Dossier. Miradas teóricas y apuestas metodológicas para el estudio de los movimientos estudiantiles de Iberoamérica

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Nayla Pis Diez (Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales/UNLP/CONICET) y Guadalupe Seia (Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”/ UBA/CONICET)

El presente Dossier reúne una muestra, no exhaustiva, de diversos enfoques teóricos y metodológicos aplicados en el estudio de los movimientos estudiantiles iberoamericanos durante la segunda mitad del siglo XX y el comienzo del XXI. Hemos escogido nueve textos elaborados por autores y autoras en Argentina, Uruguay, Brasil, Chile, Colombia, México; también en España y Portugal, Estados Unidos, Italia y Suiza. Proponemos aquí algunas guías para orientar su lectura: interrogantes, debates, puntos en común que hemos considerado a la hora de la selección. En principio, nos propusimos aportar un “muestrario” de perspectivas sobre el movimiento estudiantil con tres criterios ordenadores: la diversidad geográfica, una extensa temporalidad y la intención de priorizar trabajos escritos por académicas mujeres.

Luego del boom en las Ciencias Sociales por explicar su masividad y radicalización durante las décadas de 1960 y 1970 (marco que posibilitó la elaboración de textos clásicos como los de Alain Touraine, Juan Carlos Portantiero o Aldo Solari), la academia prestó menor atención a la movilización estudiantil de las décadas finales de la Guerra Fría. Sin embargo, el creciente protagonismo que adquirieron las resistencias estudiantiles a las reformas neoliberales en la educación superior renovó el interés y actualizó el campo de estudios. Una de las novedades fundamentales consistió en que se priorizaron estudios de caso a nivel nacional y local por sobre ensayos sociológicos para explicar un fenómeno estudiantil global. También, en menor medida, encontramos investigaciones de tipo comparativas entre dos o más casos nacionales. Así, en las últimas décadas se profundizó el conocimiento empírico sobre el actor, perdiendo al mismo tiempo, la posibilidad de realizar lecturas más generales y encontrar puentes entre los casos. En este Dossier reunimos textos de este nuevo momento de los estudios sobre los movimientos estudiantiles iberoamericanos, con autores y autoras comprometidos en trazar esos nuevos puentes y lecturas globales a partir de sus investigaciones, en un marco de diálogo y trabajo colectivo en eventos, publicaciones, seminarios, etc.

Las periodizaciones han sido un eje central del debate historiográfico y, claro, las investigaciones sobre los movimientos estudiantiles no han ignorado esta dimensión. Aunque cada vez con menor frecuencia advertimos trabajos que proponen una mirada de larga duración, hay excepciones que vale la pena conocer: el trabajo de Eduardo González Calleja (Universidad Carlos III de Madrid, España) sobre el movimiento estudiantil español durante el siglo XX, es una de ellas. El autor no solo trabaja con esa mirada “larga” sino que logra identificar etapas diferenciadas y, además, elaborar clasificaciones sobre las acciones estudiantiles atendiendo a variables diversas como el contexto político general y las características del sistema universitario.

Los artículos que formulan lecturas de larga o mediana duración permiten dar cuenta de las continuidades y rupturas entre diferentes momentos históricos, en el caso latinoamericano, por ejemplo, entre gobiernos democráticos y dictaduras. De este modo, es posible construir textos ordenados bajo periodizaciones específicas teniendo en cuenta las dinámicas de la organización y movilización estudiantil (más allá de los límites de los cortes y/o interrupciones institucionales). Estas consideraciones pueden ser observadas en los trabajos de los investigadores Pablo Bonavena, Juan Califa y Mariano Millán (Universidad de Buenos Aires, Argentina) sobre el movimiento estudiantil porteño entre 1966 y 1976, y de Luis Thielemann H. (Universidad Finis Terrae, Chile) sobre el movimiento estudiantil chileno entre 1987 y 2011.

El movimiento estudiantil de Chile, sin duda alguna, ha sido un protagonista latinoamericano y global durante las últimas dos décadas. En la actualidad, aún resuenan los efectos de la movilización estudiantil y social de 2019 que puso fin a la constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, mientras antiguos líderes estudiantiles asumen cargos en el poder ejecutivo nacional como resultado de las elecciones de 2021. Por estas consecuencias y por la radicalidad de su accionar, el movimiento estudiantil de Chile ha convocado enorme atención académica, estimulando el desarrollo de estudios de caso y también trabajos comparativos. El de Luis Thielemann H. responde a la primera perspectiva con algunas particularidades. Se trata de un texto elaborado en 2012 a pedido del Centro de Estudios de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile para los “Talleres para la Acción Estudiantil”, espacios de formación de dirigentes estudiantiles, secundarios y universitarios, con circulación en el ámbito académico.

