educación – historiapolitica.com https://historiapolitica.com El sitio web del Programa Interuniversitario de Historia Política Thu, 30 Apr 2020 14:51:50 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.2 https://historiapolitica.com/wp-content/uploads/2014/08/cropped-logo1-32x32.png educación – historiapolitica.com https://historiapolitica.com 32 32 Dossier. Deporte, educación, corporalidades https://historiapolitica.com/dossiers/dossier-deporte-educacion-corporalidades/ Thu, 17 Aug 2017 16:17:56 +0000 http://historiapolitica.com/?post_type=dossiers&p=3657 Dossier. Deporte, educación, corporalidades 

Aisenstein, Angela (UNLu/ UdeSA)

Scharagrodsky, Pablo (UNQ/UNLP)

 

Resulta casi imposible iniciar la introducción a un dossier –cuyo tema alude al deporte– sin hacer referencia a las palabras de Eduardo Archetti[1] (1998) en su prólogo al libro Deporte y Sociedad.[2] En ese volumen, que compilaba estudios que “marca(ba)n el comienzo de una nueva época en el estudio del deporte en Argentina” (p.12), Archetti recordaba la relación problemática que los intelectuales de izquierda, los historiadores profesionales y los científicos sociales (no solo de Argentina) habían tenido con el deporte, por haberlo considerado –hasta hacía no mucho tiempo– “un tema menor” en la investigación sociológica e histórica. Y destacaba que la reciente valorización teórica y empírica del deporte (de los años ’80 y ‘90) estaba estrechamente vinculada al redescubrimiento de la obra de Norbert Elías.

Archetti advertía, también, que estudios y análisis antropológicos y sociológicos más recientes cuestionaban la perspectiva eliasiana, aun cuando aceptaban mirar por la ventana que esta actividad o práctica social abre para comprender a las sociedades modernas, tocando temas centrales para las ciencias sociales tales como la cultura y las identidades, el poder y la política, la educación y el control de los cuerpos, entre otros.

Sin haber sido ese el propósito inicial, este dossier toma la posta al reunir un conjunto de trabajos que, con distintos énfasis y perspectivas, hablan del deporte, de sus actores, de los ámbitos en que se desplegó en Argentina, en un amplio periodo histórico que recorre desde fines del siglo XIX hasta el último tercio del XX.

Resulta importante explicitar que los trabajos seleccionados resultan un recorte, casi mezquino, que excluye muchos autores y textos que han desarrollado el tema y contorneado un campo de estudio. Sin embargo, aun así, este corpus no exhaustivo nos permite una mirada relacional sobre el deporte, la educación y las corporalidades (en tanto temas y objetos de estudio invocados en el título del dossier); así como una entrada para ver al estado y la sociedad civil en movimiento y relación mutua en distintos momentos y frente a diferentes cuestiones. La indagación histórica en contacto con estos tres objetos funcionaría como un atajo para mirar procesos sociales más amplios o generales; también para ver la dinámica de la relación discurso-práctica y para contrapuntear las periodizaciones en uso, es decir como excusa historiográfica, tal como lo señala Diego Armus. En su texto plantea la riqueza de la historia sociocultural de la enfermedad y la salud, y alude al deporte y a la educación física como muestra de recortes temáticos que permite explicar más y mejor la relación de la enfermedad (la tuberculosis en su caso) con la historia cultural, social y política en el contexto de la construcción de las ideas de raza argentina.

Si el estudio del deporte abre una oportunidad para entender la dinámica social en (y más allá) de estas prácticas culturales, el texto de Roy Hora es un ejemplo privilegiado de ello. En el desarrollo del  turf en el hipódromo argentino a fines del siglo XIX, Hora descubre un espacio de disputa social entre actores dotados de recursos de poder desiguales; un escenario en el cual refractan procesos de cambio en un momento de importantes transformaciones que ponen en juego modelos o ideales de masculinidad, poder y autonomía. A fines del XIX y en la primera década del XX, la profesionalización de las carreras de caballos escindió la figura del criador de la del jinete en cada una de las clases sociales que participaban del turf: los propietarios pertenecientes a la elite y los jockeys como trabajadores especializados. Y el hipódromo como escenario sirvió para reafirmar la primacía del primer grupo, que para imponerse en la tierra de la “democracia equina” debió marginar o des jerarquizar a los miembros del segundo.

Algo similar, pero respecto a identidades generacionales dentro de un grupo relativamente homogéneo –los jóvenes de sectores populares que habitaban la ciudad de Buenos Aires– es lo que le permite a Julio Frydenberg el estudio del desarrollo del fútbol en la primera mitad del siglo XX. Su trabajo sobre la difusión de la práctica mediada por la creación de los clubes criollos lo lleva a mirar los cambios en la ciudad, la edificación de los barrios y los sectores populares que los habitan y el modo en que este deporte permitió la conformación de identificaciones generacionales y barriales.

