Iberoamérica – historiapolitica.com https://historiapolitica.com El sitio web del Programa Interuniversitario de Historia Política Thu, 07 Jul 2022 15:33:38 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.2 https://historiapolitica.com/wp-content/uploads/2014/08/cropped-logo1-32x32.png Iberoamérica – historiapolitica.com https://historiapolitica.com 32 32 Dossier. Miradas teóricas y apuestas metodológicas para el estudio de los movimientos estudiantiles de Iberoamérica https://historiapolitica.com/dossiers/dossier-miradas-teoricas-y-apuestas-metodologicas-para-el-estudio-de-los-movimientos-estudiantiles-de-iberoamerica/ Wed, 29 Jun 2022 15:57:22 +0000 https://historiapolitica.com/?post_type=dossiers&p=4423

Nayla Pis Diez (Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales/UNLP/CONICET) y Guadalupe Seia (Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”/ UBA/CONICET)

El presente Dossier reúne una muestra, no exhaustiva, de diversos enfoques teóricos y metodológicos aplicados en el estudio de los movimientos estudiantiles iberoamericanos durante la segunda mitad del siglo XX y el comienzo del XXI. Hemos escogido nueve textos elaborados por autores y autoras en Argentina, Uruguay, Brasil, Chile, Colombia, México; también en España y Portugal, Estados Unidos, Italia y Suiza. Proponemos aquí algunas guías para orientar su lectura: interrogantes, debates, puntos en común que hemos considerado a la hora de la selección. En principio, nos propusimos aportar un “muestrario” de perspectivas sobre el movimiento estudiantil con tres criterios ordenadores: la diversidad geográfica, una extensa temporalidad y la intención de priorizar trabajos escritos por académicas mujeres.

Luego del boom en las Ciencias Sociales por explicar su masividad y radicalización durante las décadas de 1960 y 1970 (marco que posibilitó la elaboración de textos clásicos como los de Alain Touraine, Juan Carlos Portantiero o Aldo Solari), la academia prestó menor atención a la movilización estudiantil de las décadas finales de la Guerra Fría. Sin embargo, el creciente protagonismo que adquirieron las resistencias estudiantiles a las reformas neoliberales en la educación superior renovó el interés y actualizó el campo de estudios. Una de las novedades fundamentales consistió en que se priorizaron estudios de caso a nivel nacional y local por sobre ensayos sociológicos para explicar un fenómeno estudiantil global. También, en menor medida, encontramos investigaciones de tipo comparativas entre dos o más casos nacionales. Así, en las últimas décadas se profundizó el conocimiento empírico sobre el actor, perdiendo al mismo tiempo, la posibilidad de realizar lecturas más generales y encontrar puentes entre los casos. En este Dossier reunimos textos de este nuevo momento de los estudios sobre los movimientos estudiantiles iberoamericanos, con autores y autoras comprometidos en trazar esos nuevos puentes y lecturas globales a partir de sus investigaciones, en un marco de diálogo y trabajo colectivo en eventos, publicaciones, seminarios, etc.

Las periodizaciones han sido un eje central del debate historiográfico y, claro, las investigaciones sobre los movimientos estudiantiles no han ignorado esta dimensión. Aunque cada vez con menor frecuencia advertimos trabajos que proponen una mirada de larga duración, hay excepciones que vale la pena conocer: el trabajo de Eduardo González Calleja (Universidad Carlos III de Madrid, España) sobre el movimiento estudiantil español durante el siglo XX, es una de ellas. El autor no solo trabaja con esa mirada “larga” sino que logra identificar etapas diferenciadas y, además, elaborar clasificaciones sobre las acciones estudiantiles atendiendo a variables diversas como el contexto político general y las características del sistema universitario.

