiento del sistema político. Centran su mirada en la gobernación Militar de Comodoro Rivadavia (1944-1955) considerada un lugar de la “no política” en la que el control social aparece como dominante en las preocupaciones del Estado Nacional. Esta verdadera estigmatización persistió hasta nuestros días y ha otorgado una impronta particular al sur chubutense. La tipicidad política de la gobernación militar, los canales de exclusión, la constitución discursiva de las diferencias por parte del peronismo motivaron la reacción del gobierno de la autodenominada “revolución libertadora” que retrotrajo la situación a 1944 disolviendo la gobernación militar considerada un espacio peronizado al que había que anular . Este lugar asignado a la gobernación militar evidenció la decisión de mantener la política alejada de los intereses petroleros, aspecto que se tradujo en el diseño de la constitución provincial de 1957 y la designación de Rawson como capital provincial.
Continuando con esta problemática, la convención constituyente resulta un hito fundamental a la hora de definir el perfil político, económico, social y cultural de un nuevo Estado. En este sentido, el artículo de la Dra.Mónica Gatica (UNPSJB) y del Dr. Gonzalo Pérez Álvarez (CONICET-UNPSJB) analiza la trama de la convención constituyente chubutense en pos de refutar versiones historiográficas que otorgaban a la misma un rol progresista. La composición de la convención reflejó los intereses de la UCRI que representaba fundamentalmente al sector urbano de las localidades más importantes de la provincia –Comodoro Rivadavia, Trelew y Esquel- y la participación de la sociedad civil en la misma fue nula o casi inexistente excepto cuando se debatió la cuestión capital, generadora de profundos y virulentos debates. Develan la existencia de una doble lógica de comportamiento-corporativa y partidaria- de límites difusos, que operó como un todo indivisible dejando como legado la persistencia de la influencia corporativa -empresarial y regional- en la historia del Chubut. La Convención Chubutense no debatió cuestiones claves ni avanzó suficientemente en la definición de un perfil provincial propio, limitándose a adherir a la corriente desarrollista dominante.

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Dossier. Los partidos políticos en Argentina. Un archipiélago de entramados con fuerte arraigo territorial. https://historiapolitica.com/dossiers/ppterritoriales/ https://historiapolitica.com/dossiers/ppterritoriales/#respond Thu, 05 Jul 2012 21:27:29 +0000 http://historiapolitica.com/?page_id=1413 Los partidos políticos en Argentina. Un archipiélago de entramados con fuerte arraigo territorial
Coordinado por Orietta Favaro (Cehepyc/Clacso.UNCo)