La idea del deporte como un espacio para nuevas identidades y subjetividades se despliega en los trabajos de Carolina Ferrante y Patricia Anderson. Ferrante desarrolla una etapa en la génesis y estructuración del deporte adaptado en la Ciudad de Buenos Aires, durante la segunda mitad del siglo XX.  En ese marco, describe los modos en que la experiencia corporal y las formas de percibir socialmente los cuerpos –habilitadas por el deporte – incidieron en las maneras de ser, de sentirse discapacitados y de vivir la discapacidad de sus practicantes. Partiendo de las ideas nativas de que en el mundo del deporte adaptado la discapacidad es una condición necesaria y no una enfermedad, la autora discute la idea de que en el deporte para las personas con discapacidad hay una “automática medicalización de la condición” mostrando el rol activo de los deportistas en tanto agentes por definir dicha condición.

Anderson, en línea con los planteos anteriores, muestra cómo el deporte contribuyó a crear nuevas experiencias de género, permitiendo a las mujeres redefinir el significado de feminidad, generando distintos modos de verla y entenderla más allá del mandato maternal. Las mujeres enroladas en el deporte y en asociaciones deportivas encontraron instrumentos a través de los cuales construir y definir una agencia política desacoplada de la maternidad. Ellas no practicaron deportes por los efectos benéficos sobre la salud y la fertilidad, sino porque les permitían la posibilidad de asumir funciones sociales y políticas relevantes y redefinir así sus roles cívicos en la sociedad.

Mirados desde una perspectiva diferente, pero complementaria a la esbozada anteriormente, otros estudios que aluden al deporte, la educación y las corporalidades han permitido verlos como locus de ejercicio del poder, como ámbitos de expresión de la biopolítica sobre los individuos y las poblaciones que hizo de los cuerpos una variable ideológica y, sobre todo, un campo de batalla; en esta arena de disputa emergieron una lista de temas y se conformaron o reubicaron una serie de actores.

Andrés Reggiani, en el contexto de la “nebulosa reformista” del último tercio del siglo XIX, expresada  por discursos y prácticas en torno a la “cuestión social” describe –en perspectiva comparada (Francia, Gran Bretaña y Argentina)– la preocupación por la herencia y el “buen nacer”. También la amenaza que constituía la potencial degeneración resultante de la baja de las tasas de natalidad producto, en general, de los cambios sociales y culturales–  así como la diferencia relativa de la tasa de natalidad entre las clases sociales, en detrimento de las más aventajadas cultural y económicamente. En ese marco, destaca que la ‘degeneración’  “suministró el eslabón conceptual que permitió unir la psicología individual y la teoría social” y ubicó a la cultura física como una de las vías de la regeneración, contribuyendo a la convergencia entre los discursos y prácticas de la educación, los deportes y la eugenesia. Y, como recaudo histórico e interpretativo, Reggiani propone distinguir entre la recepción relativamente amplia del discurso eugenésico para explicar el malestar de la civilización y la “aceptación más limitada, cauta y selectiva de las medidas y prácticas regeneradoras”.

En sintonía con el anterior, el trabajo de Diego Roldán señala que los usos socioculturales de los discursos sobre el cuerpo pusieron en relación universos de reflexión antes separados; el caso de la metáfora del cuerpo como máquina acercó y combinó las discursividades de la ciencia del trabajo con las de la moral, la nación y la raza. El resultado de enlazar discursos sobre el cuerpo en términos de medio de producción (cuerpo máquina) de energía física como capital (economía orgánica) y de fortaleza biológica con utilidad racial (eugenesia) resultó en la actualización de un sustrato conceptual que dio nueva legitimidad a saberes “antiguos” para regular los cuerpos y las almas que resultarían válidos (aunque con diferencias) para todas las clases sociales.

También en el plano de los usos del discurso, Laura Méndez y Pablo Scharagrodsky abordan las determinadas formas de entender la naturaleza y las redefiniciones y representaciones de ‘lo natural’ desplegadas por el discurso del scautismo, entre finales del siglo XIX y principios del XX; estrechamente vinculadas con el régimen de poder que tanto el imperialismo como el colonialismo europeo instalaron en distintas regiones del mundo. Tomando como punto de partida que “la naturaleza, lejos de ser algo ahistórico e inamovible, fijo con un sentido inmutable, es en verdad una construcción social, cultural y política históricamente situada”, los autores muestran de qué modo se reinterpretaron estas cuestiones –desde la misma institución scaut– en el contexto argentino. Lejos de negar las diferencias  existentes entre las agrupaciones scauts en el país y las disputas simbólicas y materiales que tuvieron en relación al entorno natural como espacio pedagógico, Méndez y Scharagrodsky concluyen que la naturaleza se convirtió en un bien de uso que permitió generar nacionalidad, virtudes patrióticas y códigos etarios y sexuales.

Otro discurso especializado para la educación de los cuerpos, en Argentina, se desarrolló en el marco del proceso de escolarización masivo y obligatorio. El trabajo de Angela Aisenstein describe la dinámica de conformación y estabilización –dentro del curriculum– de la educación física, en tanto asignatura escolar moderna, entendida como conjunto de discursos y prácticas que integran relaciones de poder y que producen efectos verificables sobre los cuerpos. En el recorrido por la genealogía de este saber escolar, desde el temprano siglo XIX hasta mediados del XX, identifica tres momentos: una primera etapa, en la cual los saberes y prácticas para regular los cuerpos están indiferenciados y omnipresentes en el día a día escolar; una segunda etapa en que el cuerpo –como tema y objeto de estudios– comienza a tematizarse curricularmente y la tercera en la cual se recorta y especifica la Educación física conformando un código o matriz disciplinar que le dará identidad (dentro del currículum enciclopédico moderno)  y permanencia como discurso pedagógico especializado a lo largo del tiempo.