Los artículos que formulan lecturas de larga o mediana duración permiten dar cuenta de las continuidades y rupturas entre diferentes momentos históricos, en el caso latinoamericano, por ejemplo, entre gobiernos democráticos y dictaduras. De este modo, es posible construir textos ordenados bajo periodizaciones específicas teniendo en cuenta las dinámicas de la organización y movilización estudiantil (más allá de los límites de los cortes y/o interrupciones institucionales). Estas consideraciones pueden ser observadas en los trabajos de los investigadores Pablo Bonavena, Juan Califa y Mariano Millán (Universidad de Buenos Aires, Argentina) sobre el movimiento estudiantil porteño entre 1966 y 1976, y de Luis Thielemann H. (Universidad Finis Terrae, Chile) sobre el movimiento estudiantil chileno entre 1987 y 2011.

El movimiento estudiantil de Chile, sin duda alguna, ha sido un protagonista latinoamericano y global durante las últimas dos décadas. En la actualidad, aún resuenan los efectos de la movilización estudiantil y social de 2019 que puso fin a la constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, mientras antiguos líderes estudiantiles asumen cargos en el poder ejecutivo nacional como resultado de las elecciones de 2021. Por estas consecuencias y por la radicalidad de su accionar, el movimiento estudiantil de Chile ha convocado enorme atención académica, estimulando el desarrollo de estudios de caso y también trabajos comparativos. El de Luis Thielemann H. responde a la primera perspectiva con algunas particularidades. Se trata de un texto elaborado en 2012 a pedido del Centro de Estudios de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile para los “Talleres para la Acción Estudiantil”, espacios de formación de dirigentes estudiantiles, secundarios y universitarios, con circulación en el ámbito académico.

Por su parte, el texto publicado en 2017 por César Guzmán-Concha (Université de Genève, Suiza) y Lorenzo Cini (Scuola Normale Superiore di Pisa, Italia) presenta un estudio comparativo entre dos procesos de movilización contra medidas de austeridad en Chile e Inglaterra luego de la crisis económica de 2008. En su investigación concluyen que la “reaparición” del estudiantado como actor político se relaciona con una serie de conflictos distributivos, producto de la implementación de la agenda neoliberal a nivel universitario. Este trabajo se destaca por incorporar con énfasis la variable económica en una perspectiva teórica construida a partir de las teorías de los movimientos sociales. Ahora bien, vale dejar abierto el interrogante si es posible afirmar una “reaparición” de las y los estudiantes como agentes políticos/as como si hubieran permanecido ausentes de la arena política nacional, local y universitaria hasta los inicios de la década de 2010. Complementar estas lecturas con otras de mediana duración y no concentrada exclusivamente en los ciclos de movilización, permiten plantearnos miradas para complejizar este tipo de afirmaciones dando cuenta, por ejemplo, de tradiciones y experiencias previas de lucha.

El texto de Guzmán-Concha y Cini, asimismo, construye una comparación que trasciende aquellas de tipo regional o incluso aquellas que podríamos describir como del “Sur global” o “Sur-Sur” y establece un diálogo para pensar las transformaciones de los sistemas universitarios en Europa y América Latina. En cambio, el artículo de Alberto Carrillo-Linares (Universidad de Sevilla, España) y Miguel Cardina (Universidade de Coimbra, Portugal) elabora un análisis de tipo regional entre los movimientos estudiantiles portugueses y españoles durante sus dictaduras, centrándose en las décadas de los sesenta y setenta. Los académicos señalan ciertos rasgos comunes durante esos años, afirmando la existencia de un movimiento estudiantil ibérico que fue parte de las resistencias a las dictaduras y las transiciones democráticas en esos países. Asimismo describen, a partir de la comparación, las transformaciones que dichos movimientos estudiantiles atravesaron que no pueden ser homogeneizadas sin más con el resto de las movilizaciones estudiantiles de Europa de fines de los sesenta.

