antiimperialismo – historiapolitica.com https://historiapolitica.com El sitio web del Programa Interuniversitario de Historia Política Thu, 21 Jul 2022 16:11:38 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.2 https://historiapolitica.com/wp-content/uploads/2014/08/cropped-logo1-32x32.png antiimperialismo – historiapolitica.com https://historiapolitica.com 32 32 Dossier: La Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA): sus años de formación y crecimiento, desde una perspectiva transnacional. https://historiapolitica.com/dossiers/dossier-la-alianza-popular-revolucionaria-americana-apra-sus-anos-de-formacion-y-crecimiento-desde-una-perspectiva-transnacional/ Fri, 15 Jul 2022 15:39:56 +0000 https://historiapolitica.com/?post_type=dossiers&p=4445

ISSN sección Dossier 2618-415x

Leandro Sessa, Dpto. Historia (FaHCE/UNLP) – IdIHCS (UNLP-CONICET)

Introducción

La Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) es una organización cuyo origen está ligado a la experiencia de un grupo de jóvenes estudiantes peruanos que protagonizaron el movimiento reformista universitario. Muchas veces se ha señalado la singularidad del APRA, en tanto se trata de una de las escasas derivas de la movilización surgida de los claustros hacia una organización política, que en pocos años se transformaría en un partido de masas en Perú. Al mismo tiempo, el aprismo resulta inseparable de las expectativas revolucionarias extendidas en el continente a partir de los antecedentes de la Revolución Mexicana y la Revolución Rusa, y de las sensibilidades antimperialistas y latinoamericanistas que en las primeras décadas del siglo XX alentaron la formación de nuevas organizaciones conformadas en torno de diagnósticos sobre las particularidades de la región. Además, el APRA en sus comienzos intentó rivalizar con la Internacional Comunista en la conducción de la lucha contra el imperialismo norteamericano, a partir de la construcción de un gran frente de escala continental que agrupara a las “clases oprimidas”.

A pesar de ese conjunto de aspectos especialmente visibles en sus orígenes, la historia del APRA se asocia principalmente con las circunstancias vividas por la sección peruana de la organización, que desde principios de la década del treinta tomó el nombre de Partido Aprista Peruano (PAP) y que a lo largo del siglo pasado tuvo un protagonismo fundamental en la vida política de ese país. Buena parte de los estudios sobre el APRA se ocuparon de juzgar la trascendencia político-intelectual de sus principales figuras y la actuación del Partido en la vida política nacional. Más allá de esas preocupaciones, otros trabajos propusieron indagar en las condiciones sociales y culturales vinculadas con el nacimiento y posterior arraigo del aprismo en Perú.

Desde hace algunos años los estudios sobre la historia del APRA han incorporado nuevas preguntas y perspectivas que contribuyeron a una renovación en las miradas sobre una de las experiencias políticas más interesantes de la historia de nuestro continente. Creo que resulta posible establecer un recorrido que comienza con el trabajo de Ricardo Melgar Bao, Redes e imaginarios del exilio, del año 2003 (1), y que encuentra un momento nodal en la reciente publicación del libro de Martín Bergel, La desmesura revolucionaria, en 2019 (2). Dentro de ese arco temporal definido por esas contribuciones fundamentales, un conjunto de historiadores e historiadoras desarrollaron sus trabajos de investigación a partir de una mirada que resultó clave en la renovación: la perspectiva transnacional. No quiere decir que lo transnacional hubiese estado ausente en las aproximaciones anteriores al APRA, una organización gestada de hecho en el destierro de sus principales animadores. Pero las referencias al exilio o a la trama sobre la que se sostuvo la experiencia aprista en sus primeras décadas no aparecían en el centro de la atención. En todo caso esa experiencia transnacional era invocada como un contexto ligado exclusivamente a las redes del reformismo universitario, como parte del relato sobre los orígenes, o como referencia a una red de exiliados cuya labor había contribuido a acompañar y sostener la de los militantes en Perú, forzados a actuar en la clandestinidad durante buena parte de la década del treinta.