Los arquitectos corporales, de los que habla Pablo Scharagrodsky, constituyeron algunos de los actores clave que participaron en la definición de tipos ideales de corporalidades en el marco del naciente campo de la cultura física argentina. Los profesores de educación física y los médicos deportólogos se recortaron del grupo mayor de participantes del campo de la cultura física –también entre finales del siglo XIX y principios del XX– en la constitución de “dos oficios con saberes, procedimientos, técnicas y competencias específicas a la hora de educar los cuerpos en movimiento”.  Echaron mano de un conjunto de saberes biomédicos para legitimar la obsesión por la medición y cuantificación de los cuerpos y –mediante una parafernalia de técnicas y procedimientos de registro y clasificación y su puesta en uso en espacios institucionales diversos (desde congresos y sociedades científicas hasta clubes, escuelas y plazas)– produjeron significados sobre la mismidad y la otredad que interpelaron y excluyeron, a la vez, a amplias poblaciones de niños, niñas y jóvenes hasta mediados del siglo XX.

En síntesis, los trabajos aquí reunidos invitan a pensar y a problematizar a la cultura física, los deportes y las demás propuestas de educación de los cuerpos como excelentes –y necesarios– pretextos para indagar debates, objetos y problemas del pasado identificando determinadas lógicas sociales, culturales, sexuales, éticas, económicas, políticas e institucionales que se pusieron en circulación, distribución, transmisión, producción y apropiación en un espacio y tiempo determinado. Indagar al heterogéneo y complejo universo de la cultura física, cartografiando sus disputas, dice más acerca de quiénes, cómo, cuándo y por qué la elaboraron, que sobre las técnicas específicas aprehendidas en dicho universo. Sin duda, uno de los grandes desafíos –en el que tod@s ganan– es intentar explicar y comprender desde y a partir de las prácticas corporales y deportivas, las complejas, contradictorias y ambivalentes lógicas sociales cuyos efectos históricamente superaron ampliamente las cuestiones biológicas y orgánicas, definiendo universos morales, culturales, ideológicos y políticos específicos y excluyendo, silenciando u omitiendo otras alternativas posibles de pensar, sentir y vivenciar otras corporalidades.

 

Textos seleccionados para el dossier

Armus, Diego (2013) “Contextualizando la enfermedad: educación física, fútbol y tuberculosis en el Buenos Aires moderno”. Revista estudios del ISHIR, Investigaciones Socio Históricas Regionales. Unidad Ejecutora en Red – CONICET,  Año 3, Número 5.

Hora, Roy (2014) “El turf como arena de disputa social. Jockeys y propietarios en el hipódromo argentino de fines del siglo XIX”, Jahrbuchfür Geschichte Lateinamerika 51, Böhlau Verlag Köln/Weimar/Wien.

Frydenberg, Julio (2014) “Sociedad, ciudad y fútbol en la Buenos Aires de 1920-1930”. En Armus, Diego y Rinke, Stefan Del football al fútbol/futebol historias argentina, brasileras y uruguayas en el siglo XX. Estudios AHILA de Historia Latinoamericana, Iberoamericana Vervuert, pp. 29-47.

Ferrante, Carolina (2010) “Lo importante es no ser rengo de la cabeza”: El cuerpo discapacitado legítimo en la génesis y estructuración del deporte adaptado en la Ciudad de Buenos Aires (1950-1961)”. En Pantano, Liliana (comp.) Discapacidad e Investigación: aportes desde la práctica. Buenos Aires: EDUCA, pp. 167-198.

Anderson, Patricia (2017) capítulo inédito tesis PhD in History (ABD status), University of Toronto, Canada. Título de la tesis: Deportismo! Female Sports and Gender Change in Argentina: 1900-1946. Director: Dr. Peter Blanchard.

Reggiani, Andrés  (2014) “Eugenesia y cultura y cultura física. Tres trayectorias históricas: Francia, Gran Bretaña, Argentina”. En Scharagrodsky, P. (comp.) Miradas médicas sobre la cultura física en Argentina. 1880-1970, Buenos Aires, Prometeo,  pp. 17-58.

Roldán, Diego (2010) “Discursos alrededor del cuerpo, la máquina, la energía y la fatiga: hibridaciones culturales en la Argentina fin-de-siècle”. História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro, v.17, n.3, jul.-set., pp. 643-661.

Méndez, Laura Marcela y Scharagrodsky, Pablo Ariel (2016) “El Escautismo en la Argentina: los diferentes sentidos sobre la naturaleza y la vida al aire libre a principios del siglo XX”. En Soares, Carmen (coord.) Uma educação pela natureza: a vida ao ar livre, o corpo e a ordem urbana. Editora Autores Associados, Sao Paulo, pp. 113-139.