Una cuestión central en la democracia es la existencia de un sistema de partidos, con reconocimiento recíproco y posibilidad de alternancia institucional. Los partidos son uno de los mecanismos a través de los cuales la sociedad se articula con el Estado. No son los únicos, pero si son los que pueden expresar los intereses generales en una sociedad democrática. Según Marcelo Cavarozzi, “La vigencia de cada partido se dio en forma sucesiva y/o simultánea y este fenómeno bloqueó la constitución de un sistema político”. Es decir, minaron la posibilidad de la formación de partidos opositores que tuvieran capacidad para llegar al gobierno en la Argentina.
En 1983 el peronismo no había superado la muerte de Perón y no encontraba una alternativa para suplir el verticalismo del líder y definir internamente sus conflictos internos, sin tener que trasladarlos al Estado. La Unión Cívica Radical en cambio interpretó y canalizó las transformaciones de la sociedad argentina en esos años y pudo ser una alternativa.
Hubo entonces una tendencia a la formación de una configuración institucional caracterizada por la interacción entre dos partidos. Sin embargo, la modificación no se produjo durante la transición. El peronismo y radicalismo -partidos que fueron partícipes de los procesos políticos de masas más importantes en Argentina- se sucedieron en los gobiernos de las provincias. Si bien se esperaba un bipartidismo, cada vez más el peronismo se convirtió en predominante; ello lleva a preguntarnos si frente a esta situación podemos seguir pensando en la existencia de un sistema competitivo. Durante años en muchas provincias gobernó uno de los dos partidos; es decir: existió un partido que predominaba y una partidización del Estado. En otras provincias, como Neuquén, gobernó un partido provincial, y en otras provincias del interior argentino, los partidos nacionales lograron un arraigo territorial tal que se los puede considerar partidos provinciales.
Esto nos remite al tema de la oposición, tan importante en la democracia ya que su calidad depende no sólo de las virtudes de un gobierno, sino también de la tarea de aquella. Cuando un partido se mantiene por largos períodos en el gobierno, las instituciones quedan afectadas, la democracia se bloquea, las fuerzas políticas reducen su responsabilidad y se dan mayores posibilidades de corrupción, caudillismo y clientelismo.
La oposición no sólo es el resultado del ejercicio del sufragio, sino también de libertades y derechos, tales como la libre expresión, asociación y reunión. Se encuentra en sociedades pluralistas, en la cuales se garantiza esa libre expresión de ideas e intereses y el funcionamiento de grupos que los encarnan. Se relaciona, asimismo, con la alternancia en el gobierno, entendida como la existencia de una fuerza política que aspira a remplazar a la gobernante, y esa aspiración es viable. Esto requiere un sistema político centrípeto, capaz de multiplicar las arenas de negociación para evitar el bloqueo impuesto por otras fuerzas o desde el poder central. Incluye la consigna de más federalismo, un reclamo que viene del lado de las provincias menos desarrolladas, que piden más recursos, o de las más desarrolladas, porque se apropian de ellos .
La Argentina es un país con predominio de los mismos partidos, continuidad de los actores y ejercicio de prácticas reñidas con la democracia y el pluralismo. A pesar del malestar ciudadano con la política y los partidos, estos sobrevivieron como fuerzas predominantes, en particular el peronismo, quizás en parte por la relación de dependencia cimentada en una prologada identificación social y una trama de solidaridades .
En este sentido, algunas provincias argentinas son una clara muestra de lo que estamos exponiendo: arraigo territorial de los partidos tradicionales y ejercicio de prácticas escasamente democráticas. Es decir que, a pesar de cierta oposición, resistencia y conflicto, se produce un ‘congelamiento’ de las preferencias políticas territoriales y si adentramos la mirada, encontramos que la penetración peronista es vasta.
Homero Santalamacchia y María Isabel Silveti son docentes investigadores de la Universidad Nacional Tres de Febrero y Santiago de Estero, respectivamente. En “Movilización popular y régimen político en Santiago del Estero”, a partir de la explicación de una acción colectiva por el asesinato de dos personas, exponen las condiciones socioeconómicas y políticas de Santiago del Estero, con especial énfasis en el juarismo. Santiago es la provincia intervenida en más ocasiones, lo que contribuyó a que el régimen electoral no rigiese de modo continuado, ni tampoco lo hiciesen las formas republicanas de gobierno. Ello impidió la independencia y el control entre poderes, y el permanente monopolio hegemónico del caudillo de turno, situación que aún se mantiene vigente aunque hayan cambiado algunas formas de constitución del liderazgo.