Las miradas descentradas del interés exclusivo sobre el lugar del aprismo en la historia peruana permitieron asomarse a un conjunto de nuevos problemas para indagar en la experiencia histórica y revitalizar los interrogantes sobre el APRA. ¿Cuál era la especificidad del aprismo y de sus militantes dentro de la atmósfera política e intelectual del período de entreguerras? ¿Qué lugar ocupó la organización en las redes latinoamericanas del antiimperialismo? ¿Qué tipo de partido era el liderado por Víctor Raúl Haya de la Torre? ¿Cómo logró el APRA, surgido de la voluntad de algunos estudiantes protagonistas del movimiento reformista peruano, transformarse en un partido de masas? ¿Cómo pudo sostenerse frente al contexto represivo que predominó en Perú y en el continente durante buena parte del siglo XX? ¿Cómo impactó el exilio de las y los militantes peruanos en las redes políticas e intelectuales en donde se insertaron? ¿De qué manera esas redes contribuyeron a la experiencia y a la identidad aprista? ¿Cuál fue la recepción del APRA en otros países del continente?  

Los estudios desplegados a partir de este renovado repertorio de interrogantes encontraron en el exilio un tema relevante de investigación, que dejó de ser analizado como una experiencia sólo dramática para incluir también las posibilidades y los sentidos desplegados por los militantes desterrados y la productividad política de las redes e imaginarios construidos. En ese sentido, la trama transnacional ligada al exilio se transformó en una instancia fundamental para analizar el crecimiento del APRA y algunos rasgos de su cultura política. La actividad proselitista desplegada por las y los desterrados en los diferentes países donde fueron acogidos, desarrollada a través de la publicación de numerosos artículos en revistas, en torno de los viajes y conferencias, y por medio de la constante escritura de cartas, resultó uno de los aspectos claves para explicar el crecimiento de la organización, a pesar de la diáspora en los años iniciales. Esas prácticas contribuyeron a la difusión internacional del APRA y especialmente a la consolidación de una identidad forjada al calor de las constantes persecuciones, en donde el sacrificio, el martirio y el heroísmo colorearon los sentidos épicos de la organización, mantuvieron un sentido de comunidad, y definieron los contornos de una ética inseparable de la disciplina. Tal como lo ha señalado Martín Bergel en sus investigaciones, las prácticas letradas de un “partido de intelectuales” convivieron con una mayor presencia de nuevas modalidades de movilización de las emociones.

Si bien las persecuciones y detenciones iniciadas tras el breve período de apertura democrática en los comienzos de la década del treinta produjeron numerosas dificultades para las proyecciones del joven partido en Perú, las redes transnacionales aportan algunos elementos relevantes para analizar el crecimiento del APRA. A pesar de la retórica revolucionaria que definió al aprismo en las primeras décadas, las redes construidas en los lugares de destierro conformaron una señal de adscripción a una esfera transnacional de defensa de la democracia. Esa identidad política no sólo garantizó a los apristas apoyos fuera del Perú y mayor repercusión sobre las condiciones de detención o las persecuciones; como lo demuestra Geneviève Dorais en el texto incorporado en este dossier, las campañas de solidaridad movilizadas a partir de la detención de Haya de la Torre en 1932 contribuyeron a definir ciertos rasgos del Partido. Esa política desplegada en la esfera transnacional terminó de consolidar el liderazgo de Haya y una identidad democrática y moderada, entre la derecha autoritaria y el comunismo. También las solidaridades con el aprismo construyeron identidades en los actores locales, que permitieron reposicionamientos en los diversos escenarios políticos de los países anfitriones.

Por otro lado, los estudios atentos a las dinámicas desplegadas en los lugares de destierro complejizaron las relaciones del aprismo con otras identidades políticas. Si bien el APRA procuró tempranamente diferenciarse del comunismo y se estableció una rivalidad persistente a lo largo de los años, las redes del exilio ofrecen matices interesantes para analizar esos vínculos. Lo mismo puede observarse al reconstruir las relaciones del aprismo con diversas experiencias nacionalistas de otros países, como por ejemplo el peronismo en Argentina.

