Dossier. Acción y representación sindical en la Argentina de la segunda mitad del siglo XX: ciclos de protesta, estrategias y desafíos

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ISSN sección Dossier 2618-415x

Mariel Payo Esper (ICSyA/UNAJ – UNLP)

Es un lugar común señalar que Argentina es un país de fuerte tradición sindical. Dado su alto nivel de institucionalización, y la histórica relación entre sindicatos y política, las preocupaciones académicas han estado generalmente orientadas a pensar la relación sindicatos/estado/gobiernos, abonando estudios que habitualmente dejan por afuera la relación con patronales, las dimensiones materiales de los gremios y sus debates sobre estrategias. Afortunadamente, en las últimas dos décadas han aparecido un conjunto interesante de trabajos que iluminan estos aspectos.

Los textos que componen este dossier comparten cuatro características clave; 1) Con mayor o menor énfasis, todos tienen una preocupación por comprender las transformaciones en la formación y composición de la clase trabajadora argentina en distintos momentos de su historia. 2) Analizan el universo sindical desde una perspectiva relacional, entendiéndolo como el resultado de una relación dialéctica entre representantes y representados, pero también con patronales y gobiernos, en ese complejo proceso de construcción de los intereses[1] inmediatos de los asalariados que es la acción sindical. 3) Evitan presentar la dinámica sindical desde antagonismos del tipo bases/direcciones o acción sindical versus acción política. 4) Tal vez por tratarse de estudios recientes, tienen la virtud de presentar y reseñar algunos debates nacionales e internacionales previos, vinculados con la acción y representación sindical, que configuran, en más de una oportunidad, breves estados del arte. 

Algunas de las preguntas que orientaron la selección de materiales son: ¿Qué transformaciones experimentó la organización sindical desde el primer gobierno peronista hasta nuestros días? Esas transformaciones ¿guardan una relación directa con las reestructuraciones económicas y los cambios políticos o la lógica sindical tiene claves propias?¿Cuáles son las coordenadas que, en cada momento histórico, articularon la protesta sindical y qué lugar tuvieron en ella las organizaciones de base y las dirigencias?¿Qué nuevos desafíos enfrenta la acción sindical hoy?

Abre el dossier el texto Tres ciclos de la acción sindical durante el primer peronismo (1946-1955). (Re)consideraciones, de Gustavo Contreras. Allí, se analiza la participación gremial considerando la situación política, el contexto económico y la protesta obrera. La mirada de conjunto arroja un panorama relativamente distinto al de análisis anteriores, pues un descenso de las huelgas entre el primer ciclo (1946-1949) y el segundo (1949-1951) implicó un cambio cualitativo en el carácter de la protesta, mientras que el pico de conflictividad en 1954 paralizó distintos ámbitos de la producción y tuvo mayor presencia callejera. Esto da cuenta de un proceso de centralización y crecimiento de las organizaciones sindicales durante estos años, pero también del sostenimiento de demandas clásicas en un contexto de cada vez mayor aversión patronal-gubernamental a responder favorablemente.

El texto de Alejandro Schneider, por su parte, reflexiona sobre el papel que tuvieron las organizaciones de base fabril (comisiones internas, delegados, asambleas) desde la autoproclamada “revolución libertadora” hasta la llegada del tercer gobierno de Juan Perón. Durante estos años, la acción sindical se volcó a la defensa de las conquistas materiales y simbólicas obtenidas en los años anteriores, lo que implicó una recomposición de las bases gremiales al calor de conflictos de gran envergadura como la huelga metalúrgica de 1956 y, sobre todo las ocupaciones fabriles de 1963. La combatividad obrera durante el Cordobazo no puede comprenderse sin los años previos, en los cuales es central el quiebre de la obediencia laboral que explica que, a nivel planta, la ofensiva patronal-gubernamental (dictatorial y semi-dictatorial) no haya obtenido los resultados esperados.

En Los dirigentes sindicales y la última dictadura. Entre interlocutores válidos y curadores del patrimonio sindical, Daniel Dicósimo, analiza la dinámica interna y las acciones externas de la UOM Tandil y AOMA Barker calibrando el impacto que la última dictadura tuvo sobre los recursos sindicales (políticos, industriales y organizativos) y su relación con la crisis de representación sindical. En efecto, la contradicción entre quienes buscaban reconstruir los órganos gremiales de base para defender las “conquistas históricas” de la clase trabajadora, y los dirigentes que bregaban por la auto-preservación agravó las tensiones entre representación y representatividad del sindicato. La intervención en los conflictos de interlocutores insólitos como el Ministerio de Trabajo durante el gobierno militar dan cuenta de lo necesaria que era la presencia sindical desde el punto de vista patronal, iluminando una dinámica de deterioro en la participación gremial que se explica más allá de la represión pero que reconoce la conflictividad laboral del período.

El texto de Julieta Haidar, aporta argumentos para comprender un fenómeno emblemático de los 90: el sindicalismo empresarial como etapa específica de la reproducción material organizativa. Si bien la autora parte del caso Luz y Fuerza (CABA), las conclusiones del estudio son de largo alcance y permiten visualizar como, mientras a nivel discursivo se siguió sosteniendo que lo más importante era el horizonte de representación y acción gremial, los mecanismos reproductivos, el pragmatismo, la ampliación del patrimonio y la conversión de los sindicatos más importantes en propietarios directos o diferidos de empresas y proveedores de servicios, configuró un sindicalismo que convirtió a representantes y representados en  propietarios, clientes, empleados y empleadores. Todo este proceso se produjo en un contexto de fuerte ataque a la clase trabajadora vía privatizaciones e intentos de reforma laboral regresiva.