En ese contexto de patrimonialismo y sostenimiento de las formas republicanas casi sin alteraciones formales, una de las figuras más representativas fue Carlos Juárez, quien fue cinco veces gobernador, alternado el cargo con el de senador nacional. Durante los gobiernos de facto estableció alianzas con sectores políticos aliados a los militares. Es posible hablar de “régimen juarista” porque, durante cincuenta años, hubo un articulador político que combinó distintos elementos para sobrevivir, en medio de los cambios de la política nacional. Juárez reforzó su prestigio como líder y sostuvo la hegemonía de su partido, afianzada además, en una eficaz amalgama de prebendas y miedo, y creó una peculiar representación de los derechos políticos, sociales y civiles en diversos sectores de la sociedad santiagueña.
María Gloria Trocello y María Amelia Marchisone, cientistas políticas de la Universidad Nacional de San Luis, estudian “La dominación partidaria y la concentración del poder político. El caso de San Luis”. Analizan la conocida dominación política de los hermanos Rodríguez Saá en San Luis. Existe una instalación nacional de las bondades de su gestión gubernamental, basado en las virtudes de la obra pública (especialmente autopistas y vivienda), los eventos deportivos y artísticos, el apoyo al cine nacional, la instalación de wi fi libre y la entrega de computadoras personales a los alumnos. El posicionamiento nacional de los hermanos Rodríguez Saá se basa en la consolidación de su dominación en San Luis. Las investigadoras subrayan la patrimonialización del estado provincial en provecho de los gobernantes.
Graciela Iuorno, docente e investigadora de la Universidad Nacional del Comahue, estudia Río Negro en los comienzos de la etapa democrática de los ’80: “Una provincia ‘imaginada’. El gobierno de Álvarez Guerrero y la ‘espinosa cuestión’ de la integración rionegrina (1983-1987)”. La autora estudia la propuesta de integración presentada por el gobernador Álvarez Guerrero en la apertura de sesiones de la Legislatura provincial, referido a su alto nivel de ‘in-integración’ -carece de un centro-nucleador de integración territorial- tanto económica, social y cultural. En Río Negro, los peronistas locales fueron ‘vencidos’ en la confrontación electoral de 1983, y más adelante, las luchas facciosas impidieron a los candidatos del Partido Justicialista imponerse como alternativa en el sistema político provincial. El discurso triunfante fue el de la representación alternativa: la democracia con el pluralismo y la tolerancia como faro, inaugurarían nuevas prácticas políticas en el escenario local. Pero no fue esto lo que ocurrió y posteriormente, el hastío por las formas de hacer política del partido predominante, determinan, entre otras cuestiones el triunfo del peronismo en el 2011.
Por último, se incluyen dos trabajos vinculados con el tema del neoperonismo, en Mendoza y Neuquén. María Virginia Mellado, docente e investigadora del CONICET, analiza en “La experiencia concurrencista. Apuntes sobre la configuración del neoperonismo en Mendoza, 1960-1966”, la experiencia neoperonista en Mendoza desde el momento en que las dirigencias locales se aprestaron a crear organizaciones propias a escala provincial hasta el ocaso de este tipo de experiencia con el fracaso de las elecciones de 1966. Estudia el vertiginoso ascenso y adhesión del partido Tres Banderas en 1961, que permitió consolidar liderazgos provinciales. Destaca la importancia de los mediadores políticos y los líderes locales y su relación con los dirigentes provinciales, como Alberto Serú García, primero en Tres Banderas y luego en el MPM. Con las elecciones de 1963 maduró la experiencia neoperonista, y el partido logró una importante gravitación en la escena provincial y presencia en el escenario nacional. En la elección de 1966, la puja entre distintos grupos peronistas y diversas estrategias quedó incluido en el conflucto más general entre Vandor y Perón, cuya acción determinó la derrota del MPM.
Finalmente, se presenta el trabajo de quien coordina este dossier, referido a Neuquén y el el Movimiento Popular Neuquino, que gobierna la provincia desde hace medio siglo, y que también ha sido denominado por sus propios dirigentes y por algunos de quienes lo estudian como otro caso de neoperonismo.