Por su parte, el texto publicado en 2017 por César Guzmán-Concha (Université de Genève, Suiza) y Lorenzo Cini (Scuola Normale Superiore di Pisa, Italia) presenta un estudio comparativo entre dos procesos de movilización contra medidas de austeridad en Chile e Inglaterra luego de la crisis económica de 2008. En su investigación concluyen que la “reaparición” del estudiantado como actor político se relaciona con una serie de conflictos distributivos, producto de la implementación de la agenda neoliberal a nivel universitario. Este trabajo se destaca por incorporar con énfasis la variable económica en una perspectiva teórica construida a partir de las teorías de los movimientos sociales. Ahora bien, vale dejar abierto el interrogante si es posible afirmar una “reaparición” de las y los estudiantes como agentes políticos/as como si hubieran permanecido ausentes de la arena política nacional, local y universitaria hasta los inicios de la década de 2010. Complementar estas lecturas con otras de mediana duración y no concentrada exclusivamente en los ciclos de movilización, permiten plantearnos miradas para complejizar este tipo de afirmaciones dando cuenta, por ejemplo, de tradiciones y experiencias previas de lucha.

El texto de Guzmán-Concha y Cini, asimismo, construye una comparación que trasciende aquellas de tipo regional o incluso aquellas que podríamos describir como del “Sur global” o “Sur-Sur” y establece un diálogo para pensar las transformaciones de los sistemas universitarios en Europa y América Latina. En cambio, el artículo de Alberto Carrillo-Linares (Universidad de Sevilla, España) y Miguel Cardina (Universidade de Coimbra, Portugal) elabora un análisis de tipo regional entre los movimientos estudiantiles portugueses y españoles durante sus dictaduras, centrándose en las décadas de los sesenta y setenta. Los académicos señalan ciertos rasgos comunes durante esos años, afirmando la existencia de un movimiento estudiantil ibérico que fue parte de las resistencias a las dictaduras y las transiciones democráticas en esos países. Asimismo describen, a partir de la comparación, las transformaciones que dichos movimientos estudiantiles atravesaron que no pueden ser homogeneizadas sin más con el resto de las movilizaciones estudiantiles de Europa de fines de los sesenta.

Por otra parte, hay otro conjunto de artículos que han sido incluidos porque se insertan en los debates y desafíos que en la actualidad animan el campo de estudios. El primer eje de desafíos tiene que ver con la inclusión de las perspectivas de género y feminista en los estudios sobre movimientos estudiantiles y universidades. Gloria Tirado Villegas y Elva Rivera Gómez (Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México) constituyen dos referencias de la academia mexicana, en lo que al cruce entre aquellos campos refiere. El artículo que aquí compartimos tiene un punto de partida muy concreto: hace casi dos décadas se preguntaban ¿Dónde estaban las mujeres en el 68? ¿Cómo y por qué habían participado en el movimiento estudiantil de 1968? Así, interpelaban un relato basado en las voces masculinas para un momento que, paradójicamente, estuvo marcado por el ingreso masivo de las mujeres a los espacios públicos, educativos y políticos. A diferencia de México, donde se han convertido en una línea consolidada de trabajo. debemos decir que en Argentina los estudios de los activismos de las mujeres en espacios o movimientos de protesta, como el universitario-estudiantil, constituyen un terreno en desarrollo. No es una tarea fácil pero aquí tenemos algunos pasos a seguir.

El segundo eje de debates corresponde a los enfoques global y transnacional sobre los años sesentas, los sixties. Como es conocido, el año 1968 condensó una ola de protestas juveniles en buena parte del globo, con temporalidades, despliegues y características diversas que aún hoy son objeto de profuso y debatido análisis. Desde distintas perspectivas analíticas, a ello contribuyen los trabajos de Álvaro Acevedo Tarazona y Diana González Rey (Universidad Industrial de Santander, Colombia), Angélica Müller (Universidade Federal Fluminense, Brasil), Vania Markarian (Universidad de la República, Uruguay) y también, los ya mencionados, Juan Califa, Mariano Millán y Pablo Bonavena.