Aisenstein, Angela (2006) “Cuerpo, escuela y pedagogía. Argentina, Siglos xix y xx”. En Aisenstein, Angela y Scharagrodsky, Pablo Tras las huellas de la Educación Física escolar argentina. Cuerpo, género y pedagogía. 1880-1950. Buenos Aires, Prometeo, pp. 19-47.

Scharagrodsky, Pablo (2015) “Los arquitectos corporales en la Educación Física y los Deportes. Entre fichas, saberes y oficios (Argentina primera mitad del siglo XX)” Trabajos y Comunicaciones, 2da Época, n° 42, septiembre ISSN 2346-8971  http://trabajosycomunicaciones.fahce.unlp.edu.ar/

 

[1] Antropólogo argentino radicado en Noruega, con inserción institucional en el Departamento y Mueso de antropología de la Universidad de Oslo.

[2]Alabarces, P., Di Giano, R. y J Frydenberg (comp)(1998) Deporte y sociedad, Buenos Aires, Eudeba.

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Dossier. Historia, política y educación en la provincia de Buenos Aires: maestros, escuelas y funcionarios (siglos XIX y XX) https://historiapolitica.com/dossiers/dossier-historia-politica-y-educacion-en-la-provincia-de-buenos-aires-maestros-escuelas-y-funcionarios-siglos-xix-y-xx/ Tue, 06 Dec 2016 15:22:51 +0000 http://historiapolitica.com/?post_type=dossiers&p=3576 Historia, política y educación en la provincia de Buenos Aires: maestros, escuelas y funcionarios (siglos XIX y XX)

 

Laura Graciela Rodríguez (CONICET/ IdIHCS/UNLP) y Eva Mara Petitti (CONICET/CEHis-UNMdP)

 

Resulta difícil exagerar la importancia que la provincia de Buenos Aires supone para el país, tanto por su peso demográfico, económico y político como por las dimensiones de su sistema educativo. Sin embargo, escribir su historia ha presentado ciertas complicaciones. Como se ha dicho recientemente, por lo menos hasta 1880 “la historia de la Argentina se escribió en gran medida con la vara de Buenos Aires (ciudad y provincia) e, inversamente, la de la provincia fue escrita con la vara de la nación”. Se trata entonces –aunque no solamente- de advertir los matices y/o las diferencias que los grandes procesos nacionales adoptaron en territorio bonaerense, y “testear sus alcances, comprobar sus límites o interpretar sus diferentes significados”. {{1}} Al igual que en otros aspectos, la historia educativa de la provincia se ha visto reflejada en parte, en los dos tomos de la obra clásica de Ricardo Levene Historia de la provincia de Buenos Aires y fundación de sus pueblos. Allí se plantea, por ejemplo, el importante rol que cumplieron las asociaciones de padres y las organizaciones locales en la fundación y el financiamiento de las primeras escuelas. {{2}}
[[1]] Palacio, Juan Manuel (2012) “La provincia de Buenos Aires en la historia y en la historiografía”, Historia de la provincia de Buenos Aires. Población, ambiente y territorio, La Plata, Unipe/Edhasa, p. 9. [[1]]
[[2]] Levene, Ricardo (1940), Historia de la provincia de Buenos Aires y fundación de sus pueblos, La Plata, Archivo Histórico, Tomo 2. [[2]]

En la actualidad, contamos con un considerable conjunto de investigaciones gracias al desarrollo de las últimas décadas. Además de los trabajos que presentamos aquí, mencionaremos, sin ánimos de ser exhaustivas, las investigaciones que se han realizado sobre la educación a principios del siglo XX, el gobierno de Fresco, el peronismo clásico y la última dictadura. {{3}}Asimismo, se han llevado a cabo estudios que abarcan un arco temporal mayor, como el desarrollo del nivel primario, las reformas educativas del período 1930-1970 y la estructura de la administración central. {{4}}
[[3]] Pineau, Pablo (1997), La escolarización de la provincia de Buenos Aires (1875-1930), Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, FLACSO; Béjar, María Dolores (1992) “Altares y banderas en una educación popular: la propuesta del gobierno de Manuel Fresco en la provincia de Buenos Aires (1936-1940)” en Mitos, altares y fantasmas. Aspectos ideológicos de la historia del nacionalismo popular. Estudios/Investigaciones núm. 12. Universidad Nacional de La Plata; Bisso, Andrés (2011) La Revista de Educación bonaerense durante el período de gobierno de Manuel A. Fresco (1936–1940). Acerca de los “usos del pasado” en los discursos y las prácticas escolares, en Clío & Asociados. La Historia Enseñada, número 15, Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, FLACSO; Cammarota, Adrián (2009) “Eugenesia y educación en la Provincia de Buenos Aires (1936-1955)” en Segundas Jornadas Nacionales de Historia Social 13, 14 y 15 de mayo, La Falda, Córdoba ; Vázquez, Silvia (2005) “Entre la herejía y la restauración: la política educativa del peronismo durante la gobernación del Coronel Domingo Mercante, 1946-1952” en Panella, Claudio (Comp.) El gobierno de Domingo A. Mercante en Buenos Aires (1946- 1952). Un caso de peronismo provincial, Instituto de Cultura, Archivo Histórico de la Provincia; Vassiliades, Alejandro (2008), “Entre la homogeneización moralizante y la adaptación al entorno: la escolarización bonaerense durante la última dictadura (1976-1983)”, Archivos de Ciencias de la Educación, pp. 145 – 158. [[3]]
[[4]] Misuraca, María Rosa y Vázquez, Andrea (1999) El estado y la educación primaria en la provincia de Buenos Aires, en Vior, Susana (Dir.) Estado y educación en las provincias . Madrid, Miño y Dávila; Munin, Helena (1993) La Dirección General de Escuelas: 1817-1992 , Buenos Aires, ATE; Katz, Ricardo S. (1996) Historia de la educación en la provincia de Buenos Aires . Buenos Aires, Biblioteca Educativa; Pinkasz, Daniel y Pittelli, Cecilia (1997) “Las reformas educativas en la provincia de Buenos Aires (1934-1972) ¿Cambiar o conservar?”, Puiggrós Adriana y Ossana, Edgardo, La educación en las provincias (1945-1985) , Buenos Aires, Galerna. [[4]]