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Dossier. Prensa y política en la segunda mitad del siglo XIX https://historiapolitica.com/dossiers/prensaypoliticaxix/ https://historiapolitica.com/dossiers/prensaypoliticaxix/#respond Fri, 04 May 2012 14:45:13 +0000 http://historiapolitica.com/?page_id=1360 Prensa y política en la segunda mitad del siglo XIX.
Coordinado por Laura Cucchi y María José Navajas

El desarrollo de la prensa política decimonónica ha sido, sin lugar a dudas, uno de los temas privilegiados en la renovación historiográfica de las últimas décadas. En ese contexto puede advertirse que no sólo se han retomado cuestiones abordadas en obras pioneras, sino que además se han incorporado nuevos enfoques. En cuanto a lo primero, aparecen dos textos claves, ambos publicados durante la década de 1980, el artículo de Timothy Duncan “La prensa política: ‘Sud-América’, 1884-1892”, y el libro de Tulio Halperín Donghi, José Hernández y sus mundos.

Posteriormente, los trabajos de Noemí Goldman, Jorge Myers y Alberto Lettieri, dedicados a distintos momentos del siglo XIX, han ampliado los problemas considerados y se han convertido en una referencia ineludible para las investigaciones más recientes. Además, en los análisis brindados por estos historiadores, pueden observarse los ecos locales de las discusiones que, en los últimos treinta años, giraron en torno a los modos de abordaje de la historia del pensamiento y de los discursos políticos, y en los que se reconocen las elaboraciones producidas por la denominada Escuela de Cambridge, la Begriffsgeschichte alemana, y por las escuelas francesas de análisis de los discursos y vocabularios políticos. En ese marco, debe mencionarse, además, las contribuciones de Elías José Palti. Aunque sus trabajos puntuales sobre prensa no incluyen el caso argentino, han resultado muy relevantes para posteriores análisis sobre el funcionamiento político de la prensa local, sobre todo en lo que se refiere al problema de la opinión pública.

A partir de estos aportes, los trabajos más recientes, han transitado por tres ejes temáticos fundamentales. En primer lugar, las relaciones entre la prensa y la política, tanto en lo que hacía a los vínculos con el gobierno y las agrupaciones partidarias, como en el papel de las empresas periodísticas como espacio de sociabilidad y ámbito de politización. En segundo lugar, el tema de prensa y su carácter de “encarnación” de la elusiva figura de la opinión pública, que a lo largo del periodo funcionó como fuente última de legitimidad de los gobiernos. Por último, y en relación con los puntos anteriores, las regulaciones que afectaron la libertad de imprenta desde comienzos del periodo revolucionario, como modo de contener lo que se señalaba como “abusos” de esa misma libertad. Aquí aparecían incluidas tanto las injurias y calumnias a los particulares, como los eventuales cuestionamientos a la religión o al orden político.

Este último punto se encuentra en el centro de la las indagaciones de Fabio Wasserman, que aborda la expansión de la prensa en la ciudad de Buenos Aires producida en los años de 1850 tras la caída del rosismo. Su interés principal es revisar la idea establecida acerca de la existencia de una amplia y casi irrestricta libertad de imprenta que habría caracterizado a esa etapa. Con ese objetivo examina las distintas reglamentaciones vigentes (algunas heredadas de los años post-revolucionarios y otras sancionadas tras la caída del rosismo) y los debates producidos sobre ese problema durante los años en cuestión. El autor advierte la tensión existente entre la concepción de la prensa como creadora y expresión de la opinión pública, y por lo tanto, sostén fundamental del orden republicano, y el accionar efectivo de diarios y periódicos que en muchos casos amenazaban la estabilidad de ese mismo orden. De ahí la preocupación de los gobiernos porteños por sostener publicaciones afines y restringir el discurso de aquellas que pudieran ser adversas, así como por establecer límites y regular el ejercicio de la libertad de imprenta a través de nuevas normativas específicas.

Los años posteriores a Caseros son también analizados por Alicia Megías, pero en la ciudad de Rosario. Por un lado, examina la aparición de las primeras publicaciones en un escenario urbano en pleno desarrollo, considerando las medidas del gobierno nacional que promovieron el establecimiento de periódicos en varias provincias de la confederación urquicista. Por otro lado, evalúa las alternativas cambiantes que marcaron la vinculación de esas publicaciones con el poder político, especialmente luego de los cambios que generó Pavón y el triunfo del mitrismo. En este sentido, advierte cierta diversificación de los temas privilegiados por los periódicos, con el propósito de ampliar el mercado de lectores y así obtener nuevas fuentes de financiamiento distintas del gobierno y de los grupos políticos. Desde la perspectiva de la autora, tales modificaciones contribuyeron de manera significativa a la conformación de una esfera pública en la que los diarios oficiaban como herramienta de circulación de la información de interés público y también como canal de mediación entre los vecinos y el gobierno local.

Por su parte, Paula Alonso se propone analizar algunos de los debates que se plantearon entre los principales periódicos partidarios durante la década de 1880. Tales publicaciones tenían un estrecho vínculo con los distintos grupos políticos que los fundaron y sostuvieron como herramienta principal de sus disputas. Precisamente por esa vinculación, aparecen como una fuente ineludible para analizar y entender las representaciones y discursos que organizaron las disputas partidarias de la época. A diferencia de las décadas precedentes, en Buenos Aires tales confrontaciones no se expresaron ni en los comicios ni en las movilizaciones callejeras, sino que tuvieron como escenario casi excluyente las páginas de los diarios. La autora examina cuatro periódicos partidarios: La Tribuna Nacional y Sud América, afines al gobierno, y los opositores La Nación y El Nacional, estableciendo las tensiones y matices, pero también los puntos de consenso, que articularon sus discursos. Tanto las divergencias como las coincidencias se inscribían en un lenguaje compartido que remitía a los principios generales del pensamiento liberal de fines del siglo XIX.