En general, estos estudios permitieron reconstruir el contexto histórico y las circunstancias a partir de las cuales se fueron definiendo algunas de las orientaciones del APRA. Esta perspectiva cuestiona las miradas que disputan la memoria del aprismo para definir su “verdadera expresión” o para dirimir su inscripción entre las izquierdas, las derechas o el centro de las tradiciones político-ideológicas peruanas y latinoamericanas.     

Finalmente, la perspectiva transnacional permitió también visibilizar algunas trayectorias militantes que habían quedado eclipsadas por la atención centrada en los principales referentes.

Este dossier propone recuperar algunos de los trabajos que animaron dicha renovación. Una particularidad de las investigaciones aquí reunidas es que la mayoría se ocupa de los años treinta, es decir del período posterior al de la formación del APRA en las redes propiciadas por el primer exilio de los estudiantes peruanos. Se trata, “paradójicamente”, de aproximaciones en clave transnacional a la historia de una organización en su momento “menos transnacional”. Los trabajos contribuyen a explicar el crecimiento del Partido en el Perú, así como a reconstruir las redes continentales por las que circularon los militantes y las ideas apristas. En todas las intervenciones asoma la pregunta acerca de las condiciones que hicieron posible la transformación del APRA en un partido de masas, en un contexto signado por las persecuciones. También los trabajos se interrogan acerca de las características y particularidades de la cultura política aprista en el contexto latinoamericano, a partir de indagaciones que echan mano de la renovación historiográfica producida por la historia intelectual y de la cultura impresa, el género y la nueva historia política. En general las investigaciones se destacan también por una apertura hacia nuevas fuentes documentales.   

Geneviève Dorais aporta una mirada centrada en los años claves para la consolidación del aprismo en Perú, atendiendo a la importancia que tuvieron las redes transnacionales. Más allá de las privaciones o limitaciones generadas por las persecuciones de 1932-33, el contexto represivo activó solidaridades internacionales. Éstas contribuyeron de forma decisiva en la consolidación del liderazgo de Haya y de una facción que asumió una identidad construida en la imagen que le devolvía el espejo de las campañas internacionales: la de un dirigente y un partido de una izquierda moderada, entre la derecha autoritaria y el comunismo. Tal como advierte la autora, en la encrucijada de los años treinta, donde la crisis de occidente asomaba en el horizonte, resultaron claves las iniciativas de las redes cristianas que movilizaron campañas de solidaridad con Haya y el APRA. En esas iniciativas el aprismo aparecía como referencia de las expectativas de regeneración moral y espiritual para América Latina. La autora sostiene que en el momento en el que comenzó la represión, el APRA no era todavía un partido disciplinado y se hallaba dividido y desorganizado, como puede constatarse en torno de la Revolución de Trujillo de 1932. En ese marco, el trabajo muestra que la movilización internacional en favor de Haya cumplió un papel fundamental en la consolidación del liderazgo y en la construcción del Partido.  

El trabajo de Sebastián Hernández se centra en la reconstrucción de las redes del exilio aprista en Chile. La investigación pone el foco en el escenario que resultó el centro de la actividad de los exiliados en la década del treinta. El capítulo permite ver, por un lado, la tarea de amplificación internacional de la situación vivida por los militantes apristas peruanos, los esfuerzos para ocupar espacios en publicaciones y por disputar en la opinión pública las representaciones sobre el aprismo. Allí puede observarse la tensión entre la posibilidad de sostener al APRA como un proyecto transnacional y la tarea orientada a la situación en Perú. Al mismo tiempo el trabajo indaga en las formas en las que el aprismo permeó la cultura política de algunos sectores de la izquierda chilena, a través de la reconstrucción de los vínculos e influencias sobre el Partido Socialista. Finalmente, Hernández indaga en las tensiones en torno de la formación en Chile del Frente Popular que llevaría a la presidencia a Aguirre Cerda y el acercamiento y apoyo de los exiliados, frente a los reparos que sostenía Haya de la Torre a las aproximaciones al comunismo, que impulsaba esa nueva estrategia frentista. El trabajo, en la línea abierta por el estudio de Ricardo Melgar Bao para el caso de México, permite observar la amplitud de las redes construidas por los apristas exiliados en Chile, que iban desde la izquierda a la derecha del espectro político. Esa versatilidad puede pensarse tanto en relación con la identidad política y el carácter de las doctrinas nacionalistas y antiimperialistas del aprismo, como a partir de la experiencia de exilio y las necesidades impuestas por el destierro.    