Como podrá apreciarse, resta aún cubrir varias áreas temáticas que nos permitan, por ejemplo, reconstruir en el largo plazo lo ocurrido con los distintos niveles del sistema (inicial, primaria, secundaria y terciario); y las modalidades (educación especial, de adultos y artística, entre otras). Asimismo, conocemos poco sobre la manera en que se crearon y se desarrollaron las universidades provinciales; los movimientos y asociaciones de maestros; los distintos sindicatos o cómo ha sido la relación de los docentes con los partidos políticos u otras organizaciones (religiosas, de inmigrantes, étnicas, etc.). Sería interesante también analizar en particular los perfiles y el rol de los inspectores, quienes resultan figuras claves de la burocracia, para comprender los procesos de implementación de las políticas de nivel central o bien conocer las trayectorias de los ministros y directores generales que ocuparon la cartera. Sumado a esto, podría pensarse una historia centrada en la educación en los municipios, como una continuidad del trabajo pionero de Levene. Ciertamente, todas estas temáticas deberán estar atravesadas por una perspectiva de género que problematice – y no naturalice- la presencia o la ausencia de las mujeres en cualquiera de los ámbitos del sistema educativo.

Reconstruir la historia educativa de la provincia de Buenos Aires hará posible, en síntesis, obtener un panorama más variado del que hoy disponemos y, eventualmente, servir de insumo para los funcionarios encargados de la elaboración de la política pública. Consideramos, que conocer el pasado del organismo que se está gestionando, contribuye a direccionar mejor el diseño de las futuras acciones. Del mismo modo, una historia de la educación bonaerense posibilitará la realización de comparaciones más sistemáticas con las otras provincias, y, en definitiva, resultará un aporte fundamental para complejizar aún más la historia de la educación nacional.

Sin lugar a dudas, los artículos aquí reunidos son centrales para avanzar en esta reconstrucción. Han sido seleccionados teniendo en cuenta la diversidad temporal y buscan ser ilustrativos de las investigaciones que se vienen publicando en los últimos diez años. Abordan tres grandes áreas temáticas relacionadas. Por una parte, las trayectorias de los funcionarios y su relación con los distintos niveles de la política municipal, provincial y nacional. Por otra, el diseño y la implementación de las políticas. Finalmente, el impacto de las medidas y la manera en que fueron apropiadas por los docentes de las distintas instituciones educativas.

Estos procesos han sido estudiados considerando a los otros actores y el contexto más general en el que se inscribieron, que limitaron y/o habilitaron las posibilidades concretas de llevar a cabo las transformaciones propuestas. Presentaremos a continuación las ocho investigaciones, que han sido ordenadas cronológicamente. Las primeras están centradas en el siglo XIX (José Bustamante Vismara, Lucía Lionetti y Susana Schoo), los siguientes trabajos se detienen en las décadas de 1940 y 1950 (Claudio Panella y Mara Petitti) y las restantes plantean lo sucedido durante la segunda mitad del siglo XX (María Luz Lafiosca, Laura Graciela Rodríguez y Talia Gutiérrez).

El texto de Bustamante Vismara caracteriza la tarea de los docentes, sus condiciones de trabajo, de formación y las relaciones que establecieron con los sacerdotes católicos, observando en qué sentido los afectaron los cambios políticos y escolares que se produjeron en la campaña a mediados de siglo XIX. Por su parte, Lionetti estudia la escolarización entre 1850 y 1875, un contexto signado por una alta inestabilidad. Hace foco en el complejo entramado social y político, y de disputas y negociaciones entre un Estado con vocación centralizadora y una sociedad civil activa. Schoo analiza en su investigación de qué manera ciertas iniciativas provinciales referidas a los colegios de enseñanza media fueron recepcionadas por los funcionarios nacionales en distintos momentos del proceso de formación y consolidación del Estado central.

Los escritos de Petitti y Panella arrojan luz sobre la educación y el peronismo. Petitti examina las políticas educativas dirigidas al ámbito rural, centrándose en las demandas, la legislación y los proyectos que tuvieron lugar en relación a las escuelas primarias en la campaña bonaerense. Mientras que Panella, concentra su estudio en el proceso de elaboración y aprobación del Estatuto Docente de 1951, describiendo el contenido de la propuesta, los debates legislativos y la relación de las autoridades con los docentes.