También durante el decenio del ochenta, María José Navajas examina el caso tucumano, explorando las disputas partidarias sostenidas en las páginas de los periódicos locales. La autora plantea una tensión que se produce entre el discurso de orden y consenso que caracterizó al roquismo y el accionar efectivo de la prensa como herramienta política que promovía confrontaciones, amenazando la estabilidad de ese mismo orden. La vinculación entre los periódicos y la dinámica política aparece con mucha claridad durante el desarrollo de la campaña presidencial de 1886 y los conflictos subsiguientes. Allí se advierte el papel fundamental de la prensa en la definición de las identidades de los contendientes y en la producción de hechos políticos como la movilización callejera y los levantamientos armados.

El estudio de Eduardo Zimmermann se ubica en el cambio de siglo y analiza la vinculación de La Nación con el Partido Republicano . Retomando la caracterización de Duncan, subraya la dualidad conflictiva entre el diario como “guerrero” y “pensador”. Es decir, las dos funciones del periódico como vocero de un grupo partidario y como espacio de elaboración y discusión de doctrina política. La Nación funcionaba así como herramienta para informar sobre la organización y crecimiento del partido y como elemento de propaganda para incentivar y organizar la participación electoral. A su vez, el autor señala la trascendencia otorgada a la formación y movilización de la “opinión pública”, que aparecía como una noción en disputa, a la que los distintos sectores invocaban para legitimarse.

Finalmente, el texto de Román nos introduce al tema de la prensa satírica ilustrada que permanece como un terreno poco explorado por la historiografía argentina. Allí se ofrecen una serie de claves de lectura para el abordaje de este tipo de publicaciones periódicas. La autora subraya el carácter político de la caricatura y su eficacia como representación codificada, pero al mismo tiempo asequible para un público letrado y no letrado: las caricaturas condensaban las consignas políticas y ofrecían imágenes categóricas del adversario. Los semanarios satíricos fueron un producto característico del siglo XIX, pero sólo a partir de la segunda mitad surgieron las principales publicaciones: El Mosquito, que comenzó a publicarse en 1863, y Don Quijote, cuyos primeros números aparecieron en 1884. Este desarrollo no sólo fue posible por la ampliación del público, sino también por el avance de los medios técnicos que permitieron la reproducción de letras e imágenes.

Los trabajos aquí reunidos plantean un abanico de temas y enfoques para el estudio de la prensa política decimonónica que significan aportes importantes, y que se suman a los brindados por los textos más tempranos. A su vez, tales investigaciones han abierto nuevos interrogantes que están siendo abordados y han propiciado la consideración de empresas periodísticas de otros escenarios provinciales.

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Dossier. La “crisis peronista” del Partido Socialista https://historiapolitica.com/dossiers/peronismoysocialismo/ https://historiapolitica.com/dossiers/peronismoysocialismo/#respond Thu, 09 Feb 2012 21:14:45 +0000 http://historiapolitica.com/?page_id=1264 La “crisis peronista” del Partido Socialista.
Carlos Miguel Herrera