El trabajo de Iñigo García Bryce está centrado en la trayectoria de Magda Portal. Tal como señala el autor, se trata de una figura clave de la militancia aprista escasamente visitada hasta hace poco tiempo por los estudios históricos. García Bryce advierte sobre cómo la inserción de Portal en las redes transnacionales le permitió erigirse como una de las referentes políticas e intelectuales del aprismo, rompiendo los límites que encontraban las mujeres para ocupar lugares relevantes en la esfera pública en Perú. Así, paradójicamente, el exilio y la persecución le permitirían a Portal construir un lugar de referencia e instalar algunas discusiones sobre los derechos de las mujeres. El trabajo aporta una mirada desde una perspectiva de género para identificar las tensiones que ese tipo de intervenciones generaban en una cultura política dominada por varones, incluso dentro de una organización como el APRA que tempranamente motorizó la participación femenina.     

Martín Bergel aporta una original aproximación al lugar de los objetos impresos en la cultura política aprista. Si bien el estudio sostiene una perspectiva transnacional en la reconstrucción de la trama a través de la cual se producían y circulaban los textos, el enfoque está centrado en el entorno peruano de los años treinta. El trabajo sigue algunos indicios para apoyar una hipótesis sugestiva: la circulación de los objetos impresos cumplió una función clave en el crecimiento y masificación del aprismo en el contexto de persecución y clandestinidad. En ese marco, la lectura y la discusión de las ideas quedó relegada a un segundo plano frente a otros usos de los textos, ligados a las proezas de circulación clandestina de los escritos y la construcción de una épica de la resistencia. El trabajo sostiene así la idea de que la caída de Leguía y el arraigo del aprismo en Perú acompañó también una transformación de la cultura política aprista, que se desplazó desde la centralidad de prácticas letradas ligadas a la tradición de la izquierda ilustrada hacia el populismo.

El trabajo de mi autoría recupera la figura de Francisco Capelli como una pista para indagar en la recepción del aprismo en Argentina y en sus conexiones con diversos espacios del antiimperialismo en la década del treinta y más tarde con el peronismo. Más allá del exilio de los militantes peruanos, el aprismo circuló por el continente como una propuesta atractiva para diversos actores. Si bien las organizaciones y las militancias apristas en Argentina ocuparon un lugar marginal en el escenario político nacional, su estudio resulta una instancia productiva para comprender las modalidades de la recepción local y las búsquedas de construir posiciones que no siempre encontraban lugar dentro del espectro político ideológico predominante en el país. La trayectoria política de Capelli da cuenta de uno de los intentos de aclimatar el aprismo y ofrece un camino para avanzar en la reconstrucción de los vínculos del aprismo con el peronismo. A pesar de los conocidos reparos de Haya de la Torre hacia la figura de Perón, las dinámicas de recepción local abren nuevas perspectivas para abordar de una forma más compleja las relaciones entre esas dos experiencias políticas.    