Por otra parte, hay otro conjunto de artículos que han sido incluidos porque se insertan en los debates y desafíos que en la actualidad animan el campo de estudios. El primer eje de desafíos tiene que ver con la inclusión de las perspectivas de género y feminista en los estudios sobre movimientos estudiantiles y universidades. Gloria Tirado Villegas y Elva Rivera Gómez (Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México) constituyen dos referencias de la academia mexicana, en lo que al cruce entre aquellos campos refiere. El artículo que aquí compartimos tiene un punto de partida muy concreto: hace casi dos décadas se preguntaban ¿Dónde estaban las mujeres en el 68? ¿Cómo y por qué habían participado en el movimiento estudiantil de 1968? Así, interpelaban un relato basado en las voces masculinas para un momento que, paradójicamente, estuvo marcado por el ingreso masivo de las mujeres a los espacios públicos, educativos y políticos. A diferencia de México, donde se han convertido en una línea consolidada de trabajo. debemos decir que en Argentina los estudios de los activismos de las mujeres en espacios o movimientos de protesta, como el universitario-estudiantil, constituyen un terreno en desarrollo. No es una tarea fácil pero aquí tenemos algunos pasos a seguir.

El segundo eje de debates corresponde a los enfoques global y transnacional sobre los años sesentas, los sixties. Como es conocido, el año 1968 condensó una ola de protestas juveniles en buena parte del globo, con temporalidades, despliegues y características diversas que aún hoy son objeto de profuso y debatido análisis. Desde distintas perspectivas analíticas, a ello contribuyen los trabajos de Álvaro Acevedo Tarazona y Diana González Rey (Universidad Industrial de Santander, Colombia), Angélica Müller (Universidade Federal Fluminense, Brasil), Vania Markarian (Universidad de la República, Uruguay) y también, los ya mencionados, Juan Califa, Mariano Millán y Pablo Bonavena.

La brasilera Angélica Müller parte del interrogante en torno a la posibilidad de trazar paralelos entre el 68 “global” y el brasilero. Para ello, propone observar los repertorios de acción que el movimiento estudiantil de Brasil utilizó en “su 68”. Con este foco, las acciones artísticas o contraculturales aparecen como una forma de resistencia estudiantil frente al régimen militar instaurado en 1964, cuando el uso los repertorios “clásicos” estaba vedado. En esta línea, otro conjunto de trabajos coloca el énfasis en las demandas corporativas y los proyectos de transformaciones universitarias, para definir los sixties latinos. Por ejemplo, Acevedo Tarazona y González Rey nos muestran cómo las protestas estudiantiles de Colombia durante 1971 promovieron centralmente una reforma universitaria democratizante que tenía como núcleo la discusión sobre la conformación del gobierno universitario y la crítica hacia el financiamiento de organismos norteamericanos. También, en Argentina, este tema constituye un fuerte debate en el campo de estudios sobre la historia reciente de sus movimientos estudiantiles, sobre todo del ciclo 1966-1976. El artículo de Bonavena, Millán y Califa discute con trabajos pioneros que observaban allí una politización “absoluta” de las universidades, seguida de una fuerte crisis de la Reforma Universitaria. Así, a partir de estudios de caso locales, como el de la Universidad de Buenos Aires, los autores proponen y se insertan en una línea interpretativa que plantea una interrelación o potenciación entre los ejes de movilización políticos, gremiales y universitarios.

Por último, el artículo de Markarian recupera, a través de un análisis de caso sobre lo que denomina el “ciclo corto de movilización” de 1968 en Uruguay, algunos de los principales problemas sobre las movilizaciones estudiantiles en los llamados “global sixties”. Por un lado, la autora reconstruye matices que permiten complejizar análisis dicotómicos sobre la “nueva” y la “vieja” izquierda, recuperando la importancia de la militancia comunista en las movilizaciones de los largos sesentas. Por otro lado, despliega las potencialidades y limitaciones de la ampliación de escalas de análisis más allá de las fronteras nacionales, alertando sobre la importancia de profundizar los estudios sobre las llamadas “circulaciones inversas” desde América Latina a Europa y el mundo.

Como se dijo al inicio, los trabajos que reunimos intentan dar una muestra de lo que estas perspectivas pueden aportar a las historias globales, ibéricas y latinas de nuestros movimientos estudiantiles. Esperamos que así sea.