El conjunto de trabajos que presentamos aquí se propone examinar lo que podríamos llamar –parafraseando una obra francesa célebre– la “crisis peronista” del Partido Socialista. En verdad, los síntomas pueden hallarse algunos años antes de la llegada al poder del general Perón, aunque la crisis se torne más nítida después de 1946, y estalle con mayor vigor tras el derrocamiento del régimen justicialista. La referencia al peronismo, pues, no menta sólo un período cronológico encerrado entre dos fechas, sino más bien a ese complejo momento crítico que converge y se agudiza en y con esa experiencia, cifrando un antes y un después en la historia del Partido Socialista. En ese sentido, cabría tal vez distinguir tres niveles de la crisis del PS, que los diferentes textos que componen el dossier buscaran esclarecer.
El primero de ellos puede filiarse en los años treinta, cuando la muerte de Juan B. Justo, el omnisciente líder del partido, lleva al poder un nuevo equipo de dirección en torno a Nicolás Repetto, donde destaca un grupo de promisorios jóvenes –Juan Antonio Solari, Rómulo Bogliolo, y sobre todo Américo Ghioldi–, que la muerte o la vejez de los antiguos compagnons de Justo llevará paulatinamente a los primeros planos de la organización. La consolidación de este grupo a la cabeza del PS no se realiza sin fuertes tensiones, agudizadas en el contexto de la crisis europea y el ascenso del fascismo. De hecho, los cambios que se producen en el país luego de la interrupción del orden constitucional en 1930, serán aprehendidos al trasluz de este nuevo fenómeno. La victoria electoral de 1942 en la Capital Federal –ahora con la participación radical en los comicios– parecía cerrar ese proceso, pero la clave totalitaria se usará incluso para comprender las nuevas experiencias que conocerá el país en esa nueva década.
Un segundo momento, central, de la crisis se abre en 1946-1946, cuando aquella novedosa fuerza que se había estructurado desde el Estado comienza a hacer sentir sus efectos dentro del PS. No se trataba tan sólo de las persecuciones –bajo la forma de clausuras a su órgano partidario, o la detención y el hostigamiento de los militantes socialistas, que habían ya bajo el gobierno militar llevado a los principales líderes al autoexilio montevideano–, sino también de la fuerza de atracción que la acción del coronel Perón ejercía en una segunda línea de dirigentes socialistas, sobre todo ligados al movimiento obrero. De la denuncia a la usurpación de la obra legislativa del viejo partido se pasará pronto a la condena del “mal totalitario” que parecía instalarse en nuestras tierras tras ser derrotado en Europa. Con todo, la línea partidaria que termina de imponerse a finales de los años cuarenta, y que había llevado a formas inéditas de accionar socialista (como la abstención electoral), genera tensiones y críticas, que el Gobierno no se privará de alentar con sus poderosos medios.
El momento final se abre con la caída del general Perón, en septiembre de 1955. Si en los últimos tiempos del régimen peronista –que habían visto el incendio de la Casa del pueblo o la promoción de un Partido Socialista alternativo– la crisis interna parecía acallarse públicamente, las desavenencias se tornan ahora cada vez más abiertas, pese al entusiasmo y la confianza que mostraban los socialistas, y que había llevado, dicho sea de paso, a muchos de sus hombres a colaborar, en variados niveles, con los gobiernos surgidos con la llamada “Revolución Libertadora”. La lucha por la dirección de “La Vanguardia”, la elaboración de un programa para la Convención constituyente, la elección de sus candidatos a cargos representativos son algunos de los tensos episodios que desembocarán en la ruptura final de 1958 tras el malogrado Congreso de Rosario, del que surgirán dos partidos separados.
Nuestro dossier se compone de cuatro trabajos. Dos de sus artículos se concentran en las vivencias del socialismo bajo el peronismo, tanto en su accionar partidario como en lo referente a sus nebulosas, que se habían acrecentado al calor de la expulsión o la salida de sus afiliados.
Ricardo Martínez Mazzola estudia así la experiencia de Nuevas Bases, el periódico que termina convirtiéndose en el portavoz más duradero del Partido luego de la clausura de los talleres de La Vanguardia. Siendo la prensa un factor esencial del PS, no sólo como vehículo para la difusión de sus ideas, sino también en la distribución de poder interno, el estudio del periódico revela las líneas que van construyendo la oposición al peronismo, pero también las expresiones que alimentarán pronto las desavenencias internas.
Carlos Herrera se detiene en la crisis que se abre luego de las elecciones de febrero de 1946, agudizada a partir de 1948, para concentrarse en el intento más estable por configurar una nueva identidad partidaria que se mostrase más abierta al hecho peronista, el llamado Partido Socialista de la Revolución Nacional. La expulsión de Enrique Dickmann, en 1952, uno de los últimos miembros del equipo de Justo, había habilitado el proyecto de construcción de una nueva organización socialista que disputase su legitimidad al viejo PS, aunque pronto concitará otras miras.
Los otros trabajos exploran, respectivamente, lo que podría ser entendido de algún modo como las causas y los efectos de la crisis peronista del PS, el primer y el tercer nivel que hemos señalado.
Osvaldo Graciano sintetiza los debates que comienzan a atravesar al Partido a partir de los años treinta, adentrándose luego en los primeros momentos de la oposición al peronismo. Se observa allí, en particular, algunos de los intentos de reelaboración del viejo programa librecambista, la evolución del lugar de la dirigencia gremial en la organización, pero también las tensiones con el ala izquierda, para entrar finalmente en la oposición hacia el peronismo que se desarrolla a partir de 1946, y que no duda en juzgar su acción social demagógica o la política de nacionalizaciones desastrosa.
Silvana Ferreya, por su parte, analiza el período inmediatamente posterior a 1955, cuando el derrocamiento del general Perón deja al descubierto aquellas tensiones que la lucha contra el “totalitarismo” había cubierto de un manto unitario. Entramos aquí en el último nivel de la crisis, que no pocos observadores consideraran como definitiva. El trabajo propone observar sus vicisitudes en el interior del país, o más exactamente de la provincia de Buenos Aires, a partir de tres aglomeraciones, Lanús, Olavarría y el bastión socialista de Mar del Plata.