Esta presentación no puede concluir sin antes rendir un homenaje a Ricardo Melgar Bao. Como señalamos, sus trabajos resultaron una inspiración para un conjunto de investigadoras e investigadores que continuamos sobre las huellas marcadas por sus ideas, sugerencias e insinuaciones. Ricardo no sólo trazó un camino con la publicación de sus trabajos, siempre atentos a los cruces entre la Antropología y la Historia para pensar la historia social, política e intelectual de nuestro continente; también promovió espacios de intercambio y ofreció su generoso acompañamiento a través de la charla amena, la hospitalidad, y la voluntad constante de compartir sus acervos documentales para expandir los horizontes de la investigación. Sería injusto con su vasta obra reducir sus aportes a las contribuciones que realizó para renovar la historia del aprismo. Pero en ello, como en tantos otros temas en los que se involucró, está presente su marca imborrable.  

Textos seleccionados para el dossier:

Bergel, Martín (2016). Para una historia de la no-lectura en América Latina. Los usos de los objetos impresos en el proceso de popularización del aprismo peruano (1930-1945). Políticas de la memoria. Anuario de investigación e información del CeDInCI, N. 17, pp. 184-203.

Dorais, Geneviève (2021). Vida y libertad para Víctor Raúl Haya de la Torre: Sobreviviendo al caos en el Partido Aprista Peruano, 1932-1933. En Dorais, Geneviève, Journey to Indo-América: APRA and the Transnational Politics of Exile, Persecution, and Solidarity, 1918–1945 (pp.123-152). New York: Cambridge University Press. Traducción de María Fernanda Galindo Ruíz.

García Bryce, Iñigo (2015), Activista transnacional: Magda Portal y la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), 1926-1950. Nueva Crónica, (5). Revista en-línea de la Escuela de Historia, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú.

Hernández Toledo, Sebastián (2021). Organización austral. Redes políticas del exilio aprista en Chile (1936-1940). En Hernández Toledo, Sebastián, La persistencia en el exilio. Redes político-intelectuales de los apristas en Chile (1922-1945) (pp. 123-168). Santiago: Centro de Investigaciones Diego Barros Arana.

Sessa, Leandro (2018). Del APRA a FORJA y de FORJA al peronismo. Reflexiones sobre las redes del aprismo en Argentina a través del itinerario político e intelectual de Francisco Capelli. Pluriversidad, (2), Universidad Ricardo Palma, pp. 87-107.

Bibliografía mencionada:

(1) Melgar Bao, Ricardo (2003). Redes e Imaginarios del exilio en México y América Latina: 1934-1940. México: Libros en Red. 

(2) Bergel, Martín (2019). La desmesura revolucionaria. Cultura y política en los orígenes del APRA. Lima: La Siniestra Ensayos.

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Dossier. La guerra de 1898 y los intelectuales latinoamericanos: posiciones divergentes, resignificaciones y nuevas líneas de pensamiento https://historiapolitica.com/dossiers/guerra1898/ Mon, 17 Aug 2015 22:11:00 +0000 http://historiapolitica.com/?post_type=dossiers&p=3065 La guerra de 1898 y los intelectuales latinoamericanos: posiciones divergentes, resignificaciones y nuevas líneas de pensamiento

 

Carolina López (Universidad Nacional del Sur -CEINA)

 