Textos seleccionados:

Acevedo Tarazona, Álvaro y González Rey, Diana (2012). Movilización y protesta estudiantil en Colombia (1971). Una lectura desde la organización gremial por el cogobierno universitario y la memoria de protagonistas y testigos. Anuario de Historia Regional y de las Fronteras, vol.16, n.1, pp. 221-242. Recuperado de: https://revistas.uis.edu.co/index.php/anuariohistoria/article/view/2492

Bonavena, Pablo, Califa, Juan y Millán, Mariano (2018). ¿Ha muerto la reforma? La acción del movimiento estudiantil porteño durante la larga década de 1966 a 1976. Revista Archivos de la historia del movimiento obrero y la izquierda, n. 12, pp. 73-95.

Carrillo Linares, Alberto y Cardina, Miguel (2012). Contra el Estado Novo y el Nuevo Estado. El movimiento estudiantil ibérico antifascista. Hispania, vol. 72, n. 242, pp. 639–668. Recuperado de: https://hispania.revistas.csic.es/index.php/hispania/article/view/382

Cini, Lorenzo y Guzmán Concha, César (2017). Student movements in the age of austerity. The cases of Chile and England. Social Movement Studies, vol. 16, Issue 5, pp. 623-628.

González Calleja, Eduardo (2005). Rebelión en las aulas: un siglo de movilizaciones estudiantiles en España (1865-1968). Revista Ayer, n.59 (3), pp. 21-49.

Markarian, Vania (2019). Uruguay, 1968. Algunas líneas de análisis derivadas del estudio de la protesta estudiantil en un país periférico. Espacio, Tiempo y Educación, vol. 6, n. 1, pp. 129-143. Recuperado de: https://www.espaciotiempoyeducacion.com/ojs/index.php/ete/article/view/267

Müller, Angélica (2021). O “acontecimento 1968” brasileiro: reflexões acerca de uma periodização da cultura de contestação estudantil. Revista de História, n. 180, pp. 1-21.     Recuperado de: https://www.revistas.usp.br/revhistoria/article/view/168586

Tirado Villegas, Gloria y Rivera Gómez, Elva (2014). A cuarenta años del movimiento estudiantil. Universitarias de los años setenta en la Universidad Autónoma de Puebla, México. Cuadernos Intercambio sobre Centroamérica y el Caribe, vol. 11, n. 1, pp. 27-44. Recuperado de: https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/intercambio/article/view/14233/13525

Thielemann H., Luis (2013). Para una periodificación del Movimiento Estudiantil de la transición (1987 – 2011). Sistematización de “Talleres Para la Acción Estudiantil”, Centro de Estudios FECh – Heinrich Böll Stiftung, pp. 32 – 50.

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Dossier. Alto clero y política, 1809-1830. La encrucijada del poder episcopal en la Iberoamérica de las independencias https://historiapolitica.com/dossiers/alto-clero-y-politica/ Wed, 25 Feb 2015 14:39:43 +0000 http://historiapolitica.com/?post_type=dossiers&p=2807 Alto clero y política, 1809-1830. La encrucijada del poder episcopal en la Iberoamérica de las independencias

 

María Laura Mazzoni (CONICET-Inst. Ravignani) y Consolación Fernández Mellén (Universidad del País Vasco – Università degli Studi Roma Tre) {{1}}

 