Acerca de las investigaciones que se proponen explorar la segunda mitad del siglo XX, Lafiosca aborda la relación entre el magisterio, las organizaciones gremiales y el Estado a través de origen y desarrollo de una de las agremiaciones más importantes que se crearon en el ámbito provincial: la Federación de Educadores Bonaerenses (1959). Por su parte, Rodríguez observa qué tipo de regulaciones estatales sufrieron los docentes en los años más oscuros de la historia argentina -1976-1983-, destacando las medidas que tomaron los distintos ministros bonaerenses y las modificaciones que realizaron en particular al Estatuto del Magisterio y al Reglamento de Licencias. Por último, Gutiérrez estudia la evolución de la educación agraria estatal entre 1960 y 2010, caracterizada por cambios institucionales y curriculares, así como las distintas situaciones jurídicas y presupuestarias que vivían las escuelas y las relaciones que mantenían sus autoridades con las comunidades locales.

Textos seleccionados para el dossier

 

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Dossier. Políticas públicas, educación agrícola y difusión de conocimientos en el agro argentino (1880-1940) https://historiapolitica.com/dossiers/agroargentina/ Wed, 04 Dec 2013 15:09:24 +0000 http://historiapolitica.com/?page_id=1768 Políticas públicas, educación agrícola y difusión de conocimientos en el agro argentino (1880-1940)

 

Daniel Moyano (ISES/CONICET-UNT), Florencia Rodríguez Vázquez (INCIHUSA/CONICET), Julio Djenderedjian (UBA/Instituto Ravignani/CONICET)