Para 1898 comenzó en Cuba la última etapa de su lucha para lograr la independencia de España, sin embargo el ingreso de Estados Unidos resignificó la causa cubana y transformó a la guerra en un conflicto histórico –ideológico (Biagini, Lucha de Ideas en Nuestra América , 2000: 7). Desde una perspectiva continental, la guerra hispano-cubana-norteamericana representó el fin del Imperio español en América, al tiempo que formalizó la presencia de Estados Unidos como la nueva potencia hegemónica sobre el Caribe, que intentó crecer desalojando otras formas perimidas de dominación. Analizado de esta manera, el ‘98 cubano se convirtió en un hecho emblemático para América, señalando la instalación de un neo-imperialismo.
El eje del conflicto, que giró en torno a la dominación, la independencia y la participación de las fuerzas en pugna que confluyeron en la Isla, provocó el desarrollo de opiniones y acciones heterogéneas en los países hispanoamericanos, que variaron de acuerdo a las facetas desde las cuales la realidad cubana fue observada y analizada. En el presente dossier nos ocuparemos del correlato que tuvo este conflicto en el espacio intelectual, cuya producción discursiva determinó el surgimiento de distintas vertientes de pensamiento, que tuvieron como nodo central del debate el rol desempeñado por los Estados Unidos en América, la valorización de España y su legado para las repúblicas hispanoamericanas; y la redefinición de la identidad continental a partir de categorías que se relacionan entre sí de manera constante: los patrones identitarios propios y la visión del otro, evaluados en sentido positivo o negativo.
Desde 1898 y en adelante, las definiciones de una identidad común para las repúblicas hispanoamericanas convergieron en la necesidad de abandonar el espíritu de imitación de modelos foráneos, predominante durante el siglo XIX, y reconciliarse definitivamente con aquellos elementos que por naturaleza y tradición eran propios. En consecuencia, el ’98 cubano se convirtió en un hecho disparador y catalizador de un espacio de ideas divergentes, inmerso en un contexto en que se presentaba como necesaria una nueva construcción identitaria que permitiera enfrentar los desafíos del nuevo siglo.
Finalizando el siglo XX, en los años cercanos al centenario de la guerra de 1898, se registró un notable aumento en el interés de los investigadores por profundizar el análisis del conflicto y sus múltiples dimensiones. Desde entonces, comenzaron a desarrollarse importantes estudios representativos del nuevo debate en torno a este hecho complejo. En algunos casos, las investigaciones se concentraron en las características del marco internacional en el que tuvo lugar la confrontación; en otros, las perspectivas historiográficas adquirieron un encuadre nacional, focalizando la mirada en los países protagonistas de la guerra o en los países que analizaron y evaluaron el conflicto como un hecho exógeno pero cercano a la vez.
Considerando que el caso cubano es un punto de inflexión ubicado en la encrucijada de dos colonialismos en pugna, el objetivo del presente dossier es rescatar y analizar las distintas vertientes de pensamiento que surgen, se diversifican y resignifican en nuestro continente a partir de la guerra de 1898. De esta manera, los trabajos seleccionados constituyen un muestreo representativo de las múltiples lecturas que los intelectuales latinoamericanos realizaron en torno al ´98.
El primer artículo, de Elena Torre, se ubica temporalmente en las etapas previas a la guerra de 1898 y concentra su análisis en la vertiente económica del pensamiento de José Martí, sobre la cual se estructura su doctrina antiimperialista, así como los principios de afirmación de autonomía y emancipación continental. Martí exploró, desde “la observación práctica”, las condiciones históricas de su época, a partir de las cuales pudo definir las variables que operaron en la consolidación del capitalismo mercantil en los países hispanoamericanos y la posterior transformación de esa fase del sistema en un capitalismo monopólico financiero, en el caso de Estados Unidos. La autora destaca como acontecimientos claves en la experiencia martiana su actuación de corresponsal en la Primera Conferencia Internacional de Washington en 1889, durante la cual reveló y denunció los intereses neocolonialistas de la política hemisférica estadounidense. El artículo concluye señalando que las previsiones de Martí en torno a una inminente escalada imperialista norteamericana sobre el continente y, por defecto, los peligros de subordinarse a un panamericanismo hegemónico y hegemonizante, constituyen puntos de fuga de una realidad que fatalmente se cristalizó en nuestra América.