Textos:

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Dossier. Partidos y movimientos políticos en Europa: Una aproximación desde el punto de vista organizativo https://historiapolitica.com/dossiers/partidoseuropa/ https://historiapolitica.com/dossiers/partidoseuropa/#respond Wed, 22 Jun 2011 15:48:49 +0000 http://historiapolitica.com/?page_id=1009 Partidos y movimientos políticos en Europa: Una aproximación desde el punto de vista organizativo
Humberto Cucchetti

Presentación
Los textos aquí reunidos corresponden a universos empíricos independientes. Por esta razón, agruparlos en función del presente dossier responde a un criterio lógico que tiende hacia la comparación. En todos ellos sobresale un elemento en común: los elementos organizativos que explican los rasgos de diferentes espacios y experiencias políticas.
Maurice Duverger había anunciado, en su célebre obra Los partidos políticos, que el carácter novedoso de su aporte se apoyaba en alejarse tanto de la interpretación ideológico-doctrinaria que proponía el liberalismo como de la interpretación clasista del análisis marxista para concentrarse, en cambio, en las dinámicas organizativas de los partidos como clave interpretativa de los mismos (Paris, Armand Collin, 1954). Su trabajo inspiró no sólo una renovación en los estudios de las organizaciones partidarias (y al mismo tiempo largas polémicas alrededor del sociologismo legalista por él alentado, su tendencia a la consideración tipológica y sistémica) sino al mismo tiempo la necesidad de ver el fenómeno partidario más allá de sus aspectos programáticos.
Sin embargo, un análisis demasiado global de los partidos políticos, alejado de sus características específicas y singulares, podría reducir esta innovación a la consideración de la “estructura organizativa”. El estudio de los organigramas, de los reglamentos partidarios, los lazos verticales-horizontales reducirían así la comprensión de dichas organizaciones en un nivel estático, la cristalización de una mera superficie funcional que haría inteligible la historia y prácticas de los grupos políticos.
Justamente, nuestro dossier presenta contribuciones a partir de las cuales es posible realizar un análisis transversal de los partidos a partir de considerar lo organizativo de otra manera. Ya no como “estructura” que explicaría automáticamente el funcionamiento de las partes sino como dinámica donde diversos elementos particulares se reúnen. Y en este sentido podemos citar, de acuerdo a cada uno de los autores, cuatro ejes conceptuales movilizados: la idea de sociabilidad, la relación entre militantismo y difusión intelectual, la idea de adhesión y, finalmente, la de “emprendimiento doctrinario”.
El trabajo de Jordi Canal, ESPACIO PROPIO, ESPACIO PÚBLICO. LA SOCIABILIDAD CARLISTA EN LA ESPAÑA DE FINES DEL SIGLO XIX Y PRINCIPOS DEL SIGLO XX, analiza los procesos de renovación política, y finalmente de adopción de la forma partido, en tejidos asociativos y religiosos definidos por su visceral oposición a cualquier aceptación de los mecanismos partidarios. Así, los círculos tradicionalistas representaron el encuadramiento de las fuerzas carlistas desde finales del siglo XIX y su funcionamiento, final y paradójicamente, como partido político. Este funcionamiento encontraba en los espacios de la sociabilidad política un terreno adecuado para la cimentación y consolidación de los vínculos partidarios entre los adherentes y el movimiento tradicionalista.