La historia de la iglesia en Iberoamérica ha sido desde hace algunos años objeto de revisión de los historiadores. A partir de las décadas de 1970 y 1980, la historia social y política llamó la atención sobre el gran peso que la religión había tenido en las sociedades pre-contemporáneas, y se volcó a analizar lo que hasta ese momento había sido un tema menor y analizado generalmente por historiadores pertenecientes al ámbito confesional (Bruno 1970; Tonda 2009). Estos estudios, de tono apologético, y usualmente, permeados por un afán acontecimental y un acercamiento poco crítico a las fuentes, tienen la ventaja de contar con un exhaustivo trabajo heurístico y una muy variada cantidad de documentos, muchas veces inaccesibles para el historiador ajeno a la institución eclesiástica. En este sentido, la jerarquía eclesiástica ha sido objeto de estudio de episcopologios (López Martín 1999) y obras monumentales sobre la iglesia en América y en la península, que analizan a estos actores políticos en tanto pro hombres de la Iglesia de vida ejemplar. Los nuevos estudios de historia eclesiástica han considerado a la religión católica y a la Iglesia como instituciones sociales articuladoras de la sociedad y la política en el antiguo régimen. Asimismo, la conmemoración de las independencias americanas ha impulsado la aparición en los últimos años de numerosos estudios acerca del papel del clero en el proceso americano (Gallo, Calvo, y Di Stefano 2002; Ayrolo 2006; Taylor 1995; Connaughton 2008; Amores Carredano 2009; Ayrolo, Barral, y Di Stefano 2012). No obstante, con la excepción de México (Brading 1994; Pérez Puente 2012), Argentina (Di Stefano 1999; Di Stefano 2004; Martínez 2013; Mazzoni 2013) y Brasil (Sales Souza 2008; Sales Souza 2006), donde muchos especialistas y grupos de investigación se han concentrado en la iglesia y el clero exclusivamente, y en particular de los prelados americanos, para otros espacios iberoamericanos la administración diocesana aun es un campo por explorar. Sin embargo, no existe ningún trabajo que aborde en su conjunto la actuación de los obispos americanos. En general, la jerarquía eclesiástica fue analizada teniendo en cuenta su mayoritaria adhesión a la causa realista (Amores Carredano 2009). En este sentido, el propósito de este dossier surge de la necesidad de reunir artículos editados en diferentes publicaciones sobre el episcopado iberoamericano, que contribuyan a entender y contextualizar su posicionamiento ante los violentos acontecimientos que se sucedieron en América tras la crisis de la monarquía de 1808. La política eclesiástica de las coronas ibéricas desde el siglo XVIII tendió a la preconización de obispos regalistas para las sedes americanas, que fueron activos colaboradores del programa reformista ilustrado. A partir de un análisis proposográfico, Pedro José Paiva y Andoni Artola Renedo nos permiten conocer no sólo cuáles fueron los mecanismos de selección de estos obispos, sino también las características de este episcopado que estuvo al frente de las diócesis americanas en los años de las guerras de independencias. El primero de estos autores concluye que a finales del siglo XVIII la Corona portuguesa buscó, para ocupar las mitras vacantes, promover candidatos nuevos que carecieran de lazos sociales con la élite, y que fueron elegidos entre el funcionariado y la nobleza provincial; mientras que para el caso español el análisis de Artola Renedo muestra además cómo la selección de los obispos peninsulares y americanos estuvo regida por una tendencia episcopalista dentro de la jerarquía eclesiástica. El mayor exponente de ello lo constituye el obispo de la diócesis de La Habana, Juan José Díaz de Espada (1800- 1832). Fernández Mellén analiza el pensamiento político que aparece en las pastorales de este obispo que gobernó la diócesis antillana en unos años claves en el proceso revolucionario e independentista en América. En los escritos de Díaz de Espada, los conceptos de nación y monarquía constituyen una manifestación tardía de la constitución histórica de la monarquía. La noción de nación que defiende el prelado provenía de la filosofía escolástica y de una noción organicista de la sociedad. Con este estudio, la autora demuestra la falacia de considerar a Espada como un obispo preliberal. A diferencia de sus homólogos en el continente, este obispo fue defensor del régimen vigente en un territorio que permanecería fiel a la Corona hasta finales del XIX. Este fue el escenario que encontró en 1825, el siguiente de los protagonistas de este dossier: Pedro Gutiérrez de Cos, obispo de Huamanga, analizado por Elizabeth Hernández García. La autora retrata a este obispo piurano como uno de los representantes del “conservadurismo” en su defensa de las ideas monárquicas en el virreinato peruano. Esto no entraba en contradicción con el apoyo que prestó en su exilio al gobierno mexicano de Agustín de Iturbide, que se oponía al radicalismo liberal que representaban en ese momento las cortes españolas. De hecho, su fidelidad fue reconocida con el nombramiento como gobernador eclesiástico de la mitra de La Habana y, poco después, con la sede de Puerto Rico. Frente al exilio de Gutiérrez de Cos, nos encontramos casos en que estos obispos resistieron al frente de sus diócesis desarrollando su labor pastoral, no obstante que su declarado realismo los colocó en el punto de mira de los nuevos gobiernos. Éste