El texto de Ignacio García explora las vinculaciones que Rubén Darío y Francisco Grandmontagne tuvieron con el desarrollo de dos corrientes de opinión: las hispanistas de nuevo tipo, que surgieron en América tras el ’98 cubano y las americanistas vinculadas al regeneracionismo, que aparecieron poco después en España. El autor reconstruye en su artículo la importante acción desarrollada por la colonia de inmigrantes españoles en el Plata, quienes nucleados en la Asociación Patriótica Española, alentaron a aquellos intelectuales que, en el contexto bélico, pudieron vislumbrar la figura de un Estados Unidos agresor frente a una España arrastrada a la guerra para defender su soberanía. De esta manera, el accionar mediador de la Patriótica, de Darío y de Grandmontagne, colaboró en la redefinición del hispanismo y del americanismo, permitiendo restablecer el diálogo entre la intelectualidad a ambos lados del Atlántico, y aportando así un elemento más a ese vuelco ideológico que se produjo en Iberoamérica al comenzar el siglo XX.
Los textos de Rodrigo González Natale y Paula Bruno analizan la intersección entre la trayectoria personal y la producción discursiva de dos de intelectuales que, en Argentina, manifestaron su posición ideológica con respecto a España, Estados Unidos y Cuba. El trabajo de González Natale focaliza su mirada en la posición antiimperialista e hispanoamericanita adoptada por Roque Sáenz Peña, en los años anteriores y durante el transcurso de la guerra del ´98. Sáenz Peña conjuga en su discurso las razones de orden pragmático, inherentes a las necesidades de un país en pleno proceso de desarrollo, con la construcción de un ideal de unidad latinoamericana a partir de una visión hispanista de raza, como estrategia real para confrontar el avance imperialista de los Estados Unidos en el Caribe.
Por su parte, el texto de Paula Bruno analiza el discurso de Paul Groussac, quien interpretó a la guerra de 1898 como una auténtica contienda civilizatoria, fundada en una filosofía de la historia apocalíptica y dicotómica. A partir del ´98, España se transformó en la “señora de la latinidad”, cuyos altos valores morales debían ser defendidos frente al avance del Calibán yankee, representante de la barbarie vulgarizadora en el mundo y generador de los efectos más detestables de la masificación. El mamut y el hidalgo son las figuras alegóricas que utilizó el intelectual para sintetizar este enfrentamiento de dos modelos civilizatorios.
El artículo de mi autoría tiene como objetivo analizar los discursos de un grupo de intelectuales argentinos –Roque Sáenz Peña, Paul Groussac, Martín García Mérou y Carlos María Urien- quienes manifestaron distintas opiniones en relación a la historia de Cuba como colonia española, los motivos que impulsaron la independencia y el trayecto recorrido por el pueblo cubano en su lucha libertaria. Del grupo intelectual analizado es Carlos María Urien quien justificó la lucha del pueblo cubano al considerar que perseguían la concreción de un ideal genuino y supremo, la independencia, a la vez acto redentor y superador de colonialismos pretéritos. Sin embargo, en el resto de los discursos se observa cómo la importancia y centralidad de la causa cubana se fue diluyendo a medida que los intelectuales concentraron su interés en justificar o denunciar las acciones desplegadas por España y Estados Unidos en la Isla.
Finalmente, cierra este dossier el artículo de Martín Bergel, quien explora el estrecho vínculo que existió en América Latina entre las posturas antiimperialistas y antiyanquis, señalando a la guerra de 1898 como el hecho disparador que dio consistencia y visibilidad a esta corriente de opinión. Hacia atrás, con la Primera Conferencia Paname¬ricana de Washington en 1889; hacia adelante con la posición de intelectuales como José Rodó, Francisco García Calderón, Manuel Ugarte y José Vasconcelos; y con el surgimiento, en la década de 1920, de numerosas entidades intelec¬tuales y políticas, se logró que el antiimperialismo-antiyan¬qui se hallara profusamente extendi¬do en América Latina. Sin embargo, el autor señala el inicio, hacia los años ´20, de una nueva posición a la que denomina anti-antinorteamericanismo. Esta nueva alternativa a la retórica antiimperialista, en la que participaron intelectuales de las dos Américas, tuvo como objetivo construir puentes de comunicación que posibilitaron atenuar el encono antinorteamericano en ese periodo. Ahondar en su estudio y reconstruir su devenir histórico permitiría, según Bergel, encontrar un anclaje para el reinicio del diálogo entre las fuerzas democráticas latinoame¬ricanas y norteamericanas, acaso un modo más efectivo de enfrentar real¬mente el fenómeno imperialista en el siglo XXI.

 
Referencias de los textos

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