La brasilera Angélica Müller parte del interrogante en torno a la posibilidad de trazar paralelos entre el 68 “global” y el brasilero. Para ello, propone observar los repertorios de acción que el movimiento estudiantil de Brasil utilizó en “su 68”. Con este foco, las acciones artísticas o contraculturales aparecen como una forma de resistencia estudiantil frente al régimen militar instaurado en 1964, cuando el uso los repertorios “clásicos” estaba vedado. En esta línea, otro conjunto de trabajos coloca el énfasis en las demandas corporativas y los proyectos de transformaciones universitarias, para definir los sixties latinos. Por ejemplo, Acevedo Tarazona y González Rey nos muestran cómo las protestas estudiantiles de Colombia durante 1971 promovieron centralmente una reforma universitaria democratizante que tenía como núcleo la discusión sobre la conformación del gobierno universitario y la crítica hacia el financiamiento de organismos norteamericanos. También, en Argentina, este tema constituye un fuerte debate en el campo de estudios sobre la historia reciente de sus movimientos estudiantiles, sobre todo del ciclo 1966-1976. El artículo de Bonavena, Millán y Califa discute con trabajos pioneros que observaban allí una politización “absoluta” de las universidades, seguida de una fuerte crisis de la Reforma Universitaria. Así, a partir de estudios de caso locales, como el de la Universidad de Buenos Aires, los autores proponen y se insertan en una línea interpretativa que plantea una interrelación o potenciación entre los ejes de movilización políticos, gremiales y universitarios.

Por último, el artículo de Markarian recupera, a través de un análisis de caso sobre lo que denomina el “ciclo corto de movilización” de 1968 en Uruguay, algunos de los principales problemas sobre las movilizaciones estudiantiles en los llamados “global sixties”. Por un lado, la autora reconstruye matices que permiten complejizar análisis dicotómicos sobre la “nueva” y la “vieja” izquierda, recuperando la importancia de la militancia comunista en las movilizaciones de los largos sesentas. Por otro lado, despliega las potencialidades y limitaciones de la ampliación de escalas de análisis más allá de las fronteras nacionales, alertando sobre la importancia de profundizar los estudios sobre las llamadas “circulaciones inversas” desde América Latina a Europa y el mundo.

Como se dijo al inicio, los trabajos que reunimos intentan dar una muestra de lo que estas perspectivas pueden aportar a las historias globales, ibéricas y latinas de nuestros movimientos estudiantiles. Esperamos que así sea.

Textos seleccionados:

Acevedo Tarazona, Álvaro y González Rey, Diana (2012). Movilización y protesta estudiantil en Colombia (1971). Una lectura desde la organización gremial por el cogobierno universitario y la memoria de protagonistas y testigos. Anuario de Historia Regional y de las Fronteras, vol.16, n.1, pp. 221-242. Recuperado de: https://revistas.uis.edu.co/index.php/anuariohistoria/article/view/2492

Bonavena, Pablo, Califa, Juan y Millán, Mariano (2018). ¿Ha muerto la reforma? La acción del movimiento estudiantil porteño durante la larga década de 1966 a 1976. Revista Archivos de la historia del movimiento obrero y la izquierda, n. 12, pp. 73-95.

Carrillo Linares, Alberto y Cardina, Miguel (2012). Contra el Estado Novo y el Nuevo Estado. El movimiento estudiantil ibérico antifascista. Hispania, vol. 72, n. 242, pp. 639–668. Recuperado de: https://hispania.revistas.csic.es/index.php/hispania/article/view/382

Cini, Lorenzo y Guzmán Concha, César (2017). Student movements in the age of austerity. The cases of Chile and England. Social Movement Studies, vol. 16, Issue 5, pp. 623-628.

González Calleja, Eduardo (2005). Rebelión en las aulas: un siglo de movilizaciones estudiantiles en España (1865-1968). Revista Ayer, n.59 (3), pp. 21-49.

Markarian, Vania (2019). Uruguay, 1968. Algunas líneas de análisis derivadas del estudio de la protesta estudiantil en un país periférico. Espacio, Tiempo y Educación, vol. 6, n. 1, pp. 129-143. Recuperado de: https://www.espaciotiempoyeducacion.com/ojs/index.php/ete/article/view/267

Müller, Angélica (2021). O “acontecimento 1968” brasileiro: reflexões acerca de uma periodização da cultura de contestação estudantil. Revista de História, n. 180, pp. 1-21.     Recuperado de: https://www.revistas.usp.br/revhistoria/article/view/168586

Tirado Villegas, Gloria y Rivera Gómez, Elva (2014). A cuarenta años del movimiento estudiantil. Universitarias de los años setenta en la Universidad Autónoma de Puebla, México. Cuadernos Intercambio sobre Centroamérica y el Caribe, vol. 11, n. 1, pp. 27-44. Recuperado de: https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/intercambio/article/view/14233/13525

Thielemann H., Luis (2013). Para una periodificación del Movimiento Estudiantil de la transición (1987 – 2011). Sistematización de “Talleres Para la Acción Estudiantil”, Centro de Estudios FECh – Heinrich Böll Stiftung, pp. 32 – 50.