La historiografía latinoamericana sobre la ciencia y la tecnología agrícola mostró, desde temprano, un marcado interés por reconstruir los primeros aparatos estatales y los proyectos privados vinculados con la modernización agrícola de las principales producciones regionales, particularmente las orientadas a la exportación. {{1}}.[[1]] Un mayor desarrollo sobre estos tópicos puede consultarse en el dossier Estado, agrónomos y ciencia aplicada al campo. Miradas sobre las iniciativas públicas y privadas en el desarrollo agroindustrial en América Latina (fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX) . Allí se reunieron trabajos que abordaron procesos similares de fomento agrícola y de diversificación productiva organizados por agencias estatales y por el sector privado en distintas áreas del continente, como Uruguay, São Paulo (Brasil), Cuba. [[1]]
Si bien los trabajos clásicos sobre la temática asociaron esta naciente ingeniería institucional con las demandas de los sectores económicos dominantes, la renovación historiográfica de las últimas décadas -al abordar al Estado como un espacio de intereses y proyectos en pugna-, permitió redimensionar el estudio sobre los establecimientos de enseñanza y experimentación agrícola, invitando a repensar la sinuosa relación entre ciencia-tecnología, política y poder.
Bajo este prisma, aportes provenientes de diferentes vertientes teóricas y metodológicas coincidieron en destacar que la materialización de estas iniciativas representó un punto clave en la consolidación del capitalismo agrario, mediante la creación de agencias estatales específicas, la formación de recursos humanos que respondieran a las demandas de los proyectos económicos vigentes, el desempeño de este plantel de profesionales en puestos clave de las asociaciones sectoriales y burocráticas, y su complementariedad en esquemas colonizadores de “arraigo al campo”. Es decir, se comenzó a considerar estas iniciativas como otro de los aspectos centrales en el proceso de constitución y consolidación de los Estados nacionales. (Schwartzman, 1979; Peset, 1985; Babini, 1986; Arboleada, 1986; Oteiza 1992; Oteiza y Vessuri, 1993; Saldaña, 1996; Urbán Martínez y Saldaña, 2002; Arellano Hernández, 2005; Mendonça, 2007; Bohovslavsky y Soprano, 2010; Ben Plotkin y Zimmerman, 2012).
En la historiografía argentina, la progresiva centralidad que adquirió el rol del Estado -y particularmente sus políticas de orientación productiva- generó un conjunto de trabajos que resaltaron la contribución de las esferas públicas en la articulación de un sistema científico-tecnológico con un carácter marcadamente regional, las relaciones establecidas entre las burguesías del interior con las agencias nacionales, la injerencia del personal agronómico en la delineación de proyectos económico-políticos, la formación de cuadros burocráticos de orientación agraria y su participación precursora en lo que hoy se conoce como ‘extensión rural’. (De Filippo, 1984; Tedesco, 1986; Girbal-Blacha, 1992; Graciano, 2001 y 2004; Gutiérrez, 2007; Tort, 2008; García, 2010; Alemany, 2011; Moyano et al, 2011; Martocci, 2011; Ruffini y Blacha, 2011; Rodríguez Vázquez, 2012). Esta renovación se complementó con una línea de estudios cuyo interés fundamental fue reconstruir los mecanismos articulados desde el Estado para diagramar políticas de fomento e instituciones de educación agrícola. De igual modo, dichos abordajes aportaron elementos fundamentales para reconstruir el proceso de institucionalización de las ciencias agronómicas en el país (Graciano, 2004).
Nuestra propuesta consiste en reunir un corpus de trabajos que analizan el derrotero seguido por instituciones estatales de investigación, educación y difusión de conocimientos agrícolas organizadas bajo diversas modalidades y orientadas al desenvolvimiento agroindustrial y agropecuario en distintas áreas del país (Tucumán, Mendoza, Buenos Aires, Entre Ríos y La Pampa), entre 1880 y las primeras décadas del siglo XX. Los autores seleccionados han puesto el foco en las políticas públicas de educación formal gestadas desde las Universidades y el Ministerio de Agricultura de la Nación –a partir de escuelas e institutos superiores- para generar recursos humanos especializados, y en los mecanismos articulados para afianzar el desarrollo de las economías regionales desde el punto de vista técnico-productivo, como parte de un incipiente proceso de articulación de instituciones (Sesto, 2007). De manera subsidiaria, abordan las diversas instancias instrumentadas para acercar los saberes agronómicos a aquellos sectores que no tenían acceso al sistema formal de enseñanza agrícola.
El trabajo de Julio Djenderedjian se inscribe en una renovada discusión sobre la génesis de los aparatos estatales agrarios –en particular, el Departamento y posterior Ministerio de Agricultura, creados en el último cuarto del siglo XIX- y sus respuestas a las demandas productivas en diferentes puntos del país. A través del recorrido propuesto –entre 1870 y 1914- analiza el accionar de esta repartición estatal consecuente con la investigación y difusión de técnicas útiles para un sector agrícola en expansión. En este sentido, se destacan, por un lado, la apertura de establecimientos de enseñanza agrícola de base regional, y por otro, al desarrollo de informes técnicos que aportaron las primeras imágenes y diagnósticos sobre las diferentes “argentinas” allende la región pampeana, que sirvieron de insumo básico para el diseño de futuras políticas públicas.
Como sostiene el autor, plantearse la eficiencia de los organismos estatales creados ad hoc parece una tarea ineludible, pero responder ese interrogante a la luz de las condiciones actuales resulta una labor sin sentido. Por el contrario, lo que plantea Djenderedjian es ubicar estas iniciativas en su contexto, para valorar y comprender esas políticas a partir del proceso de circulación de saberes como parte de una “densa red” alimentada de un nutrido y diverso corpus de publicaciones elaboradas por los técnicos y demás instituciones dependientes del Ministerio, referidas a las producciones del extenso territorio nacional. Así, entre sus contribuciones se destaca la reconstrucción de los mecanismos implementados desde esta repartición para dinamizar las actividades de experimentación y divulgación técnica en mayor escala, con las dificultades propias de cualquier proyecto germinal. Además, representa un antecedente insoslayable para relativizar y justipreciar la supuesta labor “fundacional” desarrollada por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), creado a mediados del siglo XX.
Los primeros expertos y especialistas que otorgaron un “rostro” a la multiplicidad de dependencias que atendieron la cuestión agraria en el país desde los primeros años del siglo XX se formaron en el Instituto Superior Agronómico Veterinario de Santa Catalina, posteriormente reconvertido bajo la dependencia de la Universidad Nacional de la Plata. A tono con las demandas del desarrollo agropecuario nacional, Osvaldo Graciano analiza las condiciones políticas y económicas que incidieron -y condicionaron- la preparación universitaria de los primeros agrónomos argentinos (a finales del siglo XIX), su definitiva institucionalización (entre los años de cambio de siglo), y su posterior consolidación (en las décadas de 1920 y 1930). De las particulares trayectorias recuperadas, y partiendo de la revalorización de la función socio-política de este personal técnico, surgen como rasgos constitutivos la vinculación entre las esferas burocráticas y universitarias, y posteriormente con la formación de entidades con fuerte peso corporativo, como el Museo Social Argentino (Girbal y Ospital, 1986). La reconstrucción institucional presentada complementa el estudio de los orígenes de la enseñanza superior de las ciencias agronómicas en el país como producto del interés de asociaciones sectoriales, productivas y culturales. En este sentido, este estudio corrobora que la formación de un complejo científico agronómico tuvo, de manera indiscutible, sus antecedentes durante el período analizado.