La coyuntura abierta luego de la crisis de 2001 y caída de la convertibilidad trajo consigo discusiones sobre revitalización sindical para el caso argentino. Acordamos aquí con la perspectiva de Atzeni y Ghigliani (2008), sobre que se trató de un resurgimiento sindical ligado a prácticas, liderazgos y formas de negociación tradicionales. En este sentido, Paula Varela en Los trabajadores en la Argentina actual: bases y contradicciones del retorno de los sindicatos a la escena política nacional,caracteriza la enorme fragmentación de clase trabajadora de 2003 en adelante, auspiciada por una recuperación acotada del salario, profundización de la precarización laboral heredada de los 90 y aumento de la productividad. A nivel sindical, Varela subraya al retorno del sindicalismo de base como expresión de las contradicciones entre la recuperación social y gremial de la clase trabajadora, el mantenimiento de las condiciones de explotación neoliberales y el desprestigio de las direcciones sindicales.

Cierran el dossier dos textos que analizan el desafío feminista a los sindicatos y las formas económicas, institucionales y políticas que asume la conflictividad laboral actualmente. En Representación sindical y activismos feministas. El caso de la intersindical de mujeres, Tania Rodríguez analiza las demandas feministas en los procesos de formación y definición de intereses de los trabajadores a través de la experiencia de la inter-sindical de mujeres. Este espacio fue crucial en la organización de las huelgas feministas de la llamada “ola verde” (2016/2020) y,a través de una estrategia bifronte; intervención en el debate público sobre derechos laborales y alianza con el feminismo en tanto movimiento social, logró articular demandas de la agenda sindical feminista en plenarios de secretarios generales, reuniones de comisiones directivas y mesas paritarias, además de iniciativas de formación y capacitación mixtos.

Por su parte, Adrián Piva nos ofrece un análisis cuantitativo y descriptivo de largo plazo de los conflictos laborales, explicando los diferentes momentos de las relaciones de fuerzas sociales entre capital y trabajo. A partir de indicadores económicos, institucionales y políticos concluye que, entre 2006 y 2011, con crecimiento económico y disminución de la tasa de desocupación, los conflictos laborales crecieron y se institucionalizaron. Desde 2012, a partir del inicio de la fase de estancamiento entra en una meseta. El bienio 2017-18 es un período bisagra entre una etapa de movilización obrera y otra de desmovilización en la cual, el conflicto se vuelca a la calle y se politiza des-institucionalizándose y sumando hechos de violencia colectiva protagonizados por trabajadores ocupados y desocupados e informales organizados en Movimientos Sociales. Durante este período, la re-institucionalización y llegada al gobierno del Frente de Todos fueron el vehículo de la desmovilización obrera que puede ser clave para entender las escasas resistencias sindicales a la embestida ultra-neoliberal que vivimos hoy.

Aunque quedaron por afuera nuevos desafíos como la digitalización de la economía y la relación del sindicalismo con los trabajadores de la economía popular, cada uno de los materiales reseñados invita a pensar fuera de los sentidos comunes más difundidos, y nos remiten a una clase trabajadora que supo construir herramientas sindicales de base y poner en pie novedosas formas de lucha. Esperamos que los escritos reunidos en este dossier, todos de reciente publicación, habiliten reflexiones y análisis que permitan imaginar futuros mejores en estos tiempos sombríos.

Textos selecionados para el dossier

Contreras, Gustavo Nicolás (2019). Tres ciclos de la acción sindical durante el primer peronismo (1946-1955): (Re)consideracionesTravesía (San Miguel de Tucumán)21(2), pp. 143-174.

Schneider, Alejandro (2013). Una lectura sobre las organizaciones de base del movimiento obrero argentino (1955-1973). Archivos, año I (2), pp 33-53.

Dicósimo, Daniel (2021). Los dirigentes sindicales y la última dictadura. Entre “interlocutores válidos” y “curadores” del patrimonio gremial. En Luciana Zorzoli y Juan Pedro Massano, Clase Obrera y dictadura militar en Argentina (1976-1983) Nuevos estudios sobre conflictividad y cambios estructurales. (pp 235-254). Buenos Aires: A contracorriente.

Haidar, Julieta (2016). El sindicalismo empresarial en los años 90. Una aproximación desde su materialidad. Archivos, año IV (8), pp 77-96.

Varela, Paula (2012). Los trabajadores en la Argentina actual. Bases y contradicciones del retorno de los sindicatos a la escena política nacional. Crítica e Sociedade: revista de cultura política, Vol2(1).

Rodríguez, Tania (2020). Representación sindical y activismos feministas. El caso de la Intersindical de mujeres en Argentina. Observatorio Latinoamericano y Caribeño  Vol4(1), pp.160-178.

Piva, Adrian. (2024). Entre la resistencia y la desmovilización. Una aproximación cuantitativa al estudio del conflicto obrero en Argentina, 2006 – 2022Apuntes. Revista De Ciencias Sociales51(97).  

Referencias:

  • Ghigliani, Pablo y Belkin Alejandro (2010)“Burocracia sindical: aportes para una discusión en ciernes”. En Nuevo topo, revista de Historia y Pensamiento Crítico. Prometeo, Bs As
  • Atzeni, Maurizio y Pablo Ghigliani (2008). “Nature and limits of trade unions movilizations in contemporary Argentina”. En Labour Again Publications, Marzo. Ámsterdam: IISG.

[1]Las formas organizativas, los diversos mecanismos de decisión, los liderazgos formales e informales, la normativa jurídica son todos ellos elementos claves en la constitución de los intereses colectivos inmediatos del proletariado (Ghigliani y Belkin 2010: 114)