La contribución de Olivier Dard, LA PART DE LA LIGUE DANS L’IDENTITÉ ET LE RAYONNEMENT DE L’ACTION FRANCAISE, intenta ubicar el lugar del “activismo liguista” en las actividades y sensibilidades históricamente desplegadas por la Action française. Activismo largamente sacralizado y hecho leyenda, en particular por la violencia desplegada antes de la Gran Guerra y las acciones espectaculares de los Camelots du Roi, Dard recuerda la fuerte influencia intelectual de la organización monárquica y nacionalista francesa (la difusión del diario, la importancia directiva de sus dirigentes en tanto que intelectuales y escritores y no “jefes políticos”) reparando igualmente en una cierta “debilidad militante” en tanto que organización callejera y grupo de acción. Esta centralidad intelectual supone reparar en la existencia de determinados rasgos organizativos.
Marc Lazar propone, en LE PARTI ET LE DON DE SOI, una lectura a partir de un aspecto central dentro de las dinámicas presentes en el Partido Comunista Francés: el de la adhesión. Su análisis enfatiza el carácter “integral” que la adhesión (devenir militante) ha representado en los miembros del PCF. Este carácter ha erosionado la distinción entre lo político y lo no político dentro de los significados de la adhesión comunista —al mismo tiempo, ha supuesto recurrentemente apelar a la espinosa aunque igualmente sugerente problemática de las religiones seculares.
Finalmente Alexandre Dézé, en LE FRONT NATIONAL COMME « ENTREPRISE DOCTRINALE», intenta eludir la explicación ideológica clásica así como la reducción de lo político en lo organizativo analizando el Frente Nacional francés como un “emprendimiento doctrinal”. De este modo, el autor se centra en los espacios, actores y mecanismos concretos en los que dicho partido forma, reproduce y amplía sus ideas. En este análisis los aportes taxonómicos o los abordajes macrosociológicos tan utilizados para abordar la organización frontista, tendientes en descubrir su verdadera naturaleza partisana, son cuestionados. La idea de “fuerte intensidad ideológica” es entonces heurística en el estudio de dicho partido político y para nada inconsecuente con su estudio desde lo organizativo.
Decíamos más arriba que, análisis de objetos independientes podían ser reunidos en función de reconocer dinámicas comunicables (aunque siempre específicas) que han alimentado vectores de interpretación o conocimientos más amplios. Entonces, no se trata de ofrecer bellos “ensayos políticos” sino reconstrucciones realizadas por analistas que han reconocido en su profundidad diferentes organizaciones partisanas (en algunos casos no electorales).
Pero podemos señalar un importante telón de fondo igualmente compartido. En todos los casos nos enfrentamos a situaciones que se recrean en un contexto político moderno donde la constitución de una organización idónea para la política es una necesidad imperiosa. En términos de periodización, podemos decir que estamos en presencia de entramados de redes, asociaciones y grupos propios de la vida política del siglo XX, desde sus manifestaciones remotas donde los “grupos reaccionarios” deben adaptar su vida intelectual y asociativa para reproducir un tipo de presencia que será a partir de ese momento “pública”, hasta el Front national como caso de orígenes tardíos y relativamente recientes en la política francesa. En todos ellos, como en otros pertenecientes a otras latitudes, reconoceremos una “fuerte intensidad ideológica”, un sentimiento profundo en la adhesión a la organización, formas de sociabilidad y de arraigo que hacen porosas las distinciones entre lo personal y lo público, lo religioso y lo político. La declinación de estas “formas políticas” (al menos en algunas de sus expresiones concretas) representa todo un tema de reflexión y de estudio que un análisis desde lo organizativo puede contribuir a esclarecer y donde la noción de trayectoria resultaría medular.

Textos

 

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