En suma, ambos aportes coinciden en destacar el temprano interés de ciertos sectores dentro del espectro político nacional para dotar de un sustento científico y técnico a las actividades agroproductivas, a través de la organización del Ministerio de Agricultura de la Nación y de la enseñanza agronómica superior. En la misma línea, el resto de los trabajos reflexionan sobre la injerencia institucional de esta dependencia nacional en las economías regionales, sin descuidar el rol que les cupo a los diferentes gobiernos provinciales.
Talía Gutiérrez se detiene en la política de enseñanza agrícola orientada a los niveles elementales y medio, organizada como una forma de “civilizar” a las poblaciones rurales y propender a su asentamiento definitivo en el ámbito rural. Las sucesivas propuestas de educación agraria, iniciadas desde 1875, correlacionaron de manera inédita en el país la educación con el trabajo “a pie de obra”. Estos proyectos, no siempre exitosos, se extendieron de la mano de una prédica que reforzaba tópicos sobre la formación del sentimiento nacional, el amor a la tierra y la riqueza material del ámbito agrícola. Estas cuestiones remiten a lo planteado posteriormente por Weinberg (1998), acerca de la visión que tenían las élites (o que pretendían imponer) sobre la agricultura y el progreso material. Un matiz de estas políticas fue la preparación de maestros rurales y su atención puesta en los niños, como también en la capacitación de las mujeres en el Hogar Agrícola. Además, la periodización aportada por Gutiérrez permite conocer las iniciativas complementarias del gobierno provincial, precisamente en aquellas áreas desatendidas por las agencias nacionales.
Los estudios de Daniel Moyano (2011) y Florencia Rodríguez Vázquez (2011) analizan la trayectoria institucional de escuelas agrícolas dependientes del Ministerio de Agricultura de la Nación dedicadas a la formación de recursos humanos especializados en dos agroindustrias: la azucarera en Tucumán y la vitivinícola en Mendoza, respectivamente. En ambos trabajos se demuestra que la formación de una masa crítica de técnicos se situó tempranamente en las dirigencias locales y nacionales como una problemática a resolver, a partir de las demandas de estas economías regionales en proceso de modernización.
Moyano rescata las diferentes tentativas (tanto nacionales como provinciales) para erigir una institución de enseñanza agrícola en Tucumán, cristalizada en la creación de la Escuela de Arboricultura y Sacarotecnia de Tucumán. Del análisis presentado, se desprenden características comunes con sus pares de otras provincias, como la contratación inicial de agrónomos extranjeros ante la escasez de recursos humanos especializados y su posterior reemplazo por los primeros planteles de graduados en Argentina (especialmente los egresados del Instituto de Santa Catalina). Pero también evidenció rasgos propios bien definidos, como el cambio frecuente en la orientación de la enseñanza, las contradicciones al momento de vincular la experimentación agrícola con la educación, en la intención de formar personal técnico para la agroindustria local –lo que se tradujo en conflictos organizacionales internos-, y las diferentes estrategias que instrumentaron la dirigencia y el personal del establecimiento para vincularse con los agricultores locales con el fin de transferir técnicas, difundir nuevos sacáridos y cultivos alternativos, pese a la crónica falta de recursos.
Por su parte, Rodríguez Vázquez problematiza el rol que le cupo a la Escuela Nacional de Vitivinicultura en la formación de enólogos, que luego se incorporarían a las filas de la burocracia provincial y al ámbito privado, a través de la dirección técnica de las bodegas. La relación entre conocimientos y vitivinicultura queda plasmada, en primer lugar, mediante los sucesivos planes de estudio que marcaron una mayor trabazón con el sector; y en segundo lugar, a través de la formación de un grupo de técnicos que en su trayectoria profesional incorporaron los conocimientos adquiridos durante su formación en el país y en el extranjero.
Ya mencionamos que la capacitación de agricultores, peones y productores que no tenían acceso al sistema formal de enseñanza fue un objetivo más del Ministerio de Agricultura. Para llenar este vacío, en 1908 organizó el sistema de “agronomías regionales” instaladas en diferentes puntos del país. El abordaje de Federico Martocci analiza los alcances y deficiencias de esa política en un espacio marginal: el Territorio Nacional de La Pampa. Su trabajo demuestra las trayectorias de un grupo de agrónomos que, en etapas sucesivas, fortaleció instancias para la experimentación y la divulgación de conocimientos, logrando un status institucional con la inauguración de la Estación Experimental de Guatraché, en 1912. El resultado más destacado de este proceso, no exento de conflictos políticos e ideológicos, fue la transferencia, vinculación y adaptación de tecnologías y procedimientos útiles mediante el trabajo conjunto del personal especializado y los agricultores locales. En suma, este estudio da cuenta de la injerencia de estos agrónomos del Ministerio no solo en el diseño de políticas públicas, sino también en la resolución de problemas productivos concretos en su área de influencia.
A partir de la recuperación de estas trayectorias es posible concluir que la consolidación de proyectos productivos agrícolas con base científica y técnica estuvo presente desde temprano en la dirigencia local y se plasmó en un entramado de agencias estatales con distintos niveles de institucionalización. En consecuencia, se podría relativizar con sustento empírico el estereotipo de una agricultura permanentemente “atrasada” o “rutinaria” y la práctica “ausencia” del Estado en esta área, más allá de los resultados dispares alcanzados en diferentes regiones productivas.
En definitiva, confiamos que al exponer y cotejar las circunstancias que enmarcaron los orígenes de los complejos científicos-educativos en Argentina y su adecuación (o no) a las demandas productivas específicas, proporcionaremos una visión general y complejizada sobre la temática, que recupere, a la vez, las distintas particularidades regionales y las experiencias locales. Asimismo, esperamos que este dossier resulte de interés para los investigadores abocados a desentrañar las complejidades intrínsecas al proceso de conformación de los aparatos estatales y para aquellos que reparan en el vínculo mutuamente constitutivo entre la formación de elites estatales “expertas”, el afianzamiento del Estado nacional y la consolidación del capitalismo agrario en Argentina.

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Autores y trabajos propuestos:

 

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