es el caso del obispo de la diócesis de Córdoba entre 1805 y 1817, el español Rodrigo Antonio de Orellana, que es estudiado por Valentina Ayrolo. La autora muestra cómo la gestión eclesiástica de Orellana estuvo fuertemente condicionada por su posición contraria al gobierno revolucionario. Encarcelado por las autoridades revolucionarias entre 1810 y 1812 y posteriormente extrañado en la provincia de Santa Fe, finalmente regresó a la península para ponerse al frente de la diócesis de Ávila. Como contrapunto, tenemos el ejemplo de José Sebastián de Goyeneche, prelado del que no se incluye ningún trabajo en esta recopilación. Obispo de Arequipa desde 1817 a 1859, pertenecía a un linaje arequipeño con gran ascendente en la región. Y pese a su apoyo al bando realista, supo mantenerse en la mitra sorteando la inestable coyuntura política gracias a su gran habilidad para evitar un enfrentamiento directo con las autoridades revolucionarias –sobre todo con el general San Martín-. El prelado arequipeño logró incluso concluir una exitosa carrera eclesiástica como arzobispo de Lima, cargo en el que fue designado en 1859, y que conservó hasta su muerte, en 1872 (Rojas Ingunza 2007). Algunos de estos obispos realistas supieron ver también la conveniencia o necesidad de adaptarse a las nuevas circunstancias políticas, de manera que puede constatarse una evolución en sus posicionamientos políticos, como son los casos de Diego Antonio Navarro Martín Villodres, obispo de la diócesis de Concepción de Chile entre 1806 y 1816 y desde esa última fecha arzobispo de La Paz, o el del obispo de Puebla de los Ángeles, Antonio Joaquín Pérez, presentados por Lucrecia Enríquez y Cristina Gómez Álvarez respectivamente. Los años de formación de Antonio Navarro en el colegio de San Areopagita del Sacro Monte coinciden precisamente con aquellos en los que desde la monarquía española se impulsó la reforma de estas instituciones con el objetivo de formar en ellos a un clero regalista. El obispo Navarro llegó a su diócesis en 1810 cuando ya en la capitanía general se estaban constituyendo las primeras juntas autónomas. Si bien en un primer momento el prelado mostró una actitud prudente ante el fenómeno juntista, después se reveló como “uno de los jefes realistas más comprometidos contra la revolución de Chile” (Enríquez Agrazar 2005, 43), hasta el punto que lo encontramos reclutando gente para engrosar las filas del ejército realista. Finalmente, ya hacia 1825 Navarro trató de congraciarse con Bolívar y Sucre. Por tanto, el avance y consolidación del proceso independentista, así como las circunstancias políticas de la península, determinaron la evolución política de este episcopado. En su artículo, Gómez Álvarez presenta el caso del obispo ultramontano Antonio Joaquín Pérez como paradigma de la actitud de la jerarquía eclesiástica mexicana: de defender los derechos de Fernando VII y atacar la insurgencia, pasó a ser un bastión fundamental de la independencia como defensa frente a la política anticlerical del gobierno del trienio liberal (1821- 1823). Cierra este dossier el trabajo de Valentina Ayrolo y María Laura Mazzoni, que nos transportan nuevamente a la diócesis de Córdoba de la mano del obispo Benito Lascano (1831- 1836). Las autoras presentan a un prelado cuya fidelidad no oscila ya entre la defensa de la causa real o patriótica; la independencia se ha consolidado y el debate en el otrora territorio del Virreinato de Rio de la Plata se centra en las diferentes formas de entender el federalismo de la nueva república. Lascano supo aprovechar la coyuntura revolucionaria y, gracias a su relación con el vicario apostólico Giovanni Muzzi desde 1824, consiguió ser designado vicario apostólico in partibus de Comanén y vicario apostólico de sede cordobesa. A estas alturas, el principal problema al que tuvo que hacer frente el episcopado americano fue el de defender unas prerrogativas episcopales que les habían concedido los papas, frente a las pretensiones de las autoridades republicanas por arrogarse los mismos derechos de patronato que antes habían gozado los reyes españoles. El conflicto entre Lascano y el gobernador de Córdoba, José Vicente Reynafe, es un claro ejemplo de ello. Los artículos aquí reunidos constituyen una aproximación suficientemente representativa de lo que se ha publicado hasta el momento acerca del papel del episcopado durante el proceso revolucionario y las guerras de independencia. Como reza el título del dossier, su objeto ha sido reunir trabajos que expliquen y contextualicen el papel del episcopado iberoamericano en esta coyuntura cambiante, de forma tal que se avance en una mejor comprensión de las razones ideológicas, políticas, pero también personales, que impulsaron a los obispos de las diócesis americanas a permanecer fieles a España u optar por el apoyo a la causa patriótica, o incluso a variar sus posiciones en función de la evolución de los acontecimientos políticos. Los trabajos aquí reunidos presentan múltiples trayectorias. En las filas de estos prelados existieron incertidumbres, disidencias, contradicciones que les llevaron a consagrar una carrera eclesiástica exitosa, o que les valieron el encierro, o el exilio. No obstante, aún son muchos los casos que están a la espera de un análisis profundo que permita avanzar hacia esa visión conjunto. Sobre este punto trata de llamar la atención el dossier que aquí presentamos.

Textos

Bibliografía

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Tonda, Américo. 2009. El Obispo Orellana y la Revolución. Buenos Aires: Academia Nacional de la Historia.

[[1]] La coautora ha realizado este dossier en el marco del Programa de Perfeccionamiento de Personal Investigador Doctor del Gobierno Vasco. [[1]]

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Dossier. Lo “revolucionario” en las revoluciones de independencia iberoamericanas https://historiapolitica.com/dossiers/dossierxix2/ Thu, 13 May 2010 18:26:24 +0000 http://historiapolitica.com/?page_id=572 Lo “revolucionario” en las revoluciones de independencia iberoamericanas

 

Marcela Ternavasio

En el contexto de las celebraciones de los Bicentenarios, una pregunta es insistentemente formulada en el espacio público: ¿qué se celebra en ellos? Si bien las respuestas varían, hay un punto de coincidencia en torno a la noción de “revolución”. Esta coincidencia, y pese a la proliferación de estudios sobre el período en los últimos veinte años, no ha revelado sin embargo una gran preocupación en el espacio académico en torno al interrogante sobre “cuál es el contenido revolucionario de las revoluciones de independencia”. Tal interrogante es el que se formulan los autores que participan de este dossier, organizado y coordinado por Gabriel Di Meglio y publicado en Nuevo Topo. Revista de Historia y Pensamiento Crítico, 5, septiembre octubre de 2008. Aquí se incluyen, pues, el texto de presentación a cargo de su coordinador y cuatro artículos que el mismo Di Meglio presenta en los siguientes términos: “Raúl Fradkin hace una evaluación de qué tuvo de revolucionario el proceso tomando las regiones que hoy forman la Argentina, y también Uruguay. Fabio Wasserman, por su parte, analiza qué entendían por revolución quienes la hicieron en el Río de la Plata, y reflexiona sobre cómo abordar hoy la Revolución de Mayo y sus consecuencias. João Paulo G. Pimenta realiza un aporte acerca de la independencia del Brasil considerada como revolución, operación muy alejada de la tradición historiográfica brasileña. Por último, Alfredo Ávila y Rodrigo Moreno dan cuenta del problema en Nueva España/México, atendiendo en especial a la mirada de los contemporáneos